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jueves, 14 de abril de 2011

Masmut, así sí

Los miebros de la quedada, de izda a dcha y de arriba a abajo:
Jorge Galve, Dani "Bull", Vanesa, Jorge, Javi Galve, Dani Dueso
Ana, Alberto y el agüelo

¡Por fin! Después de 3 intentos previos puedo disfrutar de Masmut sin sufrir la lluvia y sin ir colgado todo el día como un chorizo de la cuerda.
El jueves de la semana pasada acudieron al club unos cuantos "personajes extraños" y que jugaron un papel decisivo a la hora de decidir el destino del finde. Por un lado bajaron a visitar a viejos amigos Dani Dueso y Alberto "Morata" y por otro la pareja mayor de los Galve, Jorge y Javi. Ambos por separado habían pensado acudir a Masmut el finde. Jorge y Vanesa, el rasmia team, tenían en principio planeado volver a intentar la normal al Puro, en Riglos, pero salió en la conversación la posibilidad de hacer una parrillada, ellos comentaron que tenían una buena cantidad de panceta de otra parrillada anterior y la balanza calló inexorablemente a favor de otra jornada de lo que ellos denominan "gastroclimbing". Con semejante panorama de buen rollo, juerga y algo de escalada nos apuntamos también Ana, Dani "Bull" y el agüelo. Ahí es nada, el sábado a la mañana quedamos una pequeña caravana de 9 amiguetes, todos hacia el mismo sitio pero con sus propios planes: Ana y Alberto iban a volver ese mismo sábado a la tarde y Jorge, Vanesa y Dani "Bull" querían volver el domingo a la mañana para poder llegar a sus respectivas comidas familiares. Pero ya se saben que una cosa es hacer planes y otra cumplirlos, je je. Ana estuvo a punto de quedarse a dormir y Alberto se volvió el domingo a la noche.
La parrillada, como era fácil de imaginar, fue lo mejor del finde (en dura pugna con el bañito del sábado a la tarde para quitarnos toda el sudor de una jornada asfixiante). Lo peor, comprobar que no todas las cámaras digitales son sumergibles, snif.
Gran SNIF.

Vista panorámica de las Rocas del Masmut con las vías que yo hice: en rojo La arista del GAS (V+), en verde Picotasso (V+) y en violeta la ruta de "bajada"

SÁBADO 9
Quedamos a las 8 de la mañana en la gasolinera BP pegada al 4º cinturón y dada la diversidad de planes nos fuimos en 4 coches!!! Yo había estado de cena la noche anterior y Javi Galve tuvo a bien conducir él mi coche. No dormí mucho, pero al menos descansé.
Salimos por la carretera de Castellón hacia Alcañiz y seguimos por la N-232 hacia Monroyo. Justo al llegar al desvío a Ráfales, la carretera cambia radicalmente y se dedica a serpentear hasta llegar al pueblo de Peñaroya de Tastavins. Nada más llegar nos metimos en el bar La Sociedad a tomar un café y organizar cordadas y objetivos con el cuaderno de croquis en la mano. El peor parado fue Javi Galve porque tenia hechas todas las vías propuestas. Dani "Bull" y el rasmia-team formarían una cordada en La sombra de la sabina, Dani Dueso y Alberto se irían a La fisura Carrasca y Jorge Galve, Ana y yo a La arista del GAS.
La pista que lleva a las paredes nace en una calle de fuerte pendiente al principio del pueblo (dirección entrada), se pasa por una fuente y se sigue durante casi 3 km evitando el par de desvíos que salen hacia la izquierda. El coche se deja en una fuerte curva a la derecha donde nace el sendero que lleva al pie de las vías.
En la web de wildmasmut podéis encontrar indicaciones más detalladas de cómo llegar, reseñas y estado de las vías.
En el momento final Javi se nos unió y formamos dos cordadas para la misma vía, La arista del GAS: por un lado Javi y el agüelo y por otro Ana y Jorge. La vía se encuentra en uno de los últimos mallos así que toca bajar mucho por el fuerte sendero. El pie de vía se localiza fácilmente porque está marcado su nombre, "GAS", en la roca. La vía está reequipada mayoritariamente con parabolts y algún puente de roca y algún cintajo alrededor de una sabina. Aunque el equipamiento es generoso y no hay demasiados alejes, no hay que confundirse: sigue siendo como el resto de vías de Masmut, según dice Santi, su mayor cuidador, "un terreno de aventura".

Croquis de la vía obtenido de la web de wildmasmut

Javi y el agüelo formamos la primera cordada y detrás nos vinieron encorriendo Jorge y Ana. Javi tiró los largos impares y yo los pares. Entramos a la vía por la denominada variante directa. Es el largo más difícil, V+/A0 que Javi resolvió elegantemente, sin esfuerzo. Comienza por una fisura vertical anchota con pocos agarres y sigue ligeramente a la derecha perdiendo un poco de verticalidad.
El segundo largo es muy cortito: se inicia con una travesia fácilona, afortunadamente ¡¡¡¡con el miedo que me dan las travesías!!!!, y después de 3 chapas se endereza sin mucha pendiente y termina con pequeño aleje antes de llegar a la reunión.
El 3er largo comienza subiendo por la fisura que nos separa del siguiente mallo y al llegar a una sabina se separa y sigue por la mitad de la pared, superando panzas que sin llegar a ser nunca duras, las superamos con cierta tensión.
El 4º es calcado al anterior y tiene en su inicio el paso más duro que después de un par de intentos acero sin piedad. Desde la reunión ya intuía su dificultad porque estaba protegido por dos parabolts bastante cercanos.
El 5º y último es el más fácil y el más expuesto. Nosotros no hicimos la variante que sigue por la fisura de la derecha, sino el recorrido original. Empieza vertical unos metros hasta llegar a un roñoso spit y entonces se sigue andando por un par de repisas con mucha roca rota y suelta hasta llegar a una encina donde montamos la última reunión.
La vía me resultó disfrutona, de grado asequible y con la exposición justa para que yo pasara un poco de tensión. El calor fue asfixiante todo el día y terminamos con las reservas de agua que llevábamos. Realizamos todo el camino de vuelta con la boca reseca.
No hay marcado un sendero claro, pero no tiene ninguna pérdida si sigue paralelo a los bordes de la pared hasta llegar al punto más alto, donde una serie de hitos nos van guiando por un destrepe, donde en raras ocasiones hay que llegar a utilizar las manos. Una vez abandonada la roca en escasos minutos, segundos si se baja corriendo, llegamos de nuevo a los coches.

Perspectiva de la vía desde el sendero, no se aprecia el primer largo
Javi Galve dándolo todo en los primeros metros de la vía
El agüelo viéndose un poco preto (foto de Jorge)
El aguelo saliendo de la primera reunión
Ana terminando la travesía del L2 (foto de Jorge)
Ana y el agüelo en la R2 (foto de Jorge)
Javi al comienzo del L3, antes de llegar a la sabina
Javi llegando a la reunión del L4
¿?
Javi en el comienzo del L4
Jorge en la travesía que da fin a la vía

Fuimos los últimos en terminar y en cuanto llegamos nos unimos al resto que estaban almorzando y descansando en una de las pocas sombras que pudimos encontrar. Tumbados, a la fresca y rehidratados pudimos contemplar a la cordada de Dani "Bull" y Jorge "Pintxo" haciendo su subida exprés a La fisura carrasca bajo un sol de justicia. Los Galve no consiguieron arrancar a nadie más de nuestro cómodo y fresco descanso y se fueron solitos a media tarde a hacer La peste.
Nunca había coincidido en una salida de escalada con Dani "Bull" y en ésta primera ocasión me impresionó aún más que viéndole en el panel. En esta última vía comenzó con la primera de sus exhibiciones de poderío. Empalmó los largos de dos en dos y subió corriendo la última tirada rompiendo todos los pronósticos. Ana, Vanesa y yo habíamos organizado una mini porra sobre el tiempo que pensábamos que iba a tardar en subir de segundo el último largo. Yo aposté por 10 minutos, Vanesa dijo 6 y Ana se tiró de la moto y apostó por unos ridículos 5 minutos. Fallamos todos. Le cronometré unos alucinantes 2 minutos y 50 segundos.
En cuanto terminaron, bien sudorosos, nos fuimos todos, menos los Galve que estaban a lo suyo, al río a refrescarnos de verdad. Las heladas aguas echaron a más de uno/a para atrás rápidamente y nos tumbamos en la orilla disfrutando del calorcito, ahora ya en diminutivo, de los últimos rayos de sol.
En seguida nos pusimos a preparar la parrillada y siguió el "show" de "Bull" que sin ninguna muestra de dolor recogía las brasas con la mano o saltaba desde los árboles. La cena estuvo aderezada de vinillo y otros licores que quizá puedan arrojar un poco de luz a estos comportamientos. Tuvimos el detalle de dejar un poco de comida a los Galve que llegaron sobre las 9:30 de la noche, muy en su estilo rústico. La noche siguió con más licores, algunos bastante extraños, y muchos chistes, algunos muy malos. Ana consiguió sacar un poquito de decisión y se marchó solita, pobre, a las 12 de la noche y el resto decidimos que hasta ahí habíamos llegado (las botellas estaban ya todas vacías) y nos fuimos al saco.

Típica escena de campo y playa ilustrando lo duro que es la escalada
Los dos Danis, "Bull" y Dueso, haciéndose cargo del fuego
Jorge "Pintxo" y Dani "Bull", los que mejor se lo pasaron
Y por fin llegó el momento de zamparse esa suculenta parrillada
Los Galve aún llegaron a tiempo de hincarle el diente a algo
Ana decidiendo si se iba a Zaragoza o no
Jorge "Pintxo" decidiendo si se iba a dormir o no


DOMINGO 10
Nos levantamos prontito y fuimos recogiendo todo y desayunando con la calma que estos menesteres requieren en semejantes circunstancias. Mientras "Bull" y el rasmia-tema deshojaban la margarita y optaron finalmente por cumplir los planes previstos y marcharse prontito a casa sin escalar ese día. Después de recoger agua en el pueblo, nos despedimos de ellos y volvemos a subir la pista hasta el collado. Esta vez formé cordada con Jorge Galve, con lo cual ya tengo el honor de haber escalado con los tres hermanos (si lo hubiera conseguido en ese mismo finde hubiera sido algo muy parecido a un "hat-trick"). Nosotros nos encaminamos hacia la vía Picotasso (V+), al final, final, final, de las paredes y dejamos a la otra cordada en el comienzo de Mandrils de Tastavins. No les volvimos a ver en todo el día.
Aunque formalmente la Picotasso y La arista del GAS tienen la misma dificultad máxima, V+, resultó mucho más asequible la primera. Pero para contrarestar es bastante más expuesta: hay muchos menos seguros y éstos son todos rústicos (puentes de roca, cordinos y clavos). Sólo vimos un expansivo en toda la vía (quitando las reuniones), un spit al comienzo del último largo.
Esta vez tiré yo los largos impares y Jorge Galve los pares. El primer largo es el más fácil, IV, siguiendo una fisura roma muy tumbada. Puse 4 cintas y un seguro lo puse yo. El siguiente largo era un mar de panzas donde la mayor dificultad era encontrar los escasos puentes de roca que no los veías hasta que no te dabas con ellos en las narices. El 3º sigue igual, con más panzas y termina en una evidente sabina debajo de un techaco. Para llegar a ella tuve que acerar de un clavo. Jorge tiró el siguiente largo donde está el paso más duro, un desplome protegido por un clavo donde se hace innecesario el cordino porque tiene mucho canto. Justo encima está la siguiente reunión, pero al tener un parabolt y un buril se la saltó y empalmó con el siguiente largo donde le esperaba un paso muy fino protegido por un clavo. Para marcar IV en la vieja guía de Els Ports de Beceite le tuvimos que apretar los dos. El último no tiene más misterio que los primeros 5 metros, donde se encuentra el spit roñoso que protege otro paso fino de IV (que finos eran los cuartos en Masmut!!!) y de ahí una corta trepada a cima.
Después de una pateada de media hora llegamos al coche y mientras esperábamos a la otra corda nos pusimos a comer. Como seguían sin llegar Jorge, más ducho en estos menesteres, se echó la siesta. A las 6 se despertó y le propuse subir en coche al mirador a ver si les veíamos por dónde iban. Y las 7 menos cuarto cuando ya le estaba convenciendo a Jorge para ir a pie de vía llegaron. La primera vez que saca a nadie 4h escalando!!!!! Todo muy rústico. Volvieron hablando maravillas de la vía, pero no lograron convencernos.
Terminamos el finde de nuevo en el bar dejando las piadas en el respectivo cuaderno.

Croquis de la vía sacada de la web de Luichy
El agüelo poniéndose los gatos a pie de vía
El agüelo durante el L2
Superando las primeras panzas del L3
(al fondo la sabina que marca el sitio de la reunión, a su izquierda;
justo debajo de ella tuve que acerar)

Jorge Galve y el agüelo en la cima



¡VIVA EL GASTROCLIMBING!


viernes, 9 de julio de 2010

Masmut: a la 3ª y media va la vencida

Todos los integrantes en el párkin superior de Masmut
Decía John Lennon que la vida es que aquello que te va sucediendo mientrás estás ocupado haciendo otros planes. Y nada resume mejor el pasado finde que esta frase: planes y más planes que fueron cambiando a cada hora. Primero fue celebrar los 5 años que llevamos escalando Abel y yo con un vivac en la cima de la Aguja Roja, de la docena que a lo mejor venían nos quedamos en 3, el mal tiempo nos hizo cambiar de lugar y en vez de Riglos acabamos en Masmut (sí, otra vez fuimos allí como último recurso) y en el último momento se unieron Javi y Carla.
Víctor vino el viernes por la mañana de Madrid y se quedó a comer en mi casa y a cenar y dormir en la de Abel. Esta vez no queríamos repetir errores y quedamos prontito. Habían quedado en recogerme en mi casa a las 8:45 y con Javi a las 10 en Alcañiz. Salimos de Zaragoza a las 9:30 y llegamos a Alcañiz casi a las 11, así que empezamos a escalar de nuevo muy tarde, pasadas las 12. Para seguir con el cambio de planes habíamos pensado meternos Abel, Víctor y yo en la Peste y Javi y Carla en la Arista del gas. Pero alguien nombró A la sombra de la sabina y con la esperanza de que la vía hiciera honor a su nombre en un día tan caluroso, nos dirigimos todos hacia ella. Por supuesto de sombra ná de ná.

Vista panorámica de Masmut y localización de las 3 vías:
en rojo A la sombra de la sabina,
en verde Tierra de fuego y en azul Primeros pasos

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Vía: A la sombra de la sabina V+,A0
Lugar: Masmut
Calidad de la roca: pasable
Extensión: 150 m repartidos en 6 largos, aunque se puede empalmar algún largo (nosotros sólo hicimos los 3 primeros y empalmamos el L2 y el L3)
Material: cintas exprés
Duración: nosotros tardamos 1:30 h en hacer los 3 primeros largos
Fecha: sábado 3 de julio de 2010
Cordada: Abel, Víctor, Javi, Carla y agüelo
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Croquis de A la sombra de la sabina, sacado de la web de wildmasmut
Abel y Víctor a pie de vía de A la sombra de la sabina
Primeros metros
En la panza del L1
Abel a punto de llegar a la R1



Abel en el extraplomo del L2

martes, 29 de junio de 2010

Intento a la Silvia, V+/A2 (Masmut)

Roques del Masmut vistas desde el parkin
Después de un mes de parón debido a mi vieja lesión muscular en el gemelo, compañera de tantos descansos obligados, estaba dispuesto a aceptar cualquier plan para salir este finde pasado. Abel fue el primero, y único, en ofrecerme ir a escalar, a Masmut. Tanto Abel como yo teníamos cuentas pendientes en Masmut. Yo había estado una única vez con Rubén y no nos fue muy bien, nos equivocamos de vía y nos metimos en una demasiado fuerte para nosotros y nos retiramos (ver piada) y Abel había intentado 2 veces sin éxito escalar una vía llamada Silvia. Las dos veces se tuvo que retirar debido al mal tiempo. Y la 3ª también: había riesgo de tormentas por la tarde en todas las zonas de montaña y Masmut no fue una excepción. Salimos el sábado por la mañana, sin madrugar, y empezamos a escalar tarde, sobre las 12 del mediodía, pronto se empezó a cubrir todo el cielo de nubes y cuando Abel estaba escalando el 3er largo empezó a tronar y cuando llegué a su reunión cayeron las primeras gotas. Estábamos a mitad de pared, aun nos quedaban 2 o 3 h más, si caía una buena tormenta por muy corta que fuera nos meteríamos en problemas. Así que la sensatez, o la cobardía, vete a saber, se impuso y nos dimos la media vuelta, siguiendo un camino tan transitado por Abel que dice que ya no vuelve a intentarlo. Apenas cayeron 4 gotas más mientras subíamos el empinado sendero que nos llevaba de vuelta al coche y donde noté las semanas que llevaba sin hacer otro ejercicio que ir a trabajar: sólo media hora de fuerte subida y acabé chorreando de sudor y con la lengua fuera, deseando que cada paso fuera el último.
Terminamos en el bar de Peñarroya de Tastavins rellenando el estómago con un buen bocata y una jarra de cerveza. Por la noche en Zaragoza cayó por fin la tormenta que estuvo toda la tarde amenazando con caer.

Vista del mallo donde se encuentra la vía
(el círculo rojo indica la última reunión que hicimos)

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Vía: Silvia V+,A2
Lugar: Masmut
Calidad de la roca: pasable (en el último rápel Abel lanzó una lluvia de piedras de la que me salvó la enorme encina en la que me cobijé)
Extensión: 215 m repartidos en 7 largos (nosotros sólo hicimos 3)
Material: estribos, más de 20 cintas exprés, juego de friends y fisureros
Duración: nosotros tardamos 4 h en hacer los 3 primeros largos
Fecha: sábado 26 de junio de 2010
Cordada: Abel y agüelo
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Croquis de la vía obtenido del blog La noche del loro

La vía se encuentra en el penúltimo mallo del lado sur de Masmut, así que nos tocó bajar prácticamente todo ese camino de cabras (y lo que es peor, subirlo de retirada). El comienzo se localiza debajo de una encina y está gabrado el nombre en la roca.

El 1er largo lo marcan de IV+ y discurre por una fisura tumbada con un par de pasos verticales como en la entrada. Está prácticamente desequipado. La reunión está montada en una cómoda repisa con 5 buriles.
Abel en el primer paso vertical, incómodo porque te echa
un poco hacia afuera y no hay muchas presas


El 2º largo comienza con una pequeña panza a la izquierda con buen cazo, pero que me hizo pensarme el paso una y otra vez, continua unos metros por roca mediocre hasta un agujero en el suelo que empalma con un extraplomo donde comienza una larga serie de buriles, más de 20 (perdí la cuenta y tuve que ir recuperando alguna cinta a medida que avanzaba porque me quedaba sin ninguna), algunos muy cerca otros no tanto (especialmente el 2º que no se llega desde el estribo y hay que escalar un par de pasos, ¡¡¡hay que joderse!!!). Recomendable dos estribos, aunque como demostró Abel no son imprescindibles. La burilada esquiva un techo por la derecha y a falta de 3 m para llegar a la reunión te abandona al lado de una vertical chimenea con muy buena presa. Llegué a la reunión con la boca reseca por el miedo vergonzoso que pasé en esos escasos metros que me tocó escalar.
Abel colgado del último buril del L2

El 3er largo comienza por una chimenea vertical pero mucho más larga y con una única protección, un buril a dos metros de la reunión. La calidad de la roca era mediocre y Abel pasó un poco de tensión. Rebasados los primeros 8-10 metros la pared tumba un poco, la fisura gira un poco hacia la izquierda y se avanza fácilmente hasta la reunión.

Abel dejando atrás la única protección que pudo colocar en 6-7 metros
hasta que pudo colocar otro y respirar

De esta reunión nos bajamos temiendo que nos pillara el negro. Tuvimos que abandonar en cada reunión un cordino y un mallón. Abel no se fió de mis cintajos blancos y el último rápel lo reforzamos a saco.


La próxima salida a Masmut eligiré un día con una meteo estupenda y una vía facilita, a ver si consigo de una vez terminar una vía en esta solitaria y reducida versión de Riglos.

lunes, 17 de noviembre de 2008

Masmut


El sábado 25 de octubre quedé con Rubén para ir a escalar a Masmut. Yo no había estado nunca en esta zona y había oído hablar de ella mucho. Es una zona de tapia, de escalada con varios largos y vías de todo tipo: equipadas, semis y sin ningún seguro. Pensábamos hacer una vía asequible, de V+ como máximo, porque Rubén tenía que estar en Caspe antes de las 8 de la tarde porque iba a dar una conferencia sobre su viaje a los Andes del año pasado. Abel nos recomendó La Peste, facilita y equipada. Recogí a Rubén en su casa y nos dirigimos a Alcañiz y de ahí a Peñarroya de Tastavins, el pueblo de donde sale la pista que lleva a las peñas.
 Plaza del pueblo
Una vez en el pueblo entramos en el bar a tomar un café y un vaso de leche, un poco desanimados porque estaban todas las calle mojadas: ¡había llovido la noche anterior! Después de discutir un poco, decidimos acercarnos de todas formas hasta las paredes a ver cómo estaban (además así yo conocía al menos la zona). A pesar de que Rubén sí que había estado aquí una vez tuvimos que preguntar un par de veces antes de dar con la pista, que sale a la izquierda nada más llegar al pueblo, enfrente de un hotel. Aparcamos en el collado y en seguida nos dimos cuenta que las paredes estaban más o menos secas, así que cogimos todo el material, la botella del agua que habíamos rellenado en la plaza del pueblo y el croquis y nos acercamos a las paredes en busca de nuestra vía. Pero dar con la vía que uno quiere no es tan fácil. El problema es que los nombres de las vías no están pintados en la pared ni hay carteles indicando el lugar exacto. Además el camino pasa pegado a la roca y sin perspectiva es muy difícil distinguir una pared de otra a pesar de llevar un croquis. 
La vía que queríamos hacer era la 15
Estuvimos un buen rato dando vueltas para arriba y para abajo, mirando una y otra vez el croquis, sin estar del todo seguros de dónde estaba. Al final, nos decidimos por una fisura evidente en la que se veía bastante material puesto en la pared: cordinos, cintajos, parabolts... Rubén, que llevaba una temparado muy motivado, se ofreció para abrir el primer largo que el croquis marcaba fácil, IV+. Prontó empezó con toda la retahíla de frases típicas del escalador que va de primero: que estaba todo muy húmedo, que vaya mierda de roca, que dónde estaba el siguiente seguro, que vaya risa si esto era IV+... La verdad que la calidad de la roca era infame y me calló una auténtica lluvia de piedras que puso a prueba mi nuevo y reluciente casco. Yo desde abajo intentaba animarle, pero era evidente que esa no era nuestra vía y que ese largo no era de IV+. Estubo a punto de bajarse a mitad de un tramo bastante vertical y terroso, pero se sobrepuso, pasó en artificial y siguió hacia arriba. En una amplia repisa donde encontró un parabolt montó una reunión porque ya no le quedaba mucha más cuerda. 
Rubén en los primeros pasos de la vía, encaramado a una sabina. 
La cruz roja marca el lugar aproximado donde montó la reunión.
La vía seguida por la fisura evidente que estaba encima.
Subí yo después resoplando también y lanzando juramentos sobre la calidad de la roca. Una vez en la reunión seguimos discutiendo sobre si era o no nuestra vía, si debíamos seguir o bajarnos... El siguiente largo me tocaba a mí. Miraba una y otra vez hacia arriba buscando parabolts que me dieran la suficiente confianza como para intentarlo. Pero después del 3º ya no se veía nada más. Me rajé y nos bajamos. 
Rubén en la reunión
Habíamos tardado 4h en subir y bajar un solo largo. Para aprovechar el tiempo que nos quedaba decidimos seguir camino abajo en busca de nuestra verdadera vía, La Pesta esa. Pero nos la saltamos y llegamos hasta el río. En frente había una pista que decidimos seguirla en vez de regresar por donde habíamos venido en un intento de encontrar un camino de vuelta más cómodo. Otra decisión garrafal. Estuvimos andando más de media hora, pero la pista se alejaba y alejaba y no tenía visos de girar en la dirección precisa en ningún momento, así que tuvimos que desandar lo andado y volver a subir por el empinado camino. Remontar el camino nos costó apenas 20 minutos y en cambio habíamos estado caminando por la pista más de una hora, je je.
Antes de marcharnos nos acercamos con el coche al mirador desde el que se disfrutan de las majestuosas vistas de todas las paredes.
Camino a Caspe llamé a Cristina para quedar con ella. Localizó a Ana y los 3 nos tomamos unas cerves en el bar Divina Comedia mientras Rubén comentaba sus aventuras andinas. Me despedí de ellas y acompañé a Rubén, Carlos "Caspe" y su novia, Abel y Dani (que habían acudido a oir la conferencia) al restaurante de la piscina donde iban a cenar. Allí les dejé y me volví para Zaragoza. No habíamos escalado nada, pero yo por fin había conocido esta magnífica zona. Son gajes del oficio. Abel nos contó que la vía que habíamos intentado era El último Pilar: semiequipada, mala roca, más difícil... En fin, nada que ver con lo que nosotros pensamos inicialmente.

Las Rocas del Masmut. En rojo la vía que intentamos; 
en verde la vía que teníamos planeado escalar.