domingo, 5 de marzo de 2017

Otro nivel


Es ya es una actividad vieja vieja, de hace un par de meses. Este es el tiempo que he tardado en vencer esta vez la pereza de ponerme a escribir y subir fotos y actualizar el blog. 
Es una actividad vieja vieja, de esas que ya no hago, de esas que poca gente es capaz de engañarme para hacerlas, de esas de frío, sombra todo el día, pateo, metros de desnivel... de esas en la montaña de verdad, no en los bordillos de deportiva.
Enfedaque me consiguió convencer porque no tenía otra cosa que hacer, porque el gusanillo siempre está ahí y porque iba a ser algo ligero: una especie de misión de reconocimiento a las cascadas de las Tres Marías, en Pineta. Son las únicas cascadas del valle que le faltan a Enfedaque y está empeñado a escalarlas algún día. Pero dado que la aproximación es larga, algo más de 1000 m de desnivel, y complicada, quería conocerla para evitar problemas el día que se decida ir a por ellas. El plan incluía dormir lo más cerca posible, en el "refugio" de Pineta, y hacer la ruta al día siguiente sin tener que madrugar.
El plan sonaba bien, vuelta a la montaña sin peso, sin complicaciones y sin madrugones. Así que el jueves 5 de enero nos pusimos en marcha y realizamos el viaje sin parar de hablar de los recuerdos, de los amigos, de la escalada, de la montaña... Tanto charramos que nos saltamos el desvío al valle, jjj. Lo de dormir, fue un espejismo. Cuando la gente habla del romanticismo de la montaña nunca se acuerda de los ronquidos, de las frontales de los que se acuestan tarde, de las frontales de los que se levantan pronto... 
El generoso desayuno ayudó a quitarme de encima las telerañas del mal humor nocturno. La olvidada rutina de enfundarse en el disfraz de alpinista terminó de hacerlas desaparecer del todo. La ruta parecía sencilla: coger la GR11 que lleva al Collado de Añisclo, que  ya conocíamos los dos, y abandonarla al cabo de 45 minutos para enfilar, ya sin sendero, el barranco de Castiecho todo hacia arriba.
Durante la excursión experimentamos de primera mano una inversión térmica de verdad: salimos del refu congelados, bajo cero, y abrigados hasta las cejas, a medida que subíamos subió la temperatura y me quedé en camiseta y en los metros finales tuve que volver a taparme. Un ponte, quita, ponte muy curioso.
Empezamos dando vueltas durante media hora por el bosque al otro lado del río hasta que conseguimos encontrar la GR. Reconocer el barranco no fue difícil, lo difícil fue recorrerlo. Yo me había imaginado una incómoda y fuerte pendiente llena de pedreras, y lo que nos encontramos fue una divertida sucesión de laberintos de ramas, verticales resaltes y campas de nieve sin huella. Para superar los resaltes los tuvimos que recorrer de izquierda a derecha para encontrar la mejor forma de superarlos, a veces con una fácil trepada en roca, a veces con una corta escalada en nieve corcho sin encordarnos (¡y Enfedaque iba sólo con un piolet de travesía, qué tío!). Lo de abrir huella le tocó a Enfedaque porque yo bastante tenía con seguirle en la lejanía con la lengua fuera. 
Las guías y los blogs hablan de 3h, sin peso, a 5h si se va cargado para vivaquear. Yo tardé 5h sin peso. Y sólo llegamos al collado desde donde se divisan las cascadas. Hasta ellas aún nos hubieran quedado 20-30 minutos más. Hicimos fotos, alucinamos con el paisaje y vuelta para abajo para no acabar de joderla y llegar con luz. Al final no tuvimos que encender los frontales, pero nos faltó un pelo. En total 9h de actividad sólo en subir y bajar. A eso habría que añadirle lo que sea de escalada de las cascadas. En fin, que esto se me queda muy muy lejos de mis actuales posibilidades.
Una cuadrilla de titanes hizo lo mismo al día siguiente, pero con escalada incluida, claro, y sin las piernas de cartón piedra que se me quedaron a mí.
Es otro nivel.
A mí ya sólo me quedan los bordillos al sol de invierno.

Dani enfilando las primeras cuestas del barranco de Castiecho
Primer resalte
Los nerveros congelados iban en aumento a medida que íbamos subiendo
Últimos dos resaltes: ¿por dónde los salvamos?
Por allí, dijo Enfedaque...
... y por ahí fuimos
Campas finales de nieve, al fondo el collado que nunca llegaba...
... hasta que llegó: por fin las cascadas
Impresionantes vistas de los Piris
Refu y fin de una bonita salida con preciosas vistas 
y una tremenda paliza para mis viejas piernas

2 comentarios:

David dijo...

Pero que bueno ver al abuelo volviendo por sus orígenes a las "calcetinadas" de verdad!!! Ya vale tanto deportiva a pie de coche en roca calentita...

A ver si podemos hacer una juntos algún día!!! Yo me animo a ir a fotografiaros la escalada de las cascadas!! .. ya sabes que la jabalinadas me gustan!!

Y si hay bosque, unas cintas de plástico en alguna rama a modo de baliza y un pequeño trabajo d epoda ayudan a futuras repeticiones de la aproximación...

Iñaki dijo...

Nada, nada, David, esto fue un espejismo. Sigo enganchado a la depor como una lagartijilla, jjj.