sábado, 25 de agosto de 2012

Cavallers: multiactividad por el Pirineo (y II)


Abel en el embalse de Cavallers
El domingo fue de obligado descanso tanto por el cansancio acumulado durante la escalada de la Cresta de los 15 gendarmes del día anterior, como por el mal tiempo, no pararon de caer tormentas de todos los colores durante todo el día, y utilizamos la jornada para cambiar de valle y movernos a Cavallers, en el valle de Boi. Había estado en el 2008 escalando en las agujas de Travessani y desde entonces tenía muchas ganas de volver y estrenar la guía que me compré en aquel entonces. El estreno no pudo ser peor. La selección de vías que habíamos hecho en casa incluía a la Blues sí o sí, pero el lunes me levanté con una fuerte tortícolis (a pesar de las comodidades que me llevo para dormir) y decidimos rebajar nuestros objetivos y dedicarnos a deportivear. Estuvimos en dos de los sectores más frecuentados: Kanalla, por la mañana, y la Pared Inerte, por la tarde. Kanalla es el sector de grado más asequible y nos lo encontramos abarrotado de franceses, pero nos hicimos un hueco para probar un par de quintos y algún sexto. Obviamente la tortícolis no mejoraba, sino todo lo contrario. Al final no podía ni levantar la cabeza para mirar las presas y me las tenía que cantar Abel. Ni el masaje de Abel ni una pomada que nos dejaron un par de chicos catalanes con los que compartimos jornada produjeron ninguna mejora. A la tarde nos fuimos a conocer la Pared Inerte, pero sólo hicimos una vía, Voy p'allá (un bonito V de fisura), y nos volvimos al camping de Barruera no sin antes hacer una paradita en la farmacia donde me dieron una mezcla de relajante muscular y calmante.
 Los sectores de deportiva de Cavallers en los que estuvimos:
en rojo Kanalla y en azul la Pared inerte
 Las tumbaderas del sector Kanalla
 Deportiveando con friends, Jennifer, V
La única vía que encadené en todo el día, Perico los palotes, V
 Escalando a ciegas Vilma, 6a
 Abel con los chicos catalanes
Al día siguiente visto lo visto decidí no hacer ninguna actividad por ligera que fuera y nos dedicamos a conocer las distintas zonas de bloque del lugar. Después de perdernos en varias ocasiones, conseguimos encontrar el sector El Prat donde Abel se motivó a saco con un precioso bloque. 
Sectores de boulder de Cavallers, obtenido de la siguiente web
 Abel en uno de los primeros bloques que encontramos al lado del río
En el Prat


Y después de comer, a casita, a darle descanso al cuello. El jodido de él se recuperó en un par de días después de habernos fastidiado la semana.

miércoles, 22 de agosto de 2012

La modorra (el Morrón)

Vistas de Cucalón con la Modorra al fondo
La Modorra o el Morrón (1482 m) es una de las cimas más significativas de la pequeña Sierra de Oriche o de Cucalón (todavía no tengo claro si una es parte de otra o si son dos nombres para la misma sierra) que domina la comarca natural de Campo Romanos, en el límite entre las provincias de Teruel y Zaragoza. 
El verano pasado después del subidón de autoestima que supuso que el mayor paquete de la historia de cualquier versión de carrera hubiera podido llegar corriendo al monte más popular de Bilbao, el Pagasarri, hice un intento también a este monte desde el pueblo de Cucalón. El resultado fue una patada en todos los morros. Este año estoy mucho más bajo de forma, así que no tenía más objetivo que intentar llegar, al menos, hasta donde llegué el año pasado. Para mi sorpresa pasé ese punto sin estar excesivamente fatigado y decidí seguir hasta donde pudiera, que al final fue hasta la cima. Jjjj.
Fecha: domingo 12 de agosto de 2012
Tiempo de subida: 1h18'
Tiempo total (incluido el descansito en la cima para saborear el momento): 2h30'

He intentado incrustar la página de wikiloc, pero sólo me aparece el mapa, sin el perfil altimétrico,
así que al final he decidido poner un cutre pantallazo con un enlace a la web. Sorry.


lunes, 20 de agosto de 2012

Cresta de las 15 gendarmes: multiactividad por el Pirineo (I)


Vistas desde el Ibonet a primera hora de la mañana

warning
¡PELIGRO! El autor ha tenido más de dos semanas de tiempo
para escribir esta entrada. Dificultad de la entrada 9a.
Si usted durante su lectura siente alguno de los siguientes síntomas 
(euforia, irritabilidad, intranquilidad y nerviosismo, confusión, depresión o falta de concentración)
deje inmediatamente de leer. 
Los síntomas desaparecerán más rápidamente si escucha cualquier CD de Pink Floyd.

Mapa obtenido de la siguiente web
(en azul nuestro recorrido y la localización de nuestro vivcac)

Fecha de la actividad: 3 y 4 de agosto de 2012
Participantes: Abel y el agüelo
Aproximación Puente de Cregüeña (1450m)-Ibonet de Cregüeña (2520m): 2h30
Aproximación Ibonet de Cregüeña (2520m)-Brecha del Alba (2640m): 40'
Cresta: 7h
Descenso hasta el ibonet: 2h20
Descenso ibonet-Puente de Cregüeña: 2h40
Material: dos cuerdas de 30m, media docena de expreses, media docena de anillos y un juego de friends (no está de más llevarse una navaja y cordinos por si hace falta reforzar los rápeles).

A pesar de que me he abandonado conscientemente a los placeres de la deportiva, no está mal, de vez en cuando, echarse a la buchaca una buena actividad montañera, con mochila y noche estrellada incluidas, aunque sólo sea para volver a experimentar esas sensaciones de soledad y libertad y recordar porqué me metí a estas tonterías de subir para luego bajar. Y ésta es una de las actividades que tenía marcadas en rojo desde hace tiempo para hacerlas alguna vez cuando se diera la ocasión. Vamos, como muchos otros montañeros, porque esta cresta forma parte de ese póker de aristas pirenaicas que todo el mundo quiere hacer: larga, afilada, de dificultad asequible, con roca aceptable...
El nombre tiene su guasa. Fue el propio Jean Arlaud quien bautizó a la cresta oeste del Pico del Aba como la Cresta de los 15 gendarmes. Así que se supone que tiene que haber 15 agujas, pero todos los croquis marcan 20, que se empiezan a contar en orden descendente desde el punto de inicio, la Brecha del Alba. Así, el primer piquillo que hay que escalar es en realidad el 20º y el último, el Pico del Alba, el primero. Para liarla más, en los croquis de las 20 agujas se resaltan 5, a las que llaman grandes gendarmes, que se empiezan a contar esta vez en orden ascendente y así el último de esos 5 grandes, el Pico del Alba, es el nº1 de los 20. En fin, un follón de números.
La cresta domina el valle de Benasque por encima de los Baños. Separa al norte el valle del Alba del valle de Cregüeña, al sur. Y desde cualquiera de los dos valles se puede acceder a ella. Nosotros elegimos aproximar (en el País Vasco se me partirían de risa si les digo que sólo la aproximación ya supone una pechada de alrededor de 1000m de desnivel y cerca de 2:30h de caminata, cuando allí esto supondría TODA la actividad del día y sólo si subimos desde su base a alguno de los 3 “grandes”: Gorbea, Anboto y Aizkorri), por el del Cregüeña porque sabíamos que allí había vivacs en condiciones. El camino comienza en el llamado Puente de Cregüeña al que se accede por una pista en estado pasable bien desde Plan de Baños (hay un desvío marcado en la carretera que sube a los Llanos del Hospital), bien desde Senarta (pero este tramo de la pista es muuucho más largo).
El sendero comienza atravesando un precioso bosque por fuertes pendientes que nos hacen sudar y machacan sin piedad nuestras mal acostumbradas piernas. No hay descanso hasta llegar a un llano llamado la Pleta de Cregüeña, 2000m, exhuberante de vegetación: aún nos queda aproximadamente la mitad. Se atraviesa y se sigue por la ladera izquierda, otra vez por fuertes pendientes, atravesando un bosque de pinos y unas pedreras finales bien marcadas por numerosos hitos. Después de la enésima última loma, llegamos por fin al Ibonet de Cregüeña con las últimas luces de la tarde. Muy cerquita de su orilla hay un vivac 5 estrellas, amplio y bien protegido. Antes de cenar tocó un baño del gato y un cambio de ropa. Pasar una noche en la montaña, no en un refugio ruidoso, sino al aire libre, rodeado por esas enormes moles negras recortadas en el cielo estrellado te reconcilia con todo y con todos y te carga las pilas para sobrellevar el día a día.
Camino de subida 
LaPleta
  
A punto de acostarnos en nuestro refugio natural
Al día siguiente madrugamos, sí madrugamos (ya sé que es difícil de creer), y a las 7 estábamos en marcha, pedrera arriba hacia la Brecha del Alba, evidente desde el vivac. El día amaneció revuelto y así continuó hasta el fin, así que esta breve subida fue el único momento en que disfruté de las mangas cortas. La crema del sol, de paseo en el fondo de la mochililla.
 Pedrera de acceso a la Brecha del Alba
Vistas del Ibonet desde la subida a la Brecha
Vistas desde la Brecha del Alba hacia el norte, al valle del Alba
Nosotros seguimos al pie de la letra el recorrido marcado en el libro de Miquel Capdevila “Los 3000s en 30 jornadas”. Para mí la biblia en lo referente a crestas y 3000s pirenaicos. Quitando sus marcianos horarios y rapelando donde él destrepa fácilmente, el resto es 100% fiable: es como un GPS. La estrategia de llevar dos cuerdas cortas de 30m nos permitió ahorrar mucho tiempo en todas las maniobras, montar largos, tirar a ensamble o recoger las cuerdas e ir desatados da mucha menos pereza y se hace más rápidamente que con las de 60m.
 Recorrido realizado: en verde los tramos donde no usamos las cuerdas,
en rojo los tramos donde sí, bien escalando a largos, bien en ensamble, 
bien para rapelar (puntos negros)
foto tomada de la web de Pirineos3000
Hicimos los primeros pasos de la cresta sin encordarnos, por terreno fácil,
esquivando el primer gendarme, G20, por la izquierda
Abel esquivando el G20, al fondo la parte de la cresta que no se hace

1er tramo en el que sacamos la cuerda, escalando el G19, 1er Gran gendarme,
 por una fisura inclinada, aquí fue donde me puse los gatos 
y ya no me los quité hasta la cima del Alba
Abel a punto de iniciar el destrepe del G19,
uno de los pocos que realizamos por el lado S
en primer plano el G18, 2º Gran gendarme, y al fondo el Alba
Abel trepeteando por el G18 hasta una amplia cornisa donde nos volvimos a encordar
Abel en el 1º de los dos largos (con cuerdas de 60 se podría hacer en uno)
que hicimos para escalar este gendarme. Los croquis marcan de V este paso, 
está protegido por un clavo. Hay otra opción para escalar este gendarme que consiste
en destrepar desde el collado hacia el lado S hasta encontrar una repisa 
y subir desde ahí (grado IV).Abel, que es un recio, escaló toda la cresta con sus botas...
... y así quedó una de sus botas después de terminar la cresta...
... pero es que esa bota ya empezó en mal estado
2º largo a través de un diedro, paso largos y atléticos
El agüelo en el mismo largo, al fondo el ibón superior del Alba.
Al terminar estos dos largos recogimos las cuerdas de nuevo
El agüelo destrepando este gendarme
El siguiente gendarme se flanquea fácilmente por el lado N
Este tramo de arista se ensancha y se hace caminado
(hacia atrás)
Abel en el mismo tramo, al fondo el Pico del Alba
El agüelo cagado en el corto pero delicado destrepe de este gendarme, 
que termina en una pequeña pancita donde no hay más agarre que esas fisuras verticales
A partir de aquí la cresta se vuelve afilada y nos encordamos de nuevo, hicimos un par de largos 
(uno al comienzo y otro al final de este tramo) y el resto en ensamble
Abel flanqueando por el lado N el elegante Gendarme agudo, G13
Este tramo no tiene apenas dificultad, pero sí buen patio...
... que nos permitió hacer buenas poses
El agüelo desmontando la primera reunión de este tramo (hacia atrás)
Aquí ya no hay anchura ni para un pie (hacia atrás)
El agüelo en ese mismo paso (hacia atrás), 
las cuerdas azotadas por el viento muestran los pocos seguros que había puesto Abel
Abel en la reunión que montó sobre unos bloques cuando se le terminó la cuerda,
 a escasos metros del rápel,
Al fondo: la Gran Torre, el G7, el G6 y el Alba
La instalación del rápel
El agüelo rapelando
Reponiendo fuerzas antes de iniciar la escalada de la Gran Torre que la hicimos
en una tirada y media, cuando se le terminó la cuerda a Abel salí en ensamble hasta
el paso duro, donde ya me pudo asegurar Abel
La 1ª parte es una chimenea, que no se continua hacia arriba,
sino que se abandona hacia la izquierda (aquí está el paso duro,
protegido por un clavo y también por un friend empotrado)
La segunda parte es una placa también protegida por un clavo,
que tiene pequeñas presas para los pies que rebajan su dificultad
(aunque con botas seguro que tuvo que ser otra cosa)
El agüelo en esa misma placa
A partir de aquí la cresta se ensancha y no presenta grandes dificultades 
hasta el siguiente gendarme, el G7, donde está el último tramo de escalada
Que presenta una corta pero vertical escalada...
... con roca mediocre, pero sin mucha dificultad (IV)
De ahí hasta la cima del siguiente gendarme, el G6, que están casi pegados, 
lo hicimos en ensamble y al llegar a esta última cima nos quitamos definitivamente las cuerdas.
Destrepe expuesto pero sencillo del primero de los gendermes gemelos, G4, 
por un diedro evidente
Un par de hitos nos indican dónde abandonar el diedro para coger 
una repisa que nos deja sin dificultad en el collado
El gendarme del Alba, G2,  primer 3000 de la jornada y nuestro primer 3000 desde hace varios años,
queda a la derecha de la arista y casi nos lo saltamos.
Montamos un rápel y llegamos al collado que lo separa de la cresta principal
La corta pero expuesta trepada para subir al gendarme del Alba
Los dos contentos en la cima
Abel deshaciendo con cuidado el camino de subida,
¡pedazo de caída la que tiene delante, en la vertiente sur!
Al llegar al collado, destrepamos unos pocos metros 
y seguimos el sendero herboso hasta el final, 
una corta trepada nos devuelve de nuevo a la arista cimera
Desde el G2 a la cima sólo queda unos pocos metros de trepada sencilla, casi andando
Los dos en la cima del Alba, el Pico Sayó al fondo (hacia el E)
Vistas hacia la Renclusa, que no se ve pero que queda abajo a la derecha
Vistas de todo el camino recorrido
Vistas hacia el E
Destrepe delicadete desde la cima hacia el E en busca de los rápeles
Abel bajando del 1er rápel, el 2º queda 10-15m más abajo a su derecha
2º rápel, reforzado por un clavo a la derecha que no se ve en la foto.
¡Estos rápeles convierten a los del Midí en todo un lujo de seguridad!
Abel observando la instalación de un 3er rápel que no le dio ninguna 
confianza, y se lo saltó. 
Este 2º rápel no llega hasta la pedrera así que nos tocó destrepar hasta ella 
como pudimos, incluyendo la refinada técnica del culinbajen
Cuando la gente describe esta vía nadie habla de las 2h y pico de asquerosa pedrera
 que nosespera. A punto de llegar ya al vivac, donde descansamos unos minutos mientras recogíamos 
todo y hacíamos de nuevo las mochilas.
Los dos agüelos de nuevo en el Puente de Cregüeña,
apenas cansados después de 13 horillas de actividad