jueves, 21 de agosto de 2008

Picoteando un poco de todo

Domingo 10 de agosto y de nuevo entramos en el recinto de Ranillas a escuchar música. Primero pasamos por el balcón de las músicas, a las 19:00 actuaba Mariem Hassan, una cantante saharaui con gran vitalidad. No puedo decir que me encantara su música, pero sí que resultó interesante. Después de visitar y cenar en el pabellón de Dinamarca, volvimos para escuchar a James Blackshaw, el supuesto renovador de la guitarra acústica. “Armado con una guitarra de doce cuerdas, interpreta sus propias composiciones, sobre las que improvisa continuamente en escena. Su sonido recuerda a la música clásica y a través de elaborados acordes consigue crear atmósferas minimalistas, tremendamente cálidas y asequibles para el oyente ocasional” dice la web de la Expo. Nosotros llegamos tarde y sólo pudimos escucharle dos temas: un poco rollo, a mi parecer. Pero no tengo más datos.

De ahí nos fuimos al anfiteatro a ver a Bjork, o eso pensaba yo, pero en realidad ella no era más una de las 4 artistas invitadas al concierto de la banda de Tourmani Dibaté. Un artista africano intérprete de la kora, un arpa hecha con una calabaza. Nuevamente música y tambores africanos en el anfiteatro: este verano no ha hecho falta viajar al continente africano para sentir su ritmo. El concierto fue vibrante y las colaboraciones impresionantes: además de la mencionada Bkork, Damon Albarn (Blur), Eliades Ochoa y José Soto (retama). El concierto intercambió puros sonidos africanos con sonidos fusionados con la música occidental, una nueva muestra maravillosamente ecléctica. No dejó indiferente a ninguno de los miles de espectadores que esa noche estábamos abarrotando el anfiteatro. Esta vez casi nadie abandonó su asiento.
Antes de abandonar el recinto pasamos por debajo del Balcón de las músicas. Allí actuaba Darry Hayman. Sonaba realmente bien y nos quedamos a escuchar sus últimos 3 temas. Un buen colofón a una tarde tan diversa.




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