lunes, 28 de octubre de 2013

¿Dónde está Wally?

Dani Enfedaque y el agüelo volviendo de El Camino, justo detrás de nosotros

Está un metro más cerca. Al principio llegaba hasta la penúltima chapa, luego hasta la última y ahora hasta un par de pasos de la cadena: bloquear a muerte de un tridedo con la derecha, lanzar la mano izquierda a un cazo y chapar con la derecha. Parece tan fácil, tan cerca... y sin embargo, ¡aún está tan lejos! ¡Menudo bloqueo con los brazos hinchados!
Compartimos el sector El Camino con unos cuantos escaladores de Bilbao, bien resguardados a la sombra todo el día en este extraño verano que se ha alargado hasta bien metido el otoño. Para finalizar la jornada Enfedaque se llevó Felipe el hermoso y subió al 6c, así que pagó bien contento la cerveza de rigor.
Las vistas de vuelta al pueblo nos volvieron a inundar de esa extraña sensación de bienestar después de haberlo dado que muy pocas escuelas consiguen emanar. Por eso me encanta volver una y otra vez a este sitio (aunque me llamen pesado en mi cuadrilla).

 Enfedaque y el agüelo peleando a tope en ¿Dónde está Wally?

Apabullante atardecer en Rodellar

domingo, 20 de octubre de 2013

Haciendo afición por Jaulín

Raquel, Elena y el agüelo
(con estas comparaciones no hace falta explicar por qué me llaman el agüelo, jjj) 

Este verano me envió Elena, una ex-alumna del Medina Albaida (sí, yo también me asombro de que haya de vez en cuando algún alumno que quiera saber algo de mí una vez que ya no están obligados a ello), un mensaje por el facebook para quedar y escalar junto con su amiga Raquel. Dejamos pasar los Pilares por aquello de que el alcohol y la resaca no van bien con ningún deporte y ayer, aprovechando que este finde me tocaba reposar quedé con ellas para que probaran qué eso que hacen esos locos escalando. El mayor problema logístico, encontrar un par de gatos tamaño chicas lo resolví pidiendo ayuda a la cuadrilla (¡gracias, Ana!) y para no perder mucho tiempo decidí volver a la escuela más cercana y más pequeña de Zaragoza, Jaulín
Empezamos en un IV para que cogieran confianza en la cuerda y en el grillo y luego monté una vía que yo creía V, pero que resultó ser V+ ya que tenía un pasito demasiado picantón: un paso de fuerza, un bidedo del que no conseguían bloquear y luego un paso de equilibrio sin apenas pies. El paso se les resistió, pero lo consiguieron pasar acerando un par de cintas (no sé de quién habrán aprendido estos trucos tan sucios). Como buenas alumnas hicieron caso de todas mis indicaciones y consejos y estuvieron muy concentradas en no mover los pies sin antes mirar y pensar dónde iban a ponerlos (igualico, igualico que el agüelo, jajajaja).
Entre risas, sustos y aprietes pasaron una mañana entretenida y parece que les enganchó el gusanillo de la escalada (ya están pensando en comprarse gatos y arnés y "amenazan" con volver a llamarme, jajajaja).



Elena en el pasito picantón, picantón

Margalef no es regalef

Vistas de Margalef: en naranja el sector Espadelles que espero visitar este invierno, 
en rojo el sector Culample-4 (detrás del cual está el sector Chorreras)
 y en azul el párking de la presa 

Después de varios intentos fallidos de disfrutar de esta escuela de escalada de fama internacional, por fin el finde pasado pude sacarme la espinita. Nada de vías lavadas, ni de lluvia y sí mucho de buen ambiente y estupendos sectores. La duda que traíamos de casa, sol o sombra, la resolvimos enseguida nada más bajarnos del coche: zombrita, aún no ha llegado la hora del sol de invierno. ¡Snif! Otro dato importante del que nos percatamos pronto es que en Margalef no regalan el grado y por mi parte todos los intentos de llevarme alguna vía por encima de 6b se quedaron en deberes para otra ocasión (para muuuchas ocasiones en algún caso). 
Esta es una lista de las vías que me gustaron de cada uno de los sectores que recorrimos entre los dos días: 
- Chorreras: Piernodoyuna, 6b (entrada picantona), Jass, 6b (duro paso de bloque para llegar a la 3ª chapa) y Lolo cat, 6b (que no probé, pero que se le veía una pinta estupenda).
- Culample-4: El Pancho, 7a (20-25m verticales de agujeritos y pies minúsculos que me llevará días y días poder encadenarla).
-Can Pesafigues: Murdoc, 6a+ y El Pesafigues, 6b (dos vías estupendas de cacho, para mí más sencilla la segunda a pesar del plus extra del grado).
-Can Verdures: Gos roig, gos boig, 6c (lástima que me pillara cansado al final del día). Por cierto menudo patinadero para pasar de un sector a otro, jjj, ¡habría que poner un pasamanos!
Nuestro guía local, Isaac, intentó por todos los medios contentar al llorica del agüelo con alguna vía que le gustara, pero fue imposible: el agüelo siempre encontraba alguna queja.
El grupo despedimos tan estupendo finde echando unas risas y refrescando el gaznate en un bar de La Granadella, pero para mí no hay finde que termine bien hasta que no llego a casa y compruebo, al ver la sonrisa con la que me recibe, que Mariví está bien.

Escalando en el sector Chorreras 
Vistas desde arriba del sector 
Vanesa escalando en paralelo con un sueco 
Roger en No os durmáis, 6a
Preparando la cena en el párking de la presa, 
aunque parezca lo contrario aún no habíamos sacado el vino 
Tono encadenando Camborius, 6a+ 
Vanesa y Amara en Drac Sheran, 6a, y La senda de Wenda, 5+ 
Dani apretando en el salvaje inicio de Estilson, 7a+... 
... y a mitad de vía 
Roger en el duro paso de salida de Ni poc, 7b 
El agüelo probando Gos roig, gos boig, 6c 
Tono encadenando la misma vía 
1ª línea arriba: Isaac, Roger, Jessi, Silvia, Jorge
2ª línea: Patri y Ana
3ª línea abajo: Dani, Vanesa, Tono, Amara y el agüelo
El grupo entero disfrutando de una cerveza en La Granadella

La Murciana a pachas

Croquis de la vía extraído de la web de escalismo
 con los grados más utilizados actualmente en todas las reseñas

El pasado jueves 10 de octubre me inicié, por fin, en las escaladas del 2º nivel de Riglos. Ya tengo hechas una buena cantidad de las vías más asequibles de los Mallos, la Galletas, la Mosquitos, la Normal al Puro, la Panni..., aunque aún me falta alguna de las más clásicas en este grupo como la Choper, más algunas que yo considero como intermedias entre un nivel y otro, Todo tiene fin, la Vía del Silencio o la vía de las Fisuras. Pero este año tenía como proyecto hacer alguna de mayor dificultad y había seleccionado tres: la Directa As Cimas en el mallo Firé, la Zulú demente en la Visera y la Murciana en el Pisón. El finde anterior me perdí la escalada de la Zulú por parte de mi cuadrilla, me pasé todo el finde más enfadado que un mono, y esta vez no iba a permitir que se me escapara de nuevo esta ocasión. 
Nos organizamos en dos cordadas: en la primera fueron Pulpo y David y en la segunda Abel, Chema y el agüelo, así que desde el principio nos quedamos sin el comodín del público y ya sabíamos que íbamos a tener que escalar toda la vía sin la ayuda de ningún titán (bueno David nos dejó una cinta de reunión extendida en la R6 para que el llorica del agüelo no tuviera problemas). Mientras empezaban los fuertes nosotros nos repartimos a pie de vía los 8 largos de la ruta: Abel, con mucha más experiencia en meter cacharros, se quedó con el primero, el más expuesto con solo 6 parabolts en los casi 50m, y los dos siguientes; el agüelo se pidió los más fáciles, los 3 siguientes (dos 6a y un 6c que resultó casi Ae) y a Chema le dejamos los dos últimos, también muy bien equipados entre parabolts y seguros añejos, pero con una panza por largo bastante más difícil de superar, incluso en artificial, que la del 6c.
El primer largo es claramente el decisivo de la vía, su dificultad no es enorme, 6b, ni mantenida, pero su exposición es muy alta, un seguro cada 7-8m. Abel se lo curró muy bien y fue protegiendo los alejes con los fisureros y friends pequeños que llevábamos (Pulpo no necesitó meter nada el muy titán). La vía no tiene pérdida porque empieza por un par de diedros y sigue durante 3 largos de 6a por un patatal magnesiado que se ve a kilómetros. Estos 3 largos me resultaron gloriosos, asequibles de grado, con una colección de bolos enorme más algún paso picantón en cada uno para machacarte aún más los antebrazos. Los parabolts no abundan, pero en medio siempre hay un clavo y una chincheta que eliminan la exposición. Los 3 últimos largos son los más cortos y los mejor protegidos y en ellos utilizamos todas las perrerías aprendidas en años de arrastrarse por vías de tapia de V+ obligado, incluida la de utilizar los fisuros para chapar las cabezas de las chinchetas que habían perdido sus chapas.
pulida
La vía nos dejó cansados, pero no exhaustos, aunque nos obligó a llevar un ritmo caracolero que nos preocupó durante todo el día porque habíamos empezado bastante tarde, 11:45, y necesitábamos llegar con luz a los primeros rápeles (no queríamos emular a nuestros ídolos y vivaquear en el collado). Llegamos a la cima a las 19:15 y sin poder disfrutar de ella recogimos cuerdas y empezamos los rápeles. Se nos hizo de noche una vez metidos ya en la canal, pero allí ya no había pérdida y seguimos rapelando sin más preocupación que distinguir el color de la cuerda de la que había tirar cada vez. A las 20:30 tocamos suelo y me lancé a buscar el estribo que se me había caído en el sexto largo. Tuvo que venir Abel y su súper detector de material abandonado para encontrarlo.

Pulpo en los primeros metros de la vía, con todo el paredón aún por delante
Abel en el paso duro del L1 dejando atrás el segundo parabolt
El agüelo encadenando el L1, le duró la pila para encadenar los dos siguientes,
o también podríamos decir que sólo encadenó los largos que hizo de segundo
Abel en la panza inicial del L2, todo magnesiado, todo pulido
Abel llegando al paso duro del L2, debajo del techico que se esquiva por la derecha
El primero de los 6as, L3, con una larga travesía a la izquierda,
hay que tener cuidado con la Z que hacen las cuerdas
El agüelo disfrutando aún de la vía, R3
Patatal del L4, el primero que se curró el agüelo visto desde abajo...
... y desde arriba, en uno de los numerosos "reposos" que tuve que hacer
Abel soltando macetas al final del L4...
... y preguntándose a dónde se han ido los bolos en el final del L5
El trío calavera preocupados en la R5
Abel y Chema dando ánimos al aguelo en el comienzo del L6...
... que resolví con delicadeza (aquí en la panza)...
... al igual que mis compañeros de cordada
Patiazo en el L6
Chema en el tramo final de la vía, los dos últimos largos...
... que tenían cada uno una panza a cada cual más perra, Abel en la del L7 pedaleando de unos cordinos desfeluchados... 
Cordino chapado a un buril en la llegada a la R7...
... que también había que pretarla!
Sin comentarios, el agüelo en la R7
Chema en la panzota del largo 8
Abel superando las últimas panzas del día
Abel terminando la vía
Precioso atardecer desde el rápel del Pisón
(en el Firé se puede observar una cordada que aún iba más justa de tiempo que nosotros)
Abel, Laura, David, Chema, Pulpo, Cástor y el agüelo