martes, 10 de enero de 2017

El sol de invierno más escondido

 Las paredes de San Pelegrín por encima del mar de nubes...

 ... y la centellada a lo largo de la pista dentro de la niebla

Después de una semana en casa de mis padres en Bilbao, que se me hizo larguísima, vuelvo a Zaragoza con ganas de salir y escalar algo, lo que sea. 

¿Que estoy flojo? No pasa nada, bajamos de grado. 
¿Que no hay manera de que levante la niebla? En San Pelegrín siempre hay sol, ¿No?
Pero si eso es placa, placa, abuelo. Lo que sea.
¿Y reseñas? En internet, ¿no? Pues no.
¿Alguien sabe llegar? Abel estuvo por ahí hace 6 años, algo se acuerda.

Y así nos fue. Nos costó encontrar la pista, nosotros fuimos por Alquézar y la pista nace en el parkin de arriba, nos costó llegar al parkin de la zona de escalada, Abel no se acordaba que había que atravesar el pueblo de San Pelegrín, nos costó llegar a la pared, y eso que nos encontramos en el parkin con una pareja, Adrián y Laura, que sabían llegar, pero nos despistamos de ellos y nos perdimos, y nos costó orientarnos en esa inmensa pared sin ninguna reseña.
Afortunadamente nos encontramos con conocidos que nos indicaron una vía asequible, Pasión por la clásica, 6b+, que tenía muy buena pinta. Resultó más peleona de lo esperado y nosotros resultamos estar más flojos de lo previsto, porque la vía nos duró todo el día y no conseguimos encadenarla.
Menos mal que la parte principal del plan, sol y buena roca, cumplieron con todas las expectativas.
¡A lo mejor vuelvo y todo!
En cuanto se fue el sol nos marchamos y dejamos la pared aún llenita de escaladores ultramotivados. Esta vez bajamos por Radiquero, donde al final de la pista se encuentra el albergue Tantaka, donde se pueden consultar los pocos croquis de las vías que existen.

Las nubes al sol, ummm...
 Abel en el paso clave de la vía