lunes, 1 de marzo de 2010

Pico Secús (2351 m) desde Gabardito

David foqueando bajo la inmensa mole del Bisaurín
(al fondo con su cara norte nevada)

Por fin puedo quitar la palabra intento en el título de una entrada referida a esquí de travesía: esta vez sí llegué a cima, el Pico Secús (2351 m). Este monte no era nuestro objetivo inicial, sino el Pico Agüerri, pero debido a lo tarde que salimos y a lo lento que avanzamos (sobre todo debido a mí) en cuanto llegamos a los llanos de Secús tuvimos que recalcular la ruta y fijar un objetivo más asequible.

Salida: Pico Secús desde Gabardito
Fecha: domingo 28 de febrero de 2010
Participantes: David "malabarista", José Antonio "peletano", Abel y el "agüelo"
Altitud de salida: 1360 m
Altitud máxima: 2351 m
Desnivel máximo: 991 m (1150 m acumulado)
Hora de salida: 11:00 am
Tiempo de subida: 3h 50'
Tiempo bajada: 2h 50'
Tiempo total actividad: 8 h
Dificultad: media (el desnivel es importante, el foqueo por el valle es incómodo y exigente con mucho sube y baja, la pala final tiene una fuerte pendiente y nieve venteada y dura y por último la bajada desde el Salto de la Vieja discurre por un camino estrecho, con fuertes curvas y un precipicio en el costado)

En rojo aproximadamente la ruta de subida,
en verde la de bajada y en azul la ruta al Bisaurín


El sábado a la tarde quedamos David, Abel y yo para tomar unas cervezas y ponernos de acuerdo en el plan del domingo. Después barajar muchas posibilidades nos decidimos por la opción del Pico Agüerri. Apenas madrugamos, salimos de Zaragoza a las 8 de la mañana y recogimos a José Antonio en Puente la Reina a las 10. Allí había una mini concentración de traveseros: los de Sendero Límite, las Focas Majaras, nosotros... Con ese horario ya se veía venir que teníamos muchas posiblidades de ir apurados al final de la jornada.
El día fue estupendo, demasiado estupendo: cielo limpio y sin viento hasta que llegamos al último collado, así que sufrimos una auténtica chicharrina durante la mayor parte de la jornada. Comenzamos por terreno conocido, pero las condiciones eran totalmente distintas: había muy poca nieve y mucho hielo en el inicio (la vez anterior salimos con los esquís puestos desde el coche y ayer tuvimos que cargar los esquís a la chepa casi hasta el Salto de la Vieja) y bastante más en el Salto de la Vieja. La nieve era húmeda y pegajosa. En cuanto cogimos el desvío hacia el Agüerri empezó el festival de subidas y bajadas, de cruce infinito del barranco de un lado para otro y de búsquedas de pasos seguros a salvo de avalanchas (vimos restos de varias a lo largo de todo el día)... Toda esta actividad extra hizo más divertida la marcha y bastante más exigente. Llevábamos de avanzadilla a nuestros dos guías indios David y José Antonio. Ellos eran los que evaluaban a cada paso los riesgos y las posibilidades a seguir. Yo iba a cola del pelotón haciendo la goma continuamente: se paraban a buscar el mejor paso y en cuanto llegaba yo, ellos arrancaban y me dejaban atrás de nuevo. Abel hizo de enlance entre la cola y la cabeza. Pasamos al lado del refugio de Secús y seguimos hasta los llanos de Secús. Allí David se apiadó de mí y realizamos una parada en condiciones, con descanso, comida y agua. Mientras descansamos se hizo evidente que el Agüerri se nos quedaba demasiado lejos de nuestras posibilidades (la rampa final es demasiado pendiente) y buscamos una cima alternativa y el Sescús estaba ahí enfrente de nosotros con un cómodo acceso. Este descanso refrescó mis piernas y salí el primero con mucho ánimo. En seguida me dieron alcance primero David, luego José Antonio y finalmente Abel también. El collado situado a la izquierda del Puerto de Tacheras nos recibió con un helado viento que había endurecido toda la pala final y nos obligó a usar cuchillas. Las habíamos metido todos en la mochila por una pura cuestión de seguridad más que por opciones reales de tener que usarlas. Y mira por donde cuando menos te los esperas, después de una soba de foqueo por nieve sopa nos toca ponerlas en medio de un frío viento. ¡Qué verdad es esa de que más vale un porsiaca que cientos de penseques!!!! Yo había comprado las cuchillas este misma semana pasada y no había tenido tiempo de probar cómo se colocaban y solo tenía como referencia las instrucciones que medieron en la tienda, así que tardé un rato en colocarlas, ¡¡¡casi 10 minutos!!!!
Mi primera experiencia con las cuchillas fue un poco decepcionante. Yo pensaba que iba a ser tan fácil como subir con crampones y no fue así: la fuerte pendiente me impedía apoyar los dos lados de las cuchillas y apenas podía coger pendiente porque en seguida me resbalaba. Así que tuve que realizar zetas muy muy planas. En la cima me estaban esperando mis ateridos compañeros y para no aumentar su congelamiento realicé una parada lo más corta posible: unas pocas fotos, una rápida ojeada a las vistas, un poco de agua, quitar focas, (en esta tarea me ayudó David) apretar botas y para abajo. El tiempo apremiaba, una pena, no se puede tener todo.
La bajada la iniciamos con mucho cuidado, pero después de un par de giros con más miedo que otra cosa, enseguida cogí confianza y disfruté de los escasos 100 m hasta el collado. La mejor parte de toda la esquiada. De ahí para abajo hubo de todo: nieve durilla, nieve costra (otra vez al conocido punto y raya) y nieve sopa, pesada (más puntuación). A partir del refugio de Secús cambiamos el itenario y continuamos todo el tiempo por la vertiente izquierda del barranco y sólo tuvimos como problema una corta ladera de fuerte pendiente y nieve pesadísima. que Abel atacó con mucha convicción. Pasamos al lado de los últimos aludes y por no ponernos las focas tuvimos que recurrir a todo tipo de artimañas para superar las continuas lomas sin escurrirnos hacia abajo. Con la poca técnica que yo tengo me costó mas tiempo y esfuerzo que si me hubiera puesto las focas. Llegamos al coche con las últimas luces, disfrutando de un precioso atardecer en medio de una fuerte bajada de temperatura que nos estimuló para hacer una recogida exprés del material.
Paramos en el Mesón de la Reina para tomar unas cervezas y unos bocadillos, pero el camarero estaba con ganas de cerrar y se mostró demasiado seco: no hay pan, si queréis latas de coca-cola ahí tenéis la gasolinera y todo en ese plan. Así que ahuecamos el ala en cuanto nos terminamos las bebidas y llegamos un poco antes a casita. Alla él.
Porteando por el bosque esquicvando el hielo del camino
Nada más pasar el desvío hacia el Agüerri empezaron las diversiones
Cruzando el barranco una vez, dos...
Jose Antonio foqueando con sus gafas de ventisca, je je
Alejándonos de una ladera potencialmente peligrosa
El Bisaurín al fondo
El paso de las grullas
Aludes en las laderas oeste del collado de Foratón,
pasamos debajo de ellas a la vuelta

Vueltas y revueltas
Acercándonos a llanos de Secús, al fondo la cima del Secús,
a la izquierda el refugio de Secús

Descansando en los llanos de Secús
Las últimas palas venteadas del Secús
Arista cimera del Secús, al fondo el Agüerri
Abel y Jose Antonio haciendo el chorras en la cima del Secús
Bajando con cuidadín de la cima
Jose Antonio volando sobre la nieve húmeda en estilo telemarc
La última dificultad: una fuerte pendiente con nieve muy blandita
Atardecer desde la pista de esquí de fondo

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