sábado, 1 de octubre de 2016

Septiembre me da suerte

El fin de las vacaciones después del parón de agosto por falta de compis con los que encordarme, no deja de sorprenderme año tras año. En el 2014 encadené mi primer 7a+, Rojo atardecer, en Somaén, después de no haber escalado en meses por culpa de un tobillo, en 2015 me hice con mi único séptimo del año, Lola, en Rodellar, y este año el regalo ha sido mi primer 7b, Clandestinidad, en Somáen.  ¡A ver si sigue la racha!
Esta era mi cuarta visita a Somaén este año. A principios de agosto ya me quedé bastante cerca de encadenar la vía, pero el parón veraniego me hizo pensar que se iba a convertir en otro proyecto más sin terminar. Las visitas a Foz y Rodellar, que terminaron muy lejos de ningún encadene, ya apuntaban en esa dirección. Sin embargo, nunca sabes cuándo te va a volver a sonreír la suerte. El sábado empezó con muy buenas sensaciones, cada pegue que le dí a la vía avancé un pasito más, y el domingo los astros se alinearon un septiembre más y conseguí chapar la cadena. 
Ahora toca seguir buscando vías que me motiven para seguir apretando y esperar que la suerte llame de nuevo.

 En Foz con David a finales de agosto
En Rodellar con Abel a principios de septiembre: 
la vía, ¿Dónde está Wally? nos puso en nuestro sitio
El descanso de los guerreros 
Cafecito mañanero y súper barra de pan para pasar el día
Murciélago brutal en mitad de este caos infinito de boquetes
Trayectoria de Clandestinidad:
¿dónde voy a encontrar otro viote así?


¡Hasta la próxima, Somaén!

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