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lunes, 17 de agosto de 2015

Cuevas y carreras

Un poco de fresquito en el calentamiento

Primer año que puedo completar el trío de carreras, Osán, Boca del Infierno y subida a Peña Oroel, que me propusieron hace 3 años los rasmias. La explicación es que este verano me he liberado, de momento, de las lesiones. Sin embargo, esta deseada continuidad no se ha traducido, como esperaba, en una gran mejora, ni escalando ni corriendo. Snif, snif. Este año como novedad hemos contado además con la presencia de Enfedaque, al que casi casi convencimos para participar en la carrera.
El sábado para mantener la tradición hicimos planes para una escalada de tapia disfrutona en Agüero, planes que la lluvia deshizo sin piedad y que dejó al grupo en manos de las locas ideas del agüelo que nos llevaron a la cueva de Os Chitanos a intentar de nuevo ese viote llamado Gorilas en la niebla. Sin embargo, dos años después los brazos petaron en el mismo sitio, no avancé ni un sólo centímetro más. Tono y Enfedaque pronto se arrepientieron de seguir al agüelo y Tono se dedicó a petar la travesía de calentamiento a series.

El agüelo en el divertido comienzo de la vía...
... y en el comienzo del techo, donde se acaban las tonterías y los brazos 

Tres pegues y cero avances después abandonamos la cuevaca rumbo a Jaca donde quedamos con los rasmias y donde recogimos los dorsales para la carrera. Esta vez compartimos CasaTono con su familia y la cena siguió el guión de tantas otras cenas: pasta y panceta a la brasa. Después de una movida noche de la que no me enteré de nada, nos levantamos para un frugal desayuno, para disfrazarnos y para encaminarnos hacia la salida. Vanesa y Enfedaque habían salido antes rumbo al parador, donde dejaron el coche y donde empezaron a subir para poder pillarnos antes de que llegáramos a la cima-meta. Para pillarme a mí no tenían que haber madrugado ni nada, pero Tono y Jorge son otro cantar.
Este año tenía serias dudas sobre mis piernas ya que sólo habían pasado un pocos días desde la alpargatada del Vignemale con Víctor. Aún así, mantuve mis planes para la carrera: ir a muerte hasta la fuente previa al parador y luego morir en las 34 curvas hasta cima. Y mis sensaciones parecían que iban acorde con el plan trazado. Pero está claro que las sensaciones no siempre tienen algo que ver con la realidad. Primero hubo una salida neutralizada por las calles del centro de Jaca, donde se dio una pequeña vuelta para volver a pasar una segunda vez por el arco de salida. La salida iba neutralizada sólo para los titanes, yo ni siquiera me enteré de la neutralización, fui a tope mientras los buenos iban al ralentí. Luego en los kilómetros de falso llano mis sensaciones eran que seguía a tope, al menos a tope de mis pulmones. Aguanté el tipo en las curvas e incluso casi pude completar el último kilómetro de falso llano corriendo. Llevado por mis sensaciones llegué a creer que había pulverizado mi tiempo de hace dos años. La realidad fue una escasa mejora de algo más de un minuto.
Ahora, ya se sabe, toca entrenar más para fracasar mejor la pŕoxima vez.

Concurrida salida en el centro de Jaca 
Metros finales para los tres 
Selfie desde la cima, abajo, allá al fondo, lejos, lejos... Jaca 
Más contento que un ocho por haber podido llegar a meta al menos, 
bajamos todos al merecido refrigerio en el parador,
a la ducha del camión de bomberos, calentita como pedía el día,
y a la sesión de telepizzas en CasaTono

lunes, 12 de agosto de 2013

3 días de sacrificio y dieta


La salud, como cualquier otra característica biológica, viene determinada por la genética y el ambiente. La primera, de momento, no la podemos modificar, pero la segunda, los hábitos de vida, sí. En esta última se incluyen muchos factores, consumo de tabaco y/o otras drogas, posturas en el trabajo, horas de sueño, higiene... y sobretodo ejercicio físico y alimentación. Está comprobado que el ejercicio físico es, con mucho, el factor ambiental que más influye en nuestra salud, y sin embargo, muy poca gente lo practica regularmente (quizá por el grado de sacrificio que conlleva). Pero a  nosotros el sacrificio no nos asusta y habíamos planeado un conjunto de actividades físicas, escalada deportiva y footing, que nos iban a exigir lo mejor de nosotros mismos, así que teníamos que empezar a cuidar más la alimentación y decidimos dejarnos llevar por las modas y nos pusimos en manos de un nutricionista. En esta ocasión nos pusimos en las experimentadas manos de Tono. Y él, para evitarnos tentaciones mundanas, nos recluyó en su casa familiar de Jaca y allí nos sometió a su dieta de la panceta. Esta dieta a diferencia de otras más famosas como la de la alcachofa o la del brócoli, no está basada en único alimento, a pesar de lo que su nombre pueda hacernos pensar, y admite varios complementos como chistorra, longaniza, pizza, nubes o auténticas bombas calóricas como bollos rellenos de nocilla y mantequilla. Todos alimentos naturales, nada de polvos químicos, y por lo tanto sanos. El sacrificio dietético ha merecido la pena y hemos obtenido buenos resultados tanto en la escalada como en la carrera, así que siguiendo el populista razonamiento "si a mí me funciona...", me había propuesto mantener la dieta en el tiempo, para evitar el conocido efecto yo-yo, pero nada más llegar el domingo por la noche a casa, sucumbí a la tentación y cené una ración de sandía y un yogur. El espíritu es fuerte, pero la carne es débil. 

El viernes nos fuimos a la pequeña escuela de Peña Bubón, en el Valle de Tena. Para llegar a ella hay que desviarse hasta Tramacastilla, pasarla y al llegar a una rotonda coger la pista que se encuentra en  la última salida de la rotonda. La escuela tiene dos sectores y dependiendo de a cuál queramos ir aparcaremos un poco antes, la Grallera, o un poco después, Peña Bubón. En el primer caso se sigue una pista que nace a mano derecha hasta un hito y subimos entonces por el sendero hasta las paredes. En el segundo caso los sectores se ven desde el coche. Sombra a la tarde.
Empezamos en el sector Peña Bubón 2 donde domina la plaquita y donde inventamos una nueva vía encadenando una finísima placa de 6b+ en una agradable fisura de 6a+, o ansí. Después nos fuimos a la Grallera 2, con vías con más cacho. Muy recomendables Luna llena, 6a+ y Géminis, 6b+. Es espectacular escalar con vistas a Telera o Panticosa. Nos dejamos unas cuantas vías imprescindibles, según Álex, así que habrá que volver.
 El sector Peña Bubón 2
 Espectaculares vistas desde las paredes de las vías,
 al fondo, Peña Telera, Tramacastilla y el embalse Búlbal.
 Los maromos disfrutando del buen cazo en el desplome de Géminis, 6b+
 Patri, Vanesa, Jorge, Irati, Álex y Tono
Los fanáticos de la dietética y la nutrición deportiva

El sábado cambiamos de valle y subimos desde Jaca hasta Canfranc pueblo, para escalar en Los Meses. El acceso se encuentra en el mismo comienzo del pueblo, en un sendero que nace a la izquierda, indicado por un cartel que pone "Quesería 2 km". El sendero no tiene pérdida, se gira a la derecha en el único cruce que hay, se atraviesa los antiguos jardines de una casa, una presa y enseguida aparecen los carteles que nos llevan a los distintos sectores. Nosotros fuimos a la Cueva oculta. Es un sector de sol por la mañana, pero el bosque da algo de sombra al pie de vía. Después de probar varios sextos, muy guapa El rey meón, 6b, atacamos y nos machacamos sin resultado en Bailando con bolos, 7a+, donde lo duro no es la panza, aunque lo parezca, sino la placa final (catalogada por el agüelo como inhumanor superior).

Jorge, Vanesa y Tono en el sector Cueva oculta
al fondo la plaquita de 8b que sale en la portada de la guía
 El agüelo abriendo Apolo VI, 6a+ (en mi modesta opinión)
 El precioso desplome de Bailando con bolos, 7a+ (de la placa final mejor ni hablamos)
 Jorge plaqueando
 Book de El rey meón, 6b

Esa misma tarde nos acercamos a coger los dorsales para el acontecimiento del finde: la subida a Peña Oroel. Una carrera que tenía muchas ganas de correr, tanto por el reto, como por el hecho de que no había subido aún a este emblemático monte. Nos juntamos de nuevo un equipo numeroso y disfrutamos en pandilla una vez más de estas carreras de montaña. Todos conseguimos llegar a meta, así que objetivo cumplido. A pesar del calor la carrera discurre la mayor parte del tiempo por bosque así que en ese aspecto se hizo llevadera. Además no hay bajada, la carrera se termina en la cima, así que tampoco me tocó sufrir los dolorosos calambres. El refrigerio (un poco caótico ya que enseguida se terminaron la cerveza, el aquarius, el chorizo, la tortilla y el queso), la entrega de premios y el sorteo se realizaron en el Parador, donde también se colocó un camión de bomberos que nos dio, a todo aquel que quiso, un refrescante hidromasaje que nos quitó de un manguerazo el sudor y buena parte del cansancio. 

 Plaza Biscós donde fuimos a recoger los dorsales con nuestro destino al fondo, Peña Oroel
 El equipo con las camisetas y dorsales recién recogidos
 Por una curiosa coincidencia fuimos los 3 primeros en inscribirnos a la carrera
 El gurú de la dieta de la panceta y sus conejillos de indias
 Entre esta foto...
 ... y esta otra hay 10,7 km de distancia, 1000 m de altitud y una diferencia de tiempo de 1h y 38'...
 ...  más una pequeña dosis de cansancio...
 ... y una inmensa alegría y satisfacción final
(no se me borró la sonrisa de tonto hasta el viaje de vuelta a casa)
Tramo final de la subida
Todos los miembros del equipo conseguimos llegar a la meta situada en la cima:
Vanesa, Jorge, Churla, Tono, el agüelo, Juan y Xavi
Hidromasaje gratuito
 Después de tanto esfuerzo tocó relajar músculos en la piscina...
... y el último esfuerzo dietético