sábado, 6 de enero de 2018

Frío + sol = Benabarre

 Dani, Luis Miguel, Pedro, Ana y el agüelo

En diciembre llega el invierno, por fin, e intento no faltar a la cita con una de mis escuelas favoritas, Benabarre. Y además en grupete, que mola más. Y más grupetes que nos juntamos allí. Se nota que el sitio gusta.

El agüelo en Gallina blanca, 6c. 
El último sexto que me quedaba en Benabarre.
 Ana en el 6a+
 Dani y Luis Miguel en los 6bs
 Pedro probó y se llevó todo: Jigoku, 7a...
... y Belladona, 7a

Proyecto 2017 en Somaén

Vista de la zona exterior de la cueva con la vía al fondo

Últimamente Somaén se ha convertido en la escuela que más visito. Esto se ha debido a muchos factores: no está muy lejos de Zaragoza, 1h30 por autovía, no hay apenas camino de aproximación, es una cueva lo que significa desplome, es una zona muy tranquila (2-3 cordadas máximo) y a David le encanta.
Otra forma de medir mi inclinación por esta escuela es con números. Aquí encadené mi primer 7a+, mi primer 7b y es además la escuela donde más 7os tengo encadenados, 4. 
Buscando nuevas vías que probar este año me he centrado en Petabrazos, 7b. Esta entrada es un resumen del intento y fracaso a lo largo de todo el año de encadenarla. Habrá mucho que piensen que es una locura, que es aburrido, dedicar tantos días a la misma vía. Para mí es mi forma de escalar: repetir y repetir hasta que aprendo a hacer los movimientos. Sólo que esta vez no salió. Pero no es para tanto, no lo considero un fracaso, ni una pérdida de tiempo.
Es cierto que dedicar tantos días a la misma vía me impide intentar y/o encadenar otras (acabo encadenando muy pocas vías a lo largo del año), pero he disfrutado escalando la vía, con sus buenos momentos y sus bajones, he disfrutado de la compañía, los consejos y el ánimo de las escasas cordadas que se animan a ir a Somaén (muchas de las cuales repiten, como nosotros, y las voy conociendo, aunque desgraciadamente soy un desastre con los nombres y algunos de ellos los he olvidado para mi vergüenza. Perdón).
La vía se divide en 3 secciones, 3 bloques unidos por dos reposos. La primera sección consiste en una sucesión de bidedos y regletas en un tramo vertical hasta llegar a un nicho enorme donde puedes hasta sentarte. La segunda sección empieza en un techo muy desplomado con buenos pero lejanos agarres y pocos pies. Después de unos metros verticales sencillos termina en una repisa donde descansar de nuevo. La última parte la conocía porque el final de un 7a que ya tenía, Variante petabrazos. Ironías de probar vías más duras, esta sección es el crux del 7a y ahora se convierte en la parte fácil del 7b. Primero se salva una panza para llegar a un reposo de rodilla y luego continuar por terreno sencillo hasta un par de romos, una regleta y un paso de hombro antes de pillar cazos hasta la llegada a la reunión, con alguna presa escondida.

1er día (29 de abril): David ya había inaugurado la temporada de Somaén un par de findes antes y este día quedamos con Fran, un local de la zona que viene desde Soria. El primer contacto con la vía no pudo ser peor. El primer paso, no sale. Me falta fuerza. El último paso de la sección ni lo huelo. Pruebo y repruebo una y otra forma distinta, hasta que parece que una funciona.
Fran me comenta su forma de hacer el techo de la 2ª sección. Un par de invertidos a la izquierda, para llegar a un tridedo capón, y de allí a un boquete desde donde se chapa. El primer invertido es bueno, pero el segundo es infame. No hay manera. David me anima a cambiar de secuencia e ir por la derecha, pero yo sigo insistiendo porque aunque no consigo tirar del invertido romo de derechas, esta forma me ahorra pasos.
Fran en la sección inicial de La fuerza del destino, 8a+
Ambos la tienen ya encadenada
2º día (6 de mayo): Por fin  me sale la sección de invertidos. A cabezón no me gana nadie.
 Vista lateral de la vía donde se aprecia el desplome
 David en el techo de La fuerza del destino

3er día (20 de mayo): Jornada animada en Somaén: 4 desde Zaragoza, los habituales David y el agüelo, más Daniel y Barberán, y 3 cordadas de Madrid. En lo que respecta a la vía fue un día de bajón y de retropegues. Ya desde el primer momento todo apuntaba a un mal día: ni siquiera me quedo de la primera presa, otra vez. Me bajo, repito y sí, pero las malas sensaciones se quedan para no irse. No sale el siguiente paso, no sale la salida del techo... No sale.
 Barberán en la primera sección de Petabrazos...
... y en el último paso duro de la 2ª sección.
Se llevó la vía al flash
Daniel en las "plaquitas" de la derecha de la cueva
Barberán en los techos de Naturalísima, 7c
 Uno de los días con más gente
Una de las cordadas madrileñas en Petabrazos
4º día (27 de mayo): Hemos pasado de estar con el plumas entre pegue y peque a ir sin camiseta. El calor exagerado de esta semana loca de mayo y la acumulación de eventos vespertinos, reuniones de evaluación, despedidas de alumnos, correcciones de exámenes, sesiones de fisio... hacen que no encuentre el momento de ir a entrenar ningún día y me plante de nuevo en Somaén con cero expectativas. Y sin embargo resultó ser la mejor jornada hasta ahora: conseguí hacer todos los pasos de la sección bloquera inicial y llegar hasta el final del techo.
Los octavogradistas hablando de sus vías:
Fran, David y Carlos
5º día (3 de junio): Día raro raro. Una montaña rusa de sensaciones. Buenas expectativas en la vía de calentar a pesar de tener la llegada a la reunión mojado.  Bajón total en el primer intento al no poder con la primera regleta del primer paso. Fracaso en un intento tras otro. Agarro de una forma la regleta, de otra, la crispo, en extensión... da todo igual. No hay manera. El segundo paso, obviamente, tampoco salió; el invertido de derecha de la cueva tampoco. El segundo pegue no fue mucho mejor y además amenazaba chaparrón intenso y estuve sopesando desmontar la vía antes de que se empapara. 
El tercer intento fue la sorpresa total: sin ninguna expectativa porque iba a estar más cansado que en ningún otro, salió sin embargo todo, la primera regleta, el segundo bidedo, el invertido de derecha de la cueva, llego al tridedo de salida del desplome y... estoy mega fundido, sin oxígeno, sin un gramo de fuerza. Me lanzo por lanzarme a por el cazo, pero no llego ni a rozarlo. Un paso más adelante, al menos. Un paso menos para salir de las secciones duras.

6º día (17 de junio): Toco el cazo, pero no me quedo. Snif. El día que más cerca estuve de encadenarla: unos milímetros o un mundo, depende que cómo quiera ver la historia, medio llena o medio vacía.
Los sorianos con David en sus octavos
7º día (15 de julio): Tras el "episodio de altas temperaturas", según AEMET no llegó a ola de calor por unas décimas, ¡hay que joderse!, de finales de mayo y casi todo el mes de junio durante el cual apenas tuve ganas de entrenar y tras un episodio de problemas estomacales e intestinales durante el cual no tuve fuerzas para entrenar, me he plantado en las vacaciones en el peor estado de forma de todo el año (como así quedó demostrado en Rodellar hace 15 días donde no pude pasar del 6b+). Unas molestias en el hombro se añaden al panaroma y me encuentro a las puertas del finde con muy poquitas ganas de ir a ningún sitio. Afortunadamente David está siempre ahí para sacarme de mi pereza. Al menos me lo tomo como un entrenamiento.
Compartimos la fresca jornada con otra cordada de Madrid. Tranquilidad y fresquito. Esto empieza bien. Variante petabrazos es como siempre la vía de calentar. Como no estoy para nada más la vuelvo a repetir y resulta que la encadeno. Toma subidón, pues no estoy tan mal y tal y tal. Así que me vengo arriba me animo a probar de nuevo Petabrazos. Peor que las últimas veces, pero tampoco me he tenido que arrastrar. El hombro ha aguantado sin molestar, así que todo ha ido de maravilla.

8º día (5 de agosto): Más variantes para acabar igual: no puedo con el techo.
 Techito, techito...
 Andrés añadiendo más 7bs a la libreta
Cuando los fuertes hablan hasta Jack escucha
22 de octubre (9º día): A la cordada fanática se une Pedro, que ya está apunto de llevarse mi proyecto en el día, pero que finalmente se lo encadena el finde siguiente. Eso sí que es estar fuerte.

La anécdota de la jornada la protagonizó la pareja de la derecha. Una cordada con los que coincidí en Rodellar en el sector Egocentrismo. Ellos se marcharon al poco de llegar nosotros, se dejaron las gafas de asegurar, conseguí contactar con ellos dejando una nota en el Kalandraka y ya en Zaragoza les envié las gafas. Y al cabo de los meses volvemos a coincidir en Somaén!!!

5 de noviembre (10º día): Por fin llega el otoño. Jornada fría, con ligera brisa que fastidiaba lo suyo. Otro invitado más, esta vez Christian, un chico llegado de México a principio de curso.
Ni él ni yo pudimos de nuevo.
19 de noviembre (11º y último día, de esta temporada): Esta vez estuvimos solitos solitos.
 Parece que ya ha llegado el frío
Fin de la historia... hasta la temporada que viene!!!