jueves, 29 de diciembre de 2011

Atauri, entre sol y polvorones

En el corto camino de acceso a las paredes, que ya se divisan al fondo
Ummmmmm!!!
¿Qué mejor final para una temporada tan extraña y deliciosamente deportivera que pasar una tarde (¿para qué madrugar si hace un frío del carajo por la mañana?) escalando al sol de invierno, en una roca excelente con buena presa y en un valle precioso con buena compañía? Mientras me concentro buscando motivación para volver a subirme a la vía e intentar unos pasos que ya me habían asustado la primera vez, sentado con el sol calentándome la espalda, pienso en la poca nieve que hay este año, en que se acaba diciembre y aún no me he puesto los crampones y me doy cuenta de lo poco que me importa. Se me pasa el estrés y me levanto dispuesto a apretar de nuevo. En el segundo pegue me sorprendo apretando lo justo (no he podido resistirme más tiempo a parafrasear uno de los mejores títulos de blogs de escalada que conozco), en donde la primera vez me dejé el brazo y los pasos salen ahora mucho más dinámicos. Eso sí, el resultado fue el mismo, cero pelotero, me cuelgo y acero los dos pasos que no me salieron la vez anterior, pero bajo contento y satisfecho. Otra vez será, o no. Es el sinnon, pero ¿qué más da al calor del solecico de invierno?
Vistas de Atauri anocheciendo de vuelta al coche
Atauri es un pequeño pueblo situado en un precioso valle a escasos 30 km de Vitoria, nada más pasar el Puerto de Azáceta. Quedo con Patri a las 11 en el polideportivo de Ariznabarra en Vitoria, nos tomamos un cafecito, no hay prisa. Ummmmm, no hay prisa.
Hay una fuente de agua fresca justo al comienzo del pequeño párkin de Atauri y donde nace el camino que nos lleva a las paredes. Al principio hay que hacer un par de zetas entre las casas del pueblo, pero en cuanto salimos de él, el sendero ya no tiene pérdida.
La escuela es pequeñita y las vías más fáciles son de 6a. Calentamos en Al filo de la bobada, V si lo haces en diedro, dicen, 6a y si le tiras recto, en el último sector. Nos bajamos luego a darle una vía que Patri le tenía ganas, Xambo el rey del mambo, 6b en la guía, 6a+ según un escalador local. Encadenamos los dos y después me pusieron unos deberes bastante más severos: Betula pendula, 6b+, el 6b más bonito de la escuela, según unos amables chicos que nos orientaron un poco. Con semejante recomendación Patri no quiso que yo me la perdiera. Vía estupenda que se me atragantó por culpa de un paso plaquero y una llegada a la reunión excesivamente extraplomada para mis cansados y viejos brazos (me gusta el extraplomo, pero con mesura).
 Patri en Al filo de la bobada, bonita, pero algo corta
 Xambo el rey del mambo: Patri en el primer pegue
 El agüelo en la panza inicial
 Patri feliz nada más encadenarla
 Betula pendula, primeros metros
 A mitad, mirando cómo cuelgan la reunión y las cintas


martes, 6 de diciembre de 2011

Nonsinnonsín

El agüelo, Jon, Blanca, Mónica y Patri en el bar el Vernet de Margalef

Servicio de transporte de puerta a puerta, alojamiento gratis con derecho a cocina. Con semejantes ventajas, ¿quién se puede negar? ¡¡¡¡Si hasta me invitaron a sopa!!!! No me quedó más remedio que aceptar y este pasado puente me fui con Patri, Blanca, Mónica y Jon a escalar vías de varios largos a Camarasa (Lérida). Luego el nonsinnonsin empezó a descolocarnos.
El sábado tocó non: nada más pasar Lérida una pesada niebla, ya le vale, nos cubrió por completo todo el día. Delante de un cafecito al calor de un bar intentamos tomar decisiones sólidas y duraderas que finalmente sólo soportaban nuestra indecisión nada más que unos pocos minutos. La cosa pintaba mal, el frío y la niebla atenazaban nuestra motivación. Menos mal que ahí estaba Blanca para animarnos y sacando ánimo de donde no había nos fuimos a hacer deportiva al sector Marcant Estil, pegadito a la carretera. Así si nos cansábamos de pasar frío podíamos iniciar una retirada rápida. Gracias a que unos chicos que también estaban escalando por ahí nos dejaron echar un vistazo a su guía pudimos orientarnos y empezar a elegir las vías. Las primeras sensaciones no pudieron ser peores, dedos helados, gatos que no parecían agarrar... , pero sorprendentemente pronto las superamos y ni siquiera paramos para comer el más mínimo tentempié. ¡Esto sí es fanatismo! Yo disfruté con oscuro rinconcete repleto de extraplomos y cacho, que todos se animaron a repetir, y terminé de segun en una plaquita que abrió Blanca.
Aún con la esperanza de que la niebla tarde o temprano se acabaría por ir, acampamos en las cercanías dispuestos a escalar por fin en tapia al día siguiente.
Vías escaladas: Miss Doga (V), Mortadelo (V), Espitbul (6b), Mala hierba (6b) y Postura sexy (6a).

Una escalando, Patri en Mortadelo (V) y el resto mirando bien abrigados
 (yo usé doble capa: quechua-lob por dentro y plumas por fuera)
 Patri en el tramo final de Miss Doga (V)
 El agüelo en los primeros metros de Espitbul (6b)
 El rinconcete extraplomado, al fondo Mónica en Mala hierba (6b)
Jon en la sección de cazacos inhumanos de la misma vía
 y Blanca en la fina llegada a la reunión, todo un contraste
 Jon, Mónica y Patri preparando la cena a las 7 de la tarde, o de la noche

El domingo amanecimos baja la misma capa de niebla y nos fuimos a Margalef en busca del sin (lo de la tapia lo dejamos para otra ocasión, lo primero el solete). Yo no conocía esa famosa escuela de Tarragona y me hacía mucha ilusión visitarla. Su roca es peculiar, un negativo de conglomerado: paredes llenas de agujeros dejados por los bolos al caer. Pasamos debajo de sectores míticos como El laboratori (lleno de gente) y nos fuimos hacia El totxo del vi, un sector que ya conocían Jon, Mónica y Patri y que nos aseguraba solecillo y vías asequibles. Nos hicimos todos los quintos de la pared, El celler, 5º, Bolinga, D.O. y Mitg litre y luego Blanca se animó con los 6as, Putin patin patan (repetida por Patri y Jon) y Litre i mitg (repetida por el agüelo). Blanca, que no se cansa nunca, quiso intentar a última hora un 6a+ que terminó por atragantársele. No hubo cacho, snif. Pasamos por el refugio a comprar la cutre guía del principal equipador y nos fuimos al mítico bar el Vernet a celebrar el sol y por mi parte también la 5ª victora de España en la Copa Davis.
El lunes el día se levantó nublado, pero terminó soleado: nonsín. Nos dirigimos al sector La brasería: paredes verticales con panza inicial. Esta configuración de las vías y el frío inicial nos dejaron a casi todos sin muchas ganas de apretar. Después de almorzar nos bajamos al sector Cingles del Molí donde probé Piastic (6b) y donde Blanca y Patri escalaron Doctor loco (6a+). Este día la que más valor demostró fue Zelan, que destrepó el acceso a La braseria de cabeza cuando los escaladores tuvimos que usar un par de cuerdas fijas para no rodar hasta el suelo. No tengo fotos de este último día, así que tendremos que esperar un poco a que mis compis me pasen las suyas. Una cerve y unas coca-colas dieron buen final a un puente de lo más entretenido.
 Jon señalando nuestro sector, El totxo del vi.
A la derecha el característico Tobogán
 Almuerzo a pie de vía
 Vistas de la pared repleta de quintos
 Mónica en El celler
Blanca en Putin patin patan

miércoles, 30 de noviembre de 2011

Edu Roche: Peña Rueba

Vistas de la pared sur de Peña Rueba
en rojo la vía Edu Roche al Mallo de la Mora
en azul la ruta descenso que seguimos
Últimamente el abanico de planes para los findes se va expandiendo cada vez más y muy frecuentemente el primer plan elegido no es que el que suelo llevar a cabo. Este finde pasado me había decantando por ir a gorilear el sábado, inicialmente a Rodellar y después de escuchar sabios consejos de David "el fores" a Benabarre. Me quedé sin compi de cazos y desplomes (aprovecho para lanzar un anuncio de "SE BUSCA COMPAÑERO DE GORILEO"), y haciendo de la necesidad virtud utilicé el tiempo libre del que disponía el sábado para ir reduciendo la lista de cenas debidas. El convite debió resultar medio bien porque alguno de los invitados así lo manifiesta. El domingo me apunté a escalar a Peña Rueba, huyendo de las multitudes del vecino Riglos (aún así encontramos múltiples cordadas en casi todas las vías) y de las nieblas que invaden sin piedad el valle del Ebro desde hace varios días. Tenía mis dudas al respecto de la vía elegida, porque a pesar de lo bien asegurada que estaba según todo el mundo (una cualidad de todo el macizo), la dificultad media se me hacía un poco dureta. La realidad fue, sin embargo, que disfruté de toda la vía mientras la roca fue de gran calidad, es decir, en casi toda la vía, y sufrí un ataque leve de canguelitis en un único tramo,  el 8º largo, vertical, duro y de roca mediocre al principio. 
La sorpresa final nos la encontramos de vuelta al coche, cuando nos acercamos a la vía Maque para ver a una cordada que estaba todavía en el techo y descubrimos que eran dos de los rústicos: Jorge y Chema. No nos quedamos a ver toda la pelea de Chema con los estribos porque en cuanto se puso el sol bajó la temperatura y nos fuimos directos a Ayerbe, donde les esperamos con la tripa llena al calorcito del Bar Las Piscinas.
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Actividad: vía Edu Roche, 220 m 6b+/V+ obligado
Participantes: Beto, Vanesa y el agüelo
Fecha: domingo 27 de noviembre de 2011
Cómo llegar: coger el desvío que lleva al pueblo de Agüero y a los dos kilómetros aproximadamente girar a la derecha para subir por una pista, marcada con un mojón, cuyos primeros metros está encementada; a los pocos metros nos desviamos a la derecha y continuamos hasta situarnos debajo de la Peña, en un ensanchamiento donde nace una pista marcada con un mojón grande.
Aproximación: seguimos a pie por la pista y enseguida cogemos un desvío a la izquierda que nos lleva al pie del marcado techo de la vía "Maque", continuamos por la derecha siguiendo un sendero que discurre al pie de toda la pared sur de Peña Rueba, hasta que después de cruzar una zona estrecha llegamos al pie de vía: un muro vertical negro de líquen surcado por tres vías. La Edu Roche es la última de la derecha, la de las chapas amarillas.
Equipamiento: generoso, parabolts amarillos y reuniones rapelables. Hay una gran variedad de cordinos de todos los pelajes repartidos por la vía que van salvando los pasos más comprometidos.
Material: llevar gran cantidad de cintas, 15, si se tiene pensado empalmar largos.
Tiempo de escalada: algo más de 4h y media
Bajada: hay varias opciones: rapelar la vía, destrepar la canal de la izquierda y rapelar los últimos metros y bajar por la vía ferrata. Nosotros elegimos esta opción y tardamos sólo media hora. Se destrepa por la derecha de la cima del Mallo de la Mora, a veces ayudado por cuerdas fijas y cadenas, hasta un estrecho jardín que nos deposita en la loma de la vía ferrata, donde se sigue descenciendo a veces por cómodo sendero, a veces por cortas secciones verticales ayudados de nuevo por sirgas de cable. No tuvimos que usar las cuerdas en ningún momento, aunque en la parte final hay un par de instalaciones de rápel, para los tramos más verticalillos.
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Croquis de la vía obtenido de la web de Luichy

La vía consta de 9 largos cortitos que decidimos empalmarlos en el mismo orden que había leído en el blog de Rubén "bombero"
1ª tirada, L1 y L2, 6a+, el agüelo. Comienza en una potente panza con buenos bolos, empiezo bien, pero la alegría dura poco porque luego el resto es vertical, pero sin tanto cacho y comienzo a acerar sin más complicaciones. El feo liquen negro que cubre toda la pared en estos metros, está ya casi limpio del todo debido al paso de cordadas.
2ª tirada, L3 y L4, IV+, Vanesa. Vane no tenía idea de liderar ningún largo después de la paliza que se dio el día anterior en la Mosquitos (La Visera, Riglos), pero al final se animó no sé si aún bajos los influjos del ibuprofeno.
3ª tirada, L5, V+, Beto. Vertical a tramos, pero con  buena presa, se deja hacer.
4ª tirada, L6 y L7, 6a, V+, el agüelo. De 6a sólo tiene la panza inicial, potente y con presas mediocres, bien protegida, salida larga, si no se llega a los bolacos, no importa, hay un cordino para acerar. El resto es un festival de panzas con buena presa del que disfruté enormemente. La cuerda roza bastante debido a que hace una ligera travesía a la izquierda y luego se endereza.
5ª tirada, L8, 6b+, Beto. El coco de la vía, un largo vertical al comienzo de roca mediocre (Vane me tiró encima un bolaco), y que termina con un par de panzas potentes y sin mucha presa donde hay sendos cordinos por si alguien los quiere usar. Un estribo tampoco va nada mal, especialmente si te lo dejan colgado del cordino y ya ni siquiera tienes que meter los pies en él. Beto me quiso regalar generosamente este largo el día anterior, pero al final el azar decidió que fuera él el afortunado.
6ª tirada, L9, V, Vane. Una sucesión de resaltes cortos verticalillos, a veces con roca mediocre, que te deja a escasos metros de la cima del Mallo de la Mora.

 El agüelo liderando los primeros largos!!!!! (foto cedida por Vanesa)
 Vane disfrutando de la privilegiada posición 
que por tradición había correspondido hasta ahora al agüelo
 El agüelo en el L4 (foto cedida por Vanesa)
 Beto en su salsa: pared vertical, L5
Vane en el mismo largo
 Beto y Vane gozando del festival de panzas del L7
 Preciosas vistas de las terrazas del Gállego
 Beto liderando muy a su pesar el L8 (foto cedida por Vanesa)
 El agüelo en plena crisis de canguelitis (foto cedida por Vanesa)
 Vane comenzando el último largo
 La cordada en la cima, al fondo Riglos
 El camino de bajada
 El impresionante techo de la Maque: ¡yo también quiero!
 Jorge disfrutando del espectacular atardecer...
 ... y Chema disfrutando del espectacular techaco!!!
 Frugal tentempié en Las Piscinas
Los rústicos muy en su estilo llegaron al humo de las velas, 
justo, justo para las cerves

martes, 22 de noviembre de 2011

Morateando con los primuchis

 Abel, César, Pedro, Ana y el agüelo en el momento de abandonar las paredes
Dani Dueso se nos unió a mitad de mañana, el muy titán se hizo con todas las vías;
los primuchis no salen en las fotos colectivas porque se fueron antes
A este año pletórico de escalada deportiva sólo le faltaba esta guinda, compartir jornada con los primuchis, una de las últimas adquisiciones de los gastro-climbings. Fue el pasado pasado domingo, hace ya unos cuantos días de retraso que acumula esta entrada, cuando se produjo la conjunción astral necesaria para semejante encuentro. Nos encaminamos a la Peña del reloj en busca de vías aptas para el disfrute de todos. El sector estaba petado y encontramos un huequito a la izquierda del Gran Diedro.
Calmarza, IV+. Hice un chapaje seguro, usease, me agarré a una cinta para chaparla. El grado es ligeramente mayor del indicado y la protección es escasa, con unos alejes importantes. La guía marca 34 m y 8 seguros. Para no repetir y desde luego para no recomendar a nadie como vía de iniciación.
Variante Ruth, V. Esta sí, vía disfrutona, con mucho agarre y algún aleje, especialmente en la llegada a la reunión. 
Al Andalus, 6a+. Otra vía súper disfrutona, de extraplomo y cacho a saco, ¿qué más se puede pedir? 5 estrellas en su estilo.
El agujero tragón, 6b. Vía corta y expuesta: tiene la misma altura que la anterior y la mitad de seguros, sólo 3. Primera parte más técnica, de equilibrarse, y una parte final de cacho.
 Los primuchis trepeteando por las paredes
 Ana disfrutando de un V+ plaquero que yo no quise ni mirar
 Abel en su segundo día de adaptación a la roca
 César
 El colmo de los enganches de cuerda: ¡en un invertido!
 El agüelo tuvo que subir a liberar la cuerda
Pedro se hizo con El agujero tragón casi sin forzar y sin importarle los súper alejes