martes, 29 de diciembre de 2015

Ramales again

 Abel inspeccionando el sector Cueva de los gitanos
Vistas de la pared escalable. 
Tapada por el arbolillo en el centro el 6a que hicimos para calentar

Ramales de la Victoria es una estupenda escuela de escalada de Cantabria... para el que le guste la escalada técnica de regletas. Como ése no es el caso ni de Abel ni del agüelo, Abel había buscado un sector, la Cueva de los gitanos, con vías de desplome y buenas presas. Visité este bonito enclave hará 8-9 años, también con Abel, también en Navidades, pero me llevó a un sector de placa tumbada sencilla, nada de desplomes, porque en aquel entonces no sabía lo quería, jjjj.
Esta escuela está situada además a una distancia similar, algo más de 50 minutos, tanto de Villarcayo, donde estaba pasando las fiestas Abel, como de Bilbao, donde estaba yo. La escuela está en la carretera a Burgos desde Laredo y para llegar a ella hay que pasar el pueblo (si vienes de Bilbao) y subir un pequeño puerto. En la última curva tenemos la entrada al aparcamiento a mano izquierda, indicado por un cartel de Cuevas de Covalanas. Los sectores se encuentran todos a escasos minutos del aparcamiento. Para llegar al nuestro hay que subir por la primera pista a mano derecha, que abandonamos a los pocos metros para cruzar una valla a la izquierda, subimos por una suave cuesta hasta llegar a una pronunciada curva, donde abandonamos la pista para coger un estrecho sendero a mano izquierda que en pocos metros nos baja hasta la entrada de la cueva. La cueva está protegida por una alta valla y sólo se puede escalar en la pared externa de la izquierda donde se encuentran la escasa media docena de vías del sector. Suficientes para pasar la mañana. 
Empezamos por una vía nueva de la que desconocemos el nombre y que parece ser 6a, aunque tanto a Abel como a mí el techo nos pareció mucho más duro. Tan duro que casi casi le damos de 6b, jjj. Luego de mucho mirar y remirar, decidimos reventar nuestros escuálidos antebrazos en Padre Black&Decker, 7a. No debimos interpretar bien el croquis que llevaba Abel y montamos reunión en la vía de al lado y con estos inventos quedó un paso final inhumano que no hubo manera de resolver.
Nada de todo esto nos chafó, por supuesto, una mañana en la que disfrutamos de un sectorcillo tranquilo de desplome y cacho.
 Así lucían las montañas al comienzo de la mañana...
 ... y así estuvo el resto del día debido a la acción de impresentables anónimos, 
la falta de lluvias de este extraño invierno y el fuerte viento
 Abel atacando la panza-techo de la primera vía
 Vista general de la estupenda vía
El abuelo apretando en Padre Black&Decker, 7a
con la cuerda por arriba que no estábamos para muchas alegrías
Lo único que faltó a la fiesta fue el solecito, 
que empezó a entrar cuando ya nos íbamos, 
pero a cambio estuvimos a resguardo del incómodo viento

lunes, 28 de diciembre de 2015

Rodellar en invierno

Vistas de la impresionante Gran bóveda, Nanuk se encuentra la izquierda, 
en la sombra, y Nuit de temps, a la derecha

Sabiendo David la afición que le tengo a Rodellar no lo dudó ni un instante: de entre las varias posibilidades que él barajaba para escalar el finde del 12 y 13 de diciembre, ésta era la única que no iba a ser capaz de resistirme. El plan era sencillo: él tenía una larga lista de 7os que quería tachar de su libreta y yo me dedicaría a arrastrarme para desmontarle las vías. Y así fue. El sábado fuimos al sector Egocentrismo donde David se llevó Paisanu, 7a para calentar y Pedrosaurio, 7b al segundo intento. Como el muchacho no estaba todavía cansado, esa misma tarde nos dirigimos a la Gran bóveda donde montó y probó Nanuk, 7c. Un viote muy físico con un paso muy duro para llegar a la reunión. Yo nunca había visitado este súper sector sólo apto para machacas, así que mientras colgaba como un chorizo de cada una de sus chapas, miraba extasiado la nueva perspectiva del cañón. Flipante. De esta primera jornada no hay fotos porque me dejé la cámara en el coche, jjj.
Dormimos plácidamente en el Kalandraka, lo de los ronquidos de David es puro mito, y al día siguiente con la calma nos fuimos al sector Nuit de temps para calentar. Yo quería probar allí uno de los 6bs de Rodellar que se me siguen resistiendo, Objetivo M, 6b+, y que así seguirá por los tiempos de los tiempos. Es una vía con poco desplome y demasiadas regletas malas para mi falta de técnica. Después de que David encadenara ésta y Fanthkes o panthere, 7a, volvimos al verdadero proyecto de David, que tampoco esta vez pudo terminarlo.
La falta absoluta de encadenes no me impidió disfrutar de un espectáculo totalmente insólito: escalar en Rodellar sin oír a ninguna otra cordada. Silencio absoluto, placer adulto.

 Desayunando al sol en las terrazas del Kalandraka
 Objetivo M, 6b+, para calentar
Sección desplomada de Nanuk, 7c 
Debajo de Nanuk que va por la parte superior derecha de la foto

sábado, 19 de diciembre de 2015

IV Turrón skyrace

Medio congelados antes de la salida

Cuarta edición de esta sencilla carrera solidaria cuyo objetivo es colaborar con el Banco de alimentos de Huesca. Este caluroso fin de otoño nos ha brindado una jornada espléndida de sol y temperaturas agradables que ha colaborado al buen ambiente de la jornada.
La carrera consiste en una subida cronometrada al Pico del águila desde Arguís. Cada 30" daban la salida a un nuevo corredor para realizar un recorrido agradable a lo largo de un cómodo sendero de 4,6 km y 716 m de desnivel.
Mejores sensaciones que cuando realicé este recorrido a modo de entreno hace meses, sin embargo he terminado antepenúltimo con un tiempo de 49 minutos, casi el doble que el ganador, a 20' de Juanma y a 17' de Tono que ha conseguido un merecido segundo puesto en la categoría de veteranos.
Tengo que entrenar más.
Podium de veteranos

lunes, 7 de diciembre de 2015

Último finde activo de la temporada

Pista desde Murillo del Gállego con Peña Rueba al fondo 
y el recorrido aproximado de la vía

Y última entrada para ponerme al día antes de que se acabe el año. Esta vez mi pereza se ha pasado tres pueblos y ha permitido que una actividad de septiembre duerma tres meses en el limbo. Snif.
El plan era un combo escalada sábado + carrera domingo como siempre, pero esta vez se nos fue un poco de las manos. La vía Lorenzo Ortas no tiene nada que ver con el resto de vías en Peña Ruaba o en otras paredes que habíamos escalado últimamente en este tipo de findes. Esta es mucho más exigente, con muchos largos de 6b o superiores, y acabamos ligeramente cansados.
Croquis sacada de la web de hijosdelaroca

L1+L2, (6b+6a), 15+20m. La vía comienza muy cerca de la Sendero límite, pero se distingue fácilmente por las ya famosas chapas verdes pintadas con spray y sobretodo por la placa con su nombre. El reparto de palitos sonrió a Tono y le tocó a él empezar a pelearse con el bloque de entrada en un bombo de agarres pequeños. El resto de este primer y corto largo no tiene más dificultades y Tono decidió alargarlo empalmándolo con el siguiente, 6a, un muro vertical de presa pequeña, quedando un potente largo de 35m.
 Tono lanzándose a por la vía
Apretando en el paso duro del largo 
El abuelo contento de haber pasado lo peor de la placa del L2

L3, 6b+, 35m. Comienza con un ligero desplome que promete cacho a saco. Sin embargo, enseguida me doy cuenta del error: a 5-6 m de la reunión está el paso clave, donde los bolos gordos son planos y no consigo sacarlo. El resto del largo se endereza y a pesar de la petada inútil de brazos, se deja hacer.
 El abuelo en el paso clave del largo
Tono saliendo de él silbando

L4, 6c, 35m. Largo y duro. El paso duro, que no nos salió a ninguno de los dos, es una panza que empieza con un invertido que te pega al desplome y a ciegas tienes que buscar algo que te permita subirte encima de la panza. Ni a ciegas ni colgados del parabolt conseguimos encontrar algo a lo que pudiéramos llamar un agarre. El largo no termina ahí, sigue muchos metros más por más panzas duras, pero asequibles.
Comienzo del largo 
 Tono estudiando y requetestudiando la panza clave
 Tono llegando a la reunión de este larguísimo largo
El abuelo en mitad del patio del L4

L5, V+, 35m. Largo de relax donde lo más duro está al comienzo. Luego se llega a una enorme repisa donde se cruzan nuestra vía con la Sendero límite que va hacia la izquierda. La nuestra sigue recta hacia arriba siguiendo las chapas verdes.
Tono siguiendo la hilera de chapas verdes

L6. Largo de transición. Hay que atravesar un jardín hasta alcanzar de nuevo la pared. Aunque no hay dificultad, la roca está muy suelta y preferimos hacer estos metros encordados.
 Tono saliendo de la reunión para llegar al jardín
Un grupo de ovejas que lleva acampado en este jardín desde vete a saber cuándo 
y que es el responsable de la lluvia de piedras a primera hora de la mañana. 
Luego se meten debajo del árbol a dormir la siesta y ya no molestan. 
Es un misterio cómo han podido llegar a un lugar tan escarpado y 
cómo sobreviven sin agua a su alrededor.

L7, 6a, 30m. Largo vertical que empieza con una travesía hacia la derecha, luego se endereza siguiendo un diedro muy roto y termina en una placa hasta la reunión. Mantenido.
Travesía de comienzo del largo 
 Tono a la salida del diedro rotiñán
Tono abusando de los pocos cazos del largo

L8, 6a+, 30m. Largo vertical y continuo.


L9. Segundo largo de transición que atraviesa el segundo jardín.
Vistas del río Gállego

L10, 6a, 50m. Corto comienzo vertical, pero enseguida tira hacia la izquierda.
 Señalización de la reunión
Comienzo del largo...
... y final, al fondo los mallos de Agüero

L11, 6b, 30m. Largo mantenido sobre roca estupenda. Una dura sucesión de panzas hasta la reunión. Uno de los más bonitos de la vía. Como ya nos sucedió en la vía Sendero límite, los largos que más nos gustaron fueron los últimos, los que están después del último jardín.
¡Venga panzas! 

L12, IV, 15m. Corto y sin más preocupación que alguna roca suelta que otra.
 Largo rampeta

Fin de vía después de casi 6h
Camino de bajada hacia la ferrata con Riglos al fondo

Al día siguiente, domingo 20 de septiembre de 2015, tocaba la segunda parte del menú, carrerita por Sabiñánigo. Juanma, Jorge y Tono estaban apuntados a la Puyada a Oturia, 38km y 2000m de desnivel, y yo, mierdecilla, a la Media maratón Puyada. Según los datos de la organización la media tenía una longitud de 21,5 km y un desnivel acumulado de 1000m. Las otras carreras que había corrido eran un poco más cortas 15-18 km, pero de igual desnivel y las había hecho en unas 2h y media. Así que me hice una previsión de intentar terminar ésta en menos de 3h. El GPS de Nike+ me marcó al final una distancia de 24,8 km e hice un tiempo de 3h22'35'', es decir casi media hora más de lo que yo me había imaginado. Toma bofetón.
A pesar del bajón que me supuso alejarme tanto de los pronósticos, me encantó la carrera. El primer tercio,  hasta Santa Engracia y luego hasta cruzar el río, discurre a lo largo de un cómodo sendero por un precioso bosque. Además volver a pasar por alguno de los tramos por donde discurre la Osán me hizo mucha ilusión. A partir de aquí vienen los peores kilómetros ya que se realizan por asfalto y la bajada de nuevo al río es incómoda, por un sendero que va y vuelve, que aparece y desaparece y que cuesta un poco seguir. Y por último quedaba la guinda final de la que ya estaba advertido: una dura subida. Cada repecho que atravesaba me hacía la ilusión que era la esperada trampa, y siempre había otro repechín, y otro, hasta que nos adentramos en el bosque por terreno cómodo y llano y en mitad de la nada aparece un voluntario que te señala inmisericorde un sendero de fuerte pendiente. Lo poco que me quedaba de reserva en las piernas se quedó en esa cuesta que se me hizo eterna, más de 100 m de desnivel y 2 km de longitud. Una vez terminada  ya solo quedaba lo peor, llegar a meta.



 Nada más salir de Sabiñánigo, aún había fuerzas para correr
 Juanjo cruzando el río por primera vez
Jorge llegando a meta después de haberlo dado todo

domingo, 6 de diciembre de 2015

Doblete en Vilanova de Meiá: Txubaskos baskos y Ces

Les Arcs, una mole perfecta

Esta es una actividad antigua, del 24 de octubre, exactamente, que aún estaba esperando su oportunidad para que el perezoso autor le apeteciera dedicarle su consabida entrada en el blog. El ideólogo detrás de esta propuesta no podía ser otro que Tono, ¡cómo no!, el gran amante de la roca de Vilanova de Meiá y de los gigantes croissants de Artesa de Segre. Esta vez además me llevó a conocer un nuevo sector, la Pared de Zaratustra, que no deja de ser la continuación del Pilar del Segre. La única parte fija del día era escalar Txubaskos baskos y luego, dependiendo de las ganas y del tiempo que nos quedara, elegir sobre la marcha. Y la ganadora para el segundo plato del día fue Ces
Dejamos el coche en el primer aparcamiento nada más pasar el depósito del agua. Desde allí salen un par de senderos, a izquierda y derecha que nos llevan a la base de la pared en unos 10 minutos. Los senderos se pierden fácilmente a mitad de ladera y tuvimos que buscarnos un poco la vida hasta localizar el comienzo de la primera de las dos vías que está bien marcado con su nombre. La segunda está muy cerca de la anterior, pero sin nombre en la roca, con lo que nos costó unas cuantas discusiones localizarla. La primera nos resultó un disfrute total y la segunda nos hizo sufrir más de lo debido, especialmente a mí, que no soy ningún amante de las placas. Las dos tienen una roca excepcional y están bien equipadas.

Txubaskos baskos, V+, 100 m, 4 largos. Una gozada. 
L1, V+, 35m. Es el más duro y largo y sin embargo, empieza fácil por una sección inclinada. Cuando se acaba viene el primer paso dificilillo para incorporarte a una repisa que desde abajo parecía que iba a ser donde estaba la reunión. Pero no. Aún quedan 6-8 m verticales, donde está concentrado el grado del largo, un poco lavados y con una llegada a la reunión bastante cabronceta.
L2, V, 25m. Muy chulo, buena presa al principio, desploma un pelín y al final hay unos romos para rematar el largo.
L3, IV, 25m. Muy fácil, demasiado. Presas enormes en una sección que ni siquiera es vertical. El largo que menos nos gustó.
L4, V+, 20m. Una pena que sea tan cortito. El primer tramo es muy sencillo y luego viene lo mejor, un techito de presa generosa.

En un par de rápeles nos plantamos de nuevo en el suelo y nos pusimos a buscar nuestro siguiente objetivo, que al final fue la vía Ces.

 Primer largo visto desde abajo...
... y desde arriba, donde se aprecia perfectamente 
el cambio de dificultad que hay al final del largo
Yo pensaba que todo el largo era de IV+ y ya iba pensado: 
¡pues sí que aprientan aquí los IVs!
 Tono disfrutando del cacho del L2
 El abuelo corriendo por la rampeta del L3
Ahí dejé bien marcadito el plano de salida del bombo del L4, jjjj 
 Los dos en la reu final antes de empezar a rapelar

Ces, 6a, 90m, 3 largos.
L1, V+, 30m. Largo peleón. Engaña porque empieza por una serie de buenas presas, supera un desplomillo y empieza una sección vertical con algún paso durillo que era donde yo pensaba que estaba el grado. Se esquiva el desplome por la izquierda y luego hay una travesía hacia la derecha que es donde está la gracia. Menos mal que hay un cuernito salvador.
L2, 6a, 30m. No había pasado tanto miedo en un 6a desde hacía tiempo. Comienza por una placa vertical de presa pequeña, sigue una travesía sencilla hacia la derecha por una fisura inclinada que se va complicando más y más, hasta que hay que abandonarla y tirar hacia arriba por una placa lisa con las presas justas, un agujerito, un cuernito... El largo termina en una corta sección vertical de buena presa. Menudo alivio llegar a ella.
L3, V, 20m. Un largo muy parecido al último de la Txubaskos, comienzo sencillo y desplome final con muy buena canto. Una gozada.
No llegamos al suelo con un rápel.

 Comienzo facilón del L1
 Paso picantón a mitad de largo...
... y cuando ya pensaba que estaba todo resuelto... la travesía!!
Tono en la sección de placa del L2 
Él pasó como si nada, pero yo iba en esa misma zona con el culo bien prieto 
 Llegada a la reunión...
 ... y vistas del último largo
El abuelo disfrutando una vez más del corto desplome

De los croissants gigantes no hay documentación gráfica. Sólo puedo decir que compró CUATRO.