lunes, 9 de febrero de 2009

Morata

Los planes de este pasado finde se movían entre: a) no hacer nada, descansar, y b) como mucho subir un día a Pirineos a esquiar. Pero el tiempo no estaba para bromas y la 2ª opción, la del esquí no era muy realista. Así que ya estaba plenamente convencido a no hacer nada de nada cuando el sábado me llamó Carlos para ir a Morata. Habían venido la pareja de escaladores de Llodio que conocimos en diciembre (ver entrada Escalando en Morata: Paredes Negras) y había quedado con ellos. No me pareció mal plan y acudí el domingo por la mañana, sobre las 10. Carlos se había llevado un saco, así que esta vez había más opciones reales de poder escalar. Llegué un poco tarde, aunque no creo que les importara mucho porque el día no era el ideal: nublado, fresquito y con ligero viento (parecido al que tuvimos cuando nos fuimos a escalar a Sella el puente pasado). Elegimos la zona del Macizo de Alí porque se suponía que estaba un poco más resguardado del viento. Y en un principio así fue, de hecho hubo momentos en los que hasta salió el sol.
La jornada fue corta: Julen y Koldo querían volver prontito a casa (además el sábado habían pasado un frío de la leche escalando y yo creo que ya estaban cansados) y por otro lado el viento se acabó imponiendo y era realmente incómodo. Corta no quiere decir ligera. Hicimos pocas vías, pero ninguna bajó del 6a. De las pocas veces que no me dejaron siquiera calentar en un quintito. Tampoco escalé ninguna vía de primero. Fue un día de entrenamiento, más que de disfrute. La vía que eligió Carlos para empezar fue "Sí, cariño sí", un antiguo V+ según Carlos, hoy en día catalogado como 6a (a ver qué dice la nueva guía que según parece está al caer). Es una vía que conseguí encadenar hace unos meses gracias al empuje moral de Carlos, pero que resultó demasiado dura para calentar (a pesar de que iba de segundo). Aunque casi conseguí encadenarla de nuevo. Me equivoqué en un paso, me fui demasiado a la izquierda y luego no pude, no supe, volver. Descansé, vi el paso y enseguida lo saqué. Esta fue la única vía que intenté que estuviera más o menos en mi grado, vamos de las que tengo alguna posibilidad de encadenarla. Todas las demás estaban totalmente fuera de mi alcance. Pero no me quejo, hay que ir aprendiendo también en vías más difíciles.
Koldo en "Otan, no" y Carlos en "Sí, cariño sí"
De ahí pasamos a "Recuerdos", un 6a+ con un par de pasos muy finos donde no hay presas para las manos y para los pies apenas unos resaltillos romos, sin aristas que ayuden a sujetarse a los gatos. Demasiado para mí. Descansé en esos dos pasos y los superé como pude, medio arrastrándome, medio ayudado por Carlos que tiraba de la cuerda. Mi entrenamiento en mini-regletas continuó con "Tomy", un 6b+/6c que no hay por dónde agarrar: placa, placa. Hace unos meses también lo intenté y no conseguí pasar de la primera chapa. Esta vez, ayudado por Javi (Carla y él vinieron a medio día), y por el entrenamiento en "Recuerdos", conseguí alcanzar al menos la 3ª tras varios intentos y apunto estuve también de superar esta chapa. Todo un logro.
Julen en "Tomy", pegado como una lagartija a la pared
La última que intenté fue "Quebrantadedos" otro 6b+/6c con una entrada mucho más asequible y esta vez conseguí llegar sin ayudas hasta la mitad de la vía, donde intento tras intento me caía irremediablemente.
Carlos descansando manos en "Quebrantadedos" (y luego mis alumnos me llaman "JesuCristo")
Yo haciendo lo mismo en "Recuerdos"
Desistí y con los dedos doloridos de tanta ñapa (presa pequeña), nos fuimos todos al bar La Plaza. Allí siempre te puedes encontrar con conocidos. Esta vez con Castillo y Carlos (uno de los autores de la futura guía de Morata).
Cuando salimos estaba chispeando, así que comprobamos con alegría que habíamos rascado a este domingo todo lo que se pudo.

1 comentario:

EL MORO dijo...

mu buen reportaje!!
y mu buenos recuerdos.
ahora, dentro de la vorágine laboral de entre semana, es un alivio recordar la calma y el aislamiento del macizo de alí.
muchas gracias