domingo, 30 de diciembre de 2012

Vértice de Anayet (2550m)

Explanada de los ibones de Anayet, a la izquierda el Vértice de Anayet,
 a la derecha el majestuoso Anayet y en medio de ambos el collado que les separa, 
el Cuello de Anayet, por donde subimos

El invierno pasado estuve completamente abducido por el sol de invierno y la escalada deportiva y no llegué a sacar, ni siquiera una vez, las focas del trastero. Este año me había prometido, con la ayuda de mi psicoanalista, no dejarme llevar por las tentaciones que imponen con su encanto los desplomes y los cazos y alternar, al menos, las salidas: mitad a roca, la otra mitad a nieve/hielo.
Y sin llegar el tiempo de tomarse las uvas, ya he empezado a cumplir mis buenas intenciones. El puente de la Constitución a roca, este pasado sábado a la nieve.
En cuanto nos alejamos un poco de la marabunta de Formigal y nos adentramos en el coqueto barranco de Culivillas volví a sentir esa sensación que siempre me acompaña en la montaña. ¿cómo he podido dejar pasar tantos días sin volver a ella? Cada pico iluminado, cada reflejo en el arroyo, cada figura en la nieve me parecían preciosos. Foqueaba bajo el síndrome de Stendhal, aturdido por la belleza de estos Pirineos a los que recurro últimamente tan poco. Justo lo que busco en estas salidas de esquí de travesía: de esfuerzo físico bajo, por valles y rincones nuevos y se tiene la suerte la guinda de una buena esquiada. Esta guinda no estuvo presente en el pastel de este finde, una lástima.


Pantallazo de la ruta obtenido de wikiloc
(el punto de partida y llegada es el mismo, pero se me olvidó
encender la aplicación al salir del párkin y me acordé cuando
empezábamos a entrar en el barranco de Culivillas)

Actividad: Subida al Vértice de Anayet desde Formigal por el barranco de Culivillas
Participantes: Carlos, Álex, Jorge, Vanesa y el agüelo
Fecha: Sábado 29 de diciembre de 2012
Punto de salida: Párkin de Anayet, Formigal, 1740m
Desnivel total: 810 m
Dificultad: fácil
Peligros: el barranco de Culivillas es una zona relativamente avalanchosa 
que conviene evitar cuando el riesgo de aludes es notable (3) o mayor.
Esfuerzo físico: moderado
Tiempo total: 7h; hasta los ibones: 2:25h; ibones-collado: 1h; collado-cima: 45';
descenso al collado: 20'; descenso al párkin: 2h.

A esta salida se nos apuntó Carlos, un compañero de Beto en su aventura del trekking del Annapurna. El recorrido de subida es sencillo de seguir. Comienza en el párkin Anayet de la estación de esquí de Formigal. Seguimos durante unos pocos metros la pista azul del mismo nombre, Anayet, y la abandonamos en seguida en cuanto vemos a nuestra derecha el comienzo del barranco de Culibillas. El barranco gira pronto hacia la derecha entre los picos Culivillas y Punta de la Garganta. Seguimos el barranco salvando alguna cuesta más fuerte y esquivando un picudo contrafuerte por la derecha, hasta llegar al fondo del valle, donde nos espera una fuerte pendiente por debajo del pico Espelunciecha que nos deja en la explanada de los ibones de Anayet.
La mayoría de la gente acaba aquí la excursión, pero nosotros decidimos continuarla hasta una cima cercana, el Vértice de Anayet para poder disfrutar de unas vistas inigualables.
El Vértice de Anayet se distingue fácilmente a la izquierda de la inmensa mole del Anayet. Hay dos opciones para llegar a él: por un collado situado a la izquierda del Vértice o por el collado entre las dos cimas, el Cuello de Anayet. Como el primer collado estaba completamente en sombra y habíamos visto lo helada que estaba la nieve en esas zonas, nos decantamos por la segunda opción. El Cuello de Anayet es bien visible desde los ibones. Las primeras pendientes las pudimos subir con los esquis, pero al final tuvimos que darnos por vencidos y descalzarnos a falta de una escasa decena de metros, no sin antes sufrir la primera caída del día en una de las vueltas maría.
Aquí empezamos a notar los primeros síntomas del cambio de tiempo. Donde antes todo era un limpio cielo azul intenso ahora empezábamos a divisar nubes altas por el oeste. Nubes que fueron a más, hasta cubrir todo el cielo al final de la tarde. Incluso nos llegó a nevar un poquito justo antes de llegar al párkin.
Desde el Cuello hasta la cima el camino es sencillo pero en sombra, por lo que la nieve helada recomendó ponernos los crampones. Álex nos dejó alucinados a todos cuando se atrevió a bajar desde la cumbre esquiando. Cada giro que hacía arrancaba unas rascadas a la nieve helada que nos ponía los pelos de punta.
De vuelta al collado hicimos una parada para comer, que ya era hora. Los rasmias nos invitaron a unas porciones de queso curado con membrillo casero que nos supieron a gloria.
La mayoría bajamos andando hasta la explanada de los ibones y ya bien calzados nos dirigimos de nuevo hacia el barranco de Culivillas. Una vez bajada la fuerte pendiente inicial nos desviamos del camino de subida, trazando una diagonal hacia la izquierda por debajo de los contrafuertes del pico Espelunciecha para ir a salir a la pista roja de Binzanar, junto a la caseta de la Glera. Un paso un poco expuesto que a quien más a quien menos nos costó un poco atravesar. Estas diagonales a media ladera son un tormento para mí, no sigo bien la huella y me machacan la pierna que se queda más alta, por lo que no pude disfrutar de la bajada final por pistas. Para colmo fuimos a terminar a la pista azul la Glera, la pista con más bañeras y que menos me gusta de Formigal. Fue una bajada penosa. Un feo final para una excursión tan bonita. No se puede tener todo. 
Ni siquiera nos libramos con lo tarde que llegamos al párkin, con las últimas horas de luz, de las largas y desgraciadamente muy habituales colas de vuelta a casa. Así que tuvimos que parar en el bar del cámping de Escarillas a tomar una cerveza y esperar que amainara el asunto. Cosa que sucedió tal y como lo había predicho nuestro jefe indio de la jornada, Álex.

 Vistas desde el párkin Anayet del recorrido que íbamos a hacer
Entrada al barranco de Culivillas
Risas y buen ambiente durante la subida
 Primera dificultad del día, una pendiente helada 
que obligó a ponernos cuchillas o a descalzarnos, al gusto
 Mitad del barranco: en rojo de lo que nos faltaba 
y en verde la diagonal de bajada por debajo del Pico Espelunciecha
El grupo en fila india: Vanesa, Carlos, Jorge y Álex
 Últimas pendientes antes de llegar a los ibones de Anayet,
al fondo Infiernos y Algas
 El grupo al completo con el Anayet al fondo
 Aproximándonos al collado
 Superando los últimos y pendientes metros para llegar al collado
 Carlos, que se estrenaba en esto del esquí de travesía, por arista camino a la cima,
detrás la impresionante mole del Anayet
 Vistas del valle de Izas con Punta Eskarra, en el centro, y la Pala de Ip, a la derecha
 Carlos y Jorge en la cima del Vértice del Anayet
 Álex, Jorge, Carlos y el agüelo en la cima,
Vanesa decidió reservar fuerzas y no subir
 Los Lecherines y el Aspe
Palas, a la izquierda, y el Balaitoüs
 Jorge bajando de la cima
 Jorge guardando los crampones muy cerquita del collado,
al fondo la silueta inconfundible del Midí
 Álex en el collado durante la parada para comer,
al fondo, Punta de las negras
 El marrón que nos acabó por pillar
El grupete en el repostaje cervero obligado por las circunstancias,
no sé qué decía la gente del pulso del agüelo

sábado, 22 de diciembre de 2012

Sol de invierno 3: súper non

 
 Vistas de la pared El molino, al fondo Montrebei
 
Segunda salida a Benabarre siguiendo al solecico y los buenos recuerdos de la vez anterior y que se ha saldado con una gran decepción. Hostión en todo el morro para acabar el año. No ha salido nada de nada. Hemos probado un 6b+ y un 6b y no ha salido ninguno, ni de segun. Y lo peor es la flojera, el sentir cómo se acaba de golpe el power de los brazos a mitad de vía. Ha sido un querer y no poder. Después de un puente estupendo en el que salió todo, el non ha sido muy, muy duro.
El día no ha comenzado bien, anoche puse mal el despertador y he llegado media hora tarde esta mañana. En la MAZ me esperaban con cara de circunstancias Abel, Alberto y Nacho, un amigo suyo. Ale, a quedar mal delante de gente que no conozco.
Una vez en Benabarre nos hemos encontrado con una decena de coches en el párkin. El club Los mallos había organizado una quedada y habían copado todas las vías asequibles de la izquierda de la pared. Así que Abel y yo nos hemos ido a la vía más asequible que estaba vacía: Gallina blanca, 6b+. Paso durísimo de bloque nada más empezar que no ha salido ni de coña. Me he tenido que colgar varias veces para terminar de montar la vía, cosa predecible por calentar en semejantes viotes. Pero lo peor ha venido después, el segundo pegue ha sido igual de malo y al pasarme a un 6b de al lado, Stop Kazikes, mis brazos tampoco han notado la diferencia.
Alberto y Nacho han disfrutado de su primera visita a esta estupenda escuela y nosotros, al menos, hemos disfrutado del solecico y de las amistades que nos hemos encontrado por ahí: Rubén, el herrero, y Pablo, un exalumno con el que ya coincidí en la compe del Pepe Garcés.

Ambientazo en la pared
 Pablo probando un 7b+
Abel en los pasos finales de Stop Kazikes
Macho, Alberto, Abel y el agüelo al final de la jornada

domingo, 16 de diciembre de 2012

Sol de invierno, 2: el puente perfecto (III)

Día 3: domingo 9 de diciembre

 Amanecer en la ermita, las nieblas amenazaron toda la mañana,
pero al final desaparecieron
El suave viento de anoche nos jodió de frío toda la cena, ni mantas ni ná, y nos acostamos bien prontito, sobre las 8:30-9, y yo me desperté el domingo a las 8:30 pasadas. 11 horitas de sueño, no está nada mal para empezar el día. Un poco de lectura dentro del saco hasta que se levantaron los rasmias, desayuno al sol, recoger la tienda (esta vez sí que quedó perfecta) y la furgo y carretera a frikitear de nuevo. El destino, Alós de Balaguer. Paramos en Artesa de Segre en la famosa panadería Serra a comprar unas cocas y seguimos hacia Cubells. Unos pocos kilómetros antes se encuentra un desvio hacia Alós de Balaguer. Cruzamos el puente con unas vistas preciosas sobre el Segre, dejamos atrás el pueblo y seguimos en dirección a Baldomar un pocos kilómetros más. En el trayecto paramos en varias ocasiones a aprovisionarnos de unas hermosas granadas, aunque algo ácidas. 
La escuela tiene dos sectores, L'Estret y el Balcó del Segre, separados por apenas un centenar de metros. Nosotros fuimos sin dudarlo al primero, el único con vías asequibles y que, además, gozaba de la mejor orientación: nos dio el solecico todo el día (ummmm).
El camino de aproximación es corto, pero algo perdedor y hay que estar atentos a los hitos si no queremos hacer el jabalí. Nuestra zona está situada en el extremo izquierdo del sector y nada más llegar a ella se nos bajó un poco el ánimo a todos. Nos recibió una roca gris, que nos recordó las lavadas vías de Morata, y unas vías con una pinta plaquera que echaba para atrás. Vamos, nada que ver con Santa Linya. En fin, el solecito mandaba y el entorno, a los pies del Segre, era espectacular, así que resignados (no todo va a ser gozar, alguna vez tocará apretar), empezamos tranquilos por un V+, Suc de Rap. Muy bueno. Cogimos confianza y fuimos a por Concordia, 6a, con un pasito plaquero al final. Visto que ésta también nos salió y que la roca, adherente a tope, no tenía nada que ver con Morata, y aprovechando que esta última vía compartía reunión con un 6b+, Perestroika, nos animamos, más Jorge que yo (mi relación con la pplaca es la misma que con la sopa, ninguna) y nos lanzamos a probarla de segun para ver si se dejaba o no. La vía, sorpredentemente, también nos gustó: tiene dos pasos duros, en la primera panza, de bloque, y en la segunda, un pasito fino. Me salió de segun y entonces empezaron las dudas: ¿me animaba o no a darle de primer? En un lado de la balanza mi habitual Yo-cobarde de toda la vida: "¿A dónde vas pringado, si no has encadenado nunca una vía de más de 6a de este tipo? ¡Te vas a acojonar en la placa y te vas a rilar en cuanto veas dónde está la siguiente cinta!". En el otro, un Yo-con-confianza, totalmente desconocido por mi y que empieza a aparecer cada vez con más asiduidad en los últimos meses, que me decía que no tenía nada que perder, que para bajar siempre hay tiempo y que además por detrás venía Jorge que también quería darle de primer (este nuevo Yo será confiado, pero no tonto).
Ganó el último, subí con confianza, siguiendo a ese nuevo Yo, recordando los pasos, las regletas (¡qué diferentes en el segundo pegue sabiendo que ya me había quedado de ellas antes!), los pies, y cuando llegó la duda, el canguelo, ésta se desvaneció sin más, trinqué la presa buena que me sacaba de la pplaca y con el subidón de autoestima en pleno apogeo llegué a la reunión.
A decir verdad yo no catalogaría a estas vías de placa-placa. Últimamente distingo 4 tipo de vías: pplaca, finas, vertical-con-cosa y desplomes-con-cacho (creo que hay un quinto tipo, desplome de regletas, pero eso debe ser en el País de Nunca Jamás). Los frikis hablan de vías de fuerza, de resistencia, de fuerza-resistencia, pero yo me hago un lío con todo eso. Para mí las vías de este sector eran algo intermedio entre la pplaca y las verticales-con-cosa, osea, finas: con regletas, piececitos... No llego al nivel de Jorge que un agujerillo en el que solo entraba la punta del gato lo llamó pie estupendo, pero sorpredentemente no me pareció infame.
Jorge también se llevó a casita la vía y completamos nuestro redondo día volviendo a Artesa de Segre y entrando de nuevo a la panedería Serra a darnos un festín de bollos rellenos de chocolate y colesterol.
Y cabalgando hacia el oeste volvimos a casita, con un punto de nostalgia por este estupendo puente que poco a poco nos abandonaba.
    
Nieblas...
 ... y sol de invierno: vistas desde las paredes del Segre hacia el E...
... y hacia el O, al fondo el castillo de Rubió
 Vistas del sector desde el párkin, en rojo nuestra zona
 Degustación de cocas antes de apretar
 Los rasmias en Suc de Rap, V+
 El agüelo en Concordia, 6a
 Agüelo y Jorge en Perestroika, 6b+
 Risas, roca y sol de invierno

Sol de invierno, 2: el puente perfecto (II)

Día 2: sábado 8 de dciembre
Cara E de Roca del Arcs, a la izquierda la característica entosta

Nos levantamos con calma tras una noche fría. Elegimos el escaso terreno soleado para desayunar en busca de calorcito y ya con el estómago lleno tocó dedicarse a la obra de ingeniería de desmontar y plegar la tienda quechua que me había dejado Abel. Una vez semicumplidos los deberes nos dirigimos a la Roca del Arcs para hacer la Camel. Después de tantos viajes a Vilanova de Meiá para hacer artificial tenía ya ganas de probar alguna vía asequible en libre. Los Rasmias eligieron la vía y yo me fié, ¡qué remedio! Y no me arrepentí. Según todos los blogs es la gran clásica de la pared. Y no me extraña. La Camel es una vía entretenida y variada, alguna plaquita, alguna panza, una preciosa y precaria bavaresa, vertical y de buena roca y de grado asequible. Para mi extrema canguelitis un poco expuesta debido a los alejes. No parece que el canguelo se me vaya a pasar nunca.
Iniciamos la corta, pero empinada, subida a la pared aún con bastante frío y bien abrigados. El esfuerzo nos hizo entrar en calor y a pesar de que el pie de vía aún estaba en sombra, ya no quedaba ni rastro de destemple en nuestros cuerpos. No así en los gatos, que estaban como piedras.

Croquis de la vía sacado de la web de escalatroncs

Abierta por R. Montaner, J. Torrens en 1981
Dificultad (V+)
Longitud: 160 m, 5 largos
Equipamiento: parabolts colocados con mucha alegría, especialmente en las travesías. Bastante expuesto.
Material: 8 cintas y algún friend o fisurero para los numerosos alejes si no vamos bien de coco, como es mi caso.
Tiempo de aproximación: 15'
Tiempo de escalada: 3h (de 11:00 a 14:00)
Tiempo de descenso: 30'

A la pared se accede por una carretera estrecha que nace del mismo pueblo a la derecha. Se pasa la fuente y también un depósito de agua. Para aparcar hay que buscar los pocos ensanchamientos que ofrece la carretera nada más pasar un pequeño puente. El camino nace a unos 200 m de dicho puente. 
La vía recorre en sus primeros largos el borde izquierdo de la visible entosta y el comienzo es fácil de localizar.
L1, IV+, 30m. Sólo hay 5 parabolts, así que los alejes están garantizados. Empieza vertical pero con buena presa, aunque roma. Enseguida tumba por una placa que se puede ir esquivando por la izquierda, hasta situarnos debajo de una pancita, de paso fino para llegar a ella y de buen canto para superarla. Paso atlético, más V que IV+. Reunión cómoda.
L2, IV, 50m. Comienzo vertical con mucho canto, un poco a la izquierda para luego pillar el diedro. Hay una reunión intermedia de dos buriles que es mejor no hacer. Se llega a una sabina estupenda para echarla un cintajo y quitar el aleje y se sigue por una estética bavaresa a la izquierda, que yo no la disfruté porque subí cagado ya que toda la laja sonaba fatal y el último tramo se movía en exceso (debió ser el canguelo porque a los rasmias les pareció súper buena). Reunión cómoda en una repisa.
L3, V, 20m. El más expuesto. Hay que esquivar el techaco que tenemos sobre nuestras cabezas y bajar por la repisa hasta el primer seguro, unos 10m, y después de un par de pasos más enfilar hacia arriba por una sección vertical, pero con muy buena presa. Aquí hay un buen aleje con mucho patio que no sé yo si meo hubiera dado de primero, menos mal que íbamos con Jorge. Pasamos la reunión intermedia (totalmente colgada, es muy incómoda), y comienza una expuesta travesía a la izquierda, fácil, pero protegida por un solo parabolt.
L4, V+, 20m. Salida vertical, bien asegurada por 3 parabolts donde está el paso más técnico: una placa fina, sin apenas pies, pero buenos agarres para manos. Después se sigue con tendencia hacia la izquierda por terreno más fácil, pero con menos seguros.
L5, IV, 40m. Inicio algo vertical con mucho canto y luego una rampeta de III con muy buena roca. Aquí sí que no me importaron los alejes. Llegamos con los últimos rayos de sol prque esta parte de la pared tiene orientación E y le da la sombra a partir de las 2-3.
Descenso por la derecha, empinado y delicado. Bastante húmedo.
En cuanto perdimos de vista el sol la temperatura bajó y nuestro plan inicial de hacer otra vía fue sustituido por un frugal almuerzo con vinito y un paseo turístico al sol por el Pilar del Segre. Me temo que no conseguí ningún adepto más para el lado oscuro.
Terminamos la tarde tomando unas cerves en la Peña barcelonista (los rasmias lo llevaron lo mejor que pudieron).

Desayunando al sol
Camino a la pared, nuestra vía justo enfrente
Los 3 en el pie de vía
 El primer largo, en rojo la panza final antes de la reunión
 El Pilar del Segre, por la fisura que va de derecha a izquierda
discurre la vía de artificial Mi primer amor
  
 Los Rasmias a mitad del primer largo
  
 Vanesa pensando si tirar recta por la placa...
 
... o no
Jorge superando la pancita
El agüelo empezando el L2
Los rasmias en la bavaresa del L2
Vane tirando de la parte más rota de la laja
Jorge descendiendo la repisa inicial del L3
Mucho patio: sección vertical del L3
Vane en la R2, al principio de toda esta travesía
El patio del L3 visto desde la R...
... y visto desde el 2º de cordada, en pequeñito Vanesa
El agüelo acojonado con el patiaco en la travesía final del L3
Jorge esperándonos en la R3, ¡uf, qué lejos está todavía!
Dando ánimos a Vane en la misma travesía
Jorge al inicio del L4
El agüelo y Vane en la pplaca del L4, pero
¿¿dónde están esos pies que decía el muy ... de Jorge?
el sol ya empezaba a esconderse
Vane disfrutando de la pplaca
El trío calavera al final de la vía
Atardecer en la ermita vista desde el pueblo