lunes, 12 de diciembre de 2016

Por fin, sol


Después de muchos findes sin ver el sol metido en cuevas y nieblas, por fin este finde he podido disfrutar del sol de invierno. Ese sol de invierno que hizo que me enganchara a la escalada deportiva, se ha mostrado bastante esquivo en Aragón últimamente. Ayer las nieblas cubrían de nuevo todo el valle del Ebro y para huir de ese cielo gris plomizo Tono había quedado con Silvia en Morata y yo me apegué a ellos de inmediato A favor, no madrugones y mucho sol, en contra, placa y más placa.
Pronto nos dimos cuenta que muchos otros escaladores habían elegido el mismo plan, moverse con el sol: un poquito de placa por la manaña en las Paredes perdidas y después más placa en la Peña del reloj. Afortunadamente la mayor parte de las cordadas eran conocidas, muchas del Coliseo. Entre broma y broma, si me había perdido, que si Rodellar estaba en otra dirección, me afané en no hacer demasiado el ridículo entre tanto aficionado a las lisas paredes verticales, mientras me peleaba con las regletas, gotas de agua y demás presas gloriosas típicas de este tipo de escalada.
En la sesión de tarde en la Peña del reloj le di un par de pegues a Espía, una vía clásica donde las haya, que se me volvió a escurrir de entre los dedos. En realidad, lo que se me escurrió fue la regleta de salida del bombo final. Otra vía más a la que no le dedico tiempo y dedicación, es decir, pegues, y que, por lo tanto, se me resiste una y otra vez. La esperanza: ya que no fue a la libreta, sirvió como entreno. Al sol. Ahí es nada.
Acumulación de cordadas en la Pared perdida
Acumulación de cordadas en la Peña del reloj 
 Una de espaldas al sol: Toto en Platinum y Tono en Espía
Silvia apretando en las placas, ¡es lo que tiene!
Una doble de papas por su sitio

sábado, 10 de diciembre de 2016

Los delirios de un pobre viejo

Atauri en la niebla

Atauri es una de esas zonas de escalada de las que me enamoré a primera vista y a las que no me puedo resistir por muy loco que sea el plan, y el del sábado pasado lo era. Ida y vuelta en un día donde las nieblas amanzaban todo el valle del Ebro. Las amenazas se cumplieron y estuvimos todo el día bajo el gris manto helador de la niebla: durante el viaje, a la llegada al pueblo, durante la aproximación (vimos a un par de vascos que subían y nosotros no íbamos a ser menos), a pie de vía... Pero durante unos pocos minutos estuvimos a punto de triunfar. La niebla dejó paso al sol mientras calentábamos y enseguida cantamos victoria. Desgraciadamente, empezamos a chuparnos las pollas demasiado pronto porque enseguida subió la niebla y se pegó como una lapa a las paredes y no nos abandonó ya. Mala suerte porque en las colinas vecinas la niebla desapareció.
En semejantes condiciones mis compis se empezaron a quejar de las manos, de lo fría que estaba la roca, etc. y pronto nos bajamos al bar a reponer ánimos.

Tono encadenando al sol Delicatessen, 6b
El grupo aterido por el frío

Al día siguiente había quedado para ir a Rodellar con David. Después de sus encadenes quería darme la oportunidad de llevarme Pequeño Pablo y el plan era quedarnos en Egocentrismo, aunque él tuviera poco que hacer allí. Al plan se nos unieron Fran y Toto, ambos del tablón de David, el Coliseo.
Debe ser que me hago más viejo de lo que yo creo, porque enseguida me hice ilusiones de que podía terminar este estupendo año encadenando un segundo 7b. Pero la realidad no entiende de ilusiones y la vía me dejó de nuevo cerca y lejos. Necesitaría visitarla con más asiduidad, como hice con el resto de vías que voy encadenando, para poder tener opciones. Intentándola una vez al año va a ser difícil.
Rodellar, por otro lado, nos regaló una solitaria jornada otoñal, totalmente alejada del bullicio veraniego. Un lujo. Una razón más para volver.

Toto y Fran alucinando en su primera visita a Rodellar
David calentando en De 8 a 14, 7a
Fran probando por primera vez los desplomes rodellarienses
Toto en acción en la misma vía
Nada como acabar el día con risas

martes, 29 de noviembre de 2016

Somáen eterno

Álex, David, Jack y Antonio (el padre de Álex) en Naturalísima, 7c

Récord personal de visitas en un año a una misma escuela: 7 veces. ¡Y aún queda un mes! Pero, ¿es que nunca se acaba la temporada en Somaén? La lluvia no puede con ella, pero y ¿el frío? De momento, tampoco. Este sábado las previsiones de 8ºC de máxima se quedaron cortas: cuando llegamos a la escuela el coche marcaba unos escasos 4º y cuando nos fuimos 6º. La verdad es que sólo pasamos frío la primera hora, luego, no sé si por esos dos grados de más o porque ya habíamos activado el cuerpo escalando, el frío dejó de ser una preocupación y la temperatura de la roca nos devolvió el tacto y la seguridad. Y así David se encadenó la extensión de Naturalísima, 7c+ y la tan deseada Carne de Birlocha, 8a. ¡Menudo día para él!

domingo, 6 de noviembre de 2016

Apurando la temporada en Somaén


Al principio sólo escalaba en verano, con calor, sudando, sufriendo y arrastrándome por las mil y una tapias a las que me llevaba Abel. Luego descubrí el sol de invierno y empecé a disfrutar, por fin, de la escalada deportiveando y al sol, sin sudar. Y ahora, gracias a la cueva de Somaén, he ampliado las posibilidades de escalada también a las lluviosas y melancólicas jornadas de otoño. Como la de ayer. Desafiando a la continua lluvia que bañó toda la península, un grupo de fanáticos nos juntamos en la cueva: escaladores de Madrid, de León... De Zaragoza fuimos Andrés, un trotamundos, David y el agüelo (yo de fanático tengo poco, fui porque me escribió David y apunto estuve de hacerme cacotas la tarde del viernes al ver la meteo). David se dedicó a sus 8os, Carne de Birlocha la tiene cada día un paso más cerca, el agüelo a seguir aprendiendo cómo escalar Petabrazos, 7b (aún me quedan muchas clases), y Andrés, al que no le gusta probar mucho las vías, picó un poco de todo y se llevó al flash Clandestinidad, 7b.
No deja de ser curioso que en el peor finde del año para escalar, nos juntáramos el mayor número de cordadas en la cueva y que hubiera que esperar en vías como Clandestinidad o Rojo atardecer. Aún así nada parecido a las aglomeraciones de súper destinos como Rodellar o Margalef.
Otro estupendo día de escalada, viendo llover.

 David calentando en El Trono, 7a
 Andrés en Rojo atardecer, 7a+. Casi casi se la lleva también al flash
Dueño y amo, amo y dueño
Otoño

domingo, 30 de octubre de 2016

Resumen deportivero de octubre

¿Fin de la temporada de Somaén? Snif, dice Jack, y yo con él

Mes de octubre extrañamente activo dividido en dos tendencias: búsqueda de nuevas motivaciones, como en Somaén y en la Balsa de Riglos, e intentos de tachar deberes, como en Benabarre, donde aún me quedaban 3 sextos por anotarme. En la primera visita con Abel y Bull intenté El llanto de Belcebú, 6c+, mientras estos dos titanes se merendaban Gunshots in the night, 6c+/7a. Antes de que se me olvidaran los pasos volví de nuevo con Tono y esta vez sí, conseguí encadenarla además de La niña psikoneurótica, 6a+, gracias al flasheo de Tono, que a su vez se llevó Gallina blanca, 6c. Vía que también estuve a punto de encadenar, pero que se me quedó para otra ocasión. Mientras yo acabé con los brazos como Popeye, el gran Tono se dedicó a hacer series en Gallina blanca y en el Llanto de Belcebú.

 Abel en el bloque duro de Gunshots in the night
 Bull llegando a la cadena de la misma vía
Secuencia típica del agüelo: comienzo fácil de El llanto de Belcebú,
superando el bloque duro, ahorrando antebrazos en la parte final,
vuelo justo antes de chapar
Risas y buena roca en Benabarre
Tono en la parte final de La niña psikoneurótica...
... y de Gallina blanca


Mi siguiente parada fue a Somáen. Allí coincidimos gente nueva en el sector, Alfredo y Fran, con habituales como David, Adrián y Andrés. La lluvia no consiguió estropearnos la jornada, ni tan siquiera mojarnos y cada uno pudo dedicarse a lo suyo: David y Adrián a por un octavo chulísimo, Andrés a encadenar séptimos sin conocimiento, Alberto y Fran a las placas y yo a Petabrazos. Bueno, en realidad, al bloque inicial de la vía porque no conseguí pasar de ahí. Gracias a la ayuda de Andrés y Adrián medio apañé un sistema para resolver estas duras 3 primeras chapas. El resto de la vía la tendré que maquear en otra ocasión.

 Fran calentando en la Variante Petabrazos, 7a
Andrés en plan coleccionista, encadenando y limpiando al mismo tiempo, 
una ruta de la que no sabemos ni el nombre
David en el techo de Carne de birlocha, 8a 
Haciendo el murciélago en mitad del techo 
Alfredo a punto de llevarse Trenes y a lo loco, 6c+
una vía plaquera que no me disgustó, pero que me pareció durísima

La última parada de este mes fue ayer en Riglos, no para intentar alguna de las numerosas vías en las escarpadas paredes de los mallos, sino para deportivear en el sector conocido como la Ralla de la balsa. Las nieblas que cubren estos días el valle del Ebro ni siquiera se asomaron y nos dejó un día de intenso calor y sol que nos quemó las espaldas a pesar de estar ya ¡¡¡¡a finales de octubre!!!
El sector consta de una sola pared dividida en una zona plaquera al final a la derecha, y un muro desplomado en el centro. Nuestros objetivos, cómo no, estaban en esta última parte. Abel quería intentar A güebra, 7a/+, y se la llevó al 2º intento, y yo la vía de al lado, Mucha faina, 7b. La primera parte es muy intensa, apretando y remando en todas las presas, sin encontrar ninguna donde soltar un poco los brazos hasta no chapar el 4º parabolt, demasiado tarde para mis pobres pulmones que no daban a basta para intentar suministrar algo de oxígeno a mis antebrazos y mi cabeza. Obviamente me quedé lejos, muy lejos de poder encadenarla, pero no tanto como para no querer seguir intentándolo. A ver si consigo compis para volver allí este invierno.

El mallo Colorado y el mallo Cored, justo debajo del cual está... 
... el sector la Ralla de la balsa 
Abel en el bloque de mitad de vía... 
... y superando con decisión la última dificultad justo antes de la reunión 
Adivina, adivinanza, quién encadenó y quién sigue intentándolo, jjjj

Diedro de las sabinas

Silueta sombreada de los mallos de Agüero

Poco a poco vamos aumentando la colección de vías de Sendero límite. Aún así estamos lejos de acabarlas todas porque ellos son como la Reina Roja, da igual lo que tú corras, ellos corren lo mismo o más: por cada vía suya que escalo, ellos ya han abierto otra más. Así no hay manera.

Fecha: 8 de octubre de 2016
Cordada: Tono, Enfedaque y el agüelo
Vía: Diedro de las Sabinas, 180 m, 7 largos
Dificultad: 6b+/V+ obligado
Material: 15 cintas
Aproximación: Antes de llegar al pueblo de Agüero hay que coger un desvío a mano derecha, justo en una fuerte curva. Este camino pasa por el cementerio y termina en la parte alta del pueblo. Dejamos el coche en una explanada de tierra. Justo en frente nace una pista que después de llanear un poco, desciende bastante hasta una curva a la izquierda, seguimos por la misma pista y vamos rodeando los mallos y el puro. A los pocos minutos veremos un camino empinado que nos lleva a la pared y después de recorrer unos cientos de metros pegados a ella llegamos al pie de vía.
Descenso: Nosotros bajamos en 3 rápeles y siglos de tiempo, porque hay que guiar los dos primeros y porque las cuerdas se nos enredaron en todos y cada uno de los matojos/sabinas que hay en la pared.

El nombre de la vía es confuso: sabinas hay a patadas, correcto, pero el diedro ni lo olimos. A ver, está allí, pero está tan rotiñán que decidimos no tocarlo siquiera. Además en el 2º largo se abandona definitivamente. La vía disfruta de sombra casi todo el día al estar en la cara oeste del macizo, así que mejor abstenerse los días frescos y ventosos como el que tuvimos nosotros.
La calidad de la roca es buena, excepto en el primer largo donde hay que andar con cuidado por los compañeros que tienes abajo, y el último, el típico de llegada a cima: tumbado y roto. 
En estas webs, y en otras muchas más, puedes encontrar la descripción de los largos de la vía:
Nosotros nos dividimos los largos de la siguiente manera: los dos primeros para Tono, los dos siguientes para el agüelo y los dos últimos para Enfedaque. El último largo no merece la pena si se va a bajar rapelando, es un largo corto y muy roto.

Todas las fotos son de Enfedaque, yo me dejé la cámara en el coche.

Vistas del Puro y de la cara sur
Primeros metros de la vía, a punto de comenzar el diedro fantasma
Travesía de comienzo del L2: bye bye diedro
Placa final del 2º largo
Mantenido 3er largo
Superando con estilo, y con una buena petada de brazos, el paso duro del 4º largo
Le entré con ganas al largo, con intención de liberarlo, pero escalar a vista no es lo mío
Vistas del 5º largo desde arriba: 
al comienzo del largo hay un paso cabrón que tuve que repetir dos veces!!!
Rápeles guiados al comienzo del descenso
Sabina de la 2ª reunión, fuente de los mil y un enredos de cuerda
En Murillo de gállego, apretando de verdad

sábado, 1 de octubre de 2016

Septiembre me da suerte

El fin de las vacaciones después del parón de agosto por falta de compis con los que encordarme, no deja de sorprenderme año tras año. En el 2014 encadené mi primer 7a+, Rojo atardecer, en Somaén, después de no haber escalado en meses por culpa de un tobillo, en 2015 me hice con mi único séptimo del año, Lola, en Rodellar, y este año el regalo ha sido mi primer 7b, Clandestinidad, en Somáen.  ¡A ver si sigue la racha!
Esta era mi cuarta visita a Somaén este año. A principios de agosto ya me quedé bastante cerca de encadenar la vía, pero el parón veraniego me hizo pensar que se iba a convertir en otro proyecto más sin terminar. Las visitas a Foz y Rodellar, que terminaron muy lejos de ningún encadene, ya apuntaban en esa dirección. Sin embargo, nunca sabes cuándo te va a volver a sonreír la suerte. El sábado empezó con muy buenas sensaciones, cada pegue que le dí a la vía avancé un pasito más, y el domingo los astros se alinearon un septiembre más y conseguí chapar la cadena. 
Ahora toca seguir buscando vías que me motiven para seguir apretando y esperar que la suerte llame de nuevo.

 En Foz con David a finales de agosto
En Rodellar con Abel a principios de septiembre: 
la vía, ¿Dónde está Wally? nos puso en nuestro sitio
El descanso de los guerreros 
Cafecito mañanero y súper barra de pan para pasar el día
Murciélago brutal en mitad de este caos infinito de boquetes
Trayectoria de Clandestinidad:
¿dónde voy a encontrar otro viote así?


¡Hasta la próxima, Somaén!