domingo, 22 de mayo de 2011

Morata 2011 (VIII) EEMA

El grupo desperdigado por el Puente de Roca
Ayer organizó Juan una de las salidas a roca para los chavales de su escuela de escalada. El rasmia team, Xabi y el agüelo fueron reclutados para escalar y colaborar. Ellos fueron en tren, nosotros en coche. Quedamos en el sector del Puente de Roca y empezamos a montar vías para que ellos pudieran escalarlas de segundo, tarea que recalló principalmente en Juan y en Xabi. Vanesa bastante tenía con aguantar sus problemas estomacales. Mantuvo el tipo todo el día, es una recia (hasta hizo algún amago de querer escalar y se puso el arnés un par de veces). Jorge y yo nos dedicamos a intentar varios 6as. Calló sólo uno, Los cuarentones.
Después del almuerzo hubo repaso de nociones de seguridad en reuniones y clase práctica de artificial equipado. Juan dio un par de pegues a su actual objetivo del sector, La Micción, 7c+.
Las cerves nos las echamos en el bar de la estación de Morata y después el rasmia team me llevó engañado a Illueca y acabé picando con unas zapatillas de treking. Así que la jornada terminó con pocas vías en la buchaca, pero con gatos y zapatillas nuevas. Todo no puede ser.

Arriba las viejas herramientas, abajo las nuevas:
a ver si se notan!!!

Jorge superando la panza inicial de Los cuarentones
El agüelo en Que Dios te amapare, imbécil
Jorge artificiando
Secuencia del pegue de Juan a La Micción


miércoles, 18 de mayo de 2011

Alquézar y Morata

Las Balsas de Basacol, al fondo las paredes donde tuvo lugar los talleres

Dos planes totalmente distintos en dos días seguidos: el domingo me enganché al lado oscuro y además en Alquézar, reino de las vías duras de deportiva, y el lunes Morateé por la tarde con mi compi de escaladas artificieras (el mundo al revés).
El equipo de Vilanova artifo que organiza todos los años un finde de talleres de escalada artificial había decidido trasladar las jornadas a tierras aragonesas. Así que, ¿cómo me podía negar? La visita a los viejos amigos (Santi, Josep, Pelut, Ester, Jordi, Oriol...) era casi obligada, especialmente cuando este año me había saltado las jornadas del GAME de escalada artificial. El grupo de Santi Llop y Pelut había trabajado durante varios findes preparando vias de todos los colores y asegurándolas con una cuerda fija, no es cuestión de arriesgarse a tener galletazos en un cursillo (yo de hecho me caí un par de veces). Salí de Zaragoza con Ana, dispuesta a aprender los secretos de los estribos, y nos unimos a toda la peña de los cursillos en el párkin de Alquézar. De ahí nos dirigimos a las Balsas de Basacol y al final de la pista nos encontramos con Korkuerica y Olatz que estaban preparándose para ir a escalar al Tozal del Vero. Unos metros más abajo de las balsas, nada más cruzar el puente, se encuentra la pared donde habían preparado las vías. Al terminar las escaladas desmontaron todo debido a los problemas para abrir vías dentro del Parque Natural.

Clases al aire libre con los mejores profes, todo un lujo
Edu, el compi de cordada que me tocó, atacando su vía
Santi drytooleando debajo del megacartel del patrocinador
(la foto no era muy afortunada, ¿qué pinta una friki
deportivera
en un encuentro de artificieros?)
El agüelo se atrevió con una vía de gancheo,
claro ¡con la cuerda por arriba cualquiera!

Ana y su amigo Quique

El lunes tocó cambio total de registro: séptima visita a Morata, y otra vez con un compi nuevo (así no hay manera de aburrirse de ir siempre al mismo sitio). El calor aprietaba y nos dirigimos a La pared perdida. Calentamos en Perdida por la pared, el V+ que más me cuesta del grupito de quintos mases de este sector. Después probamos los nuevos 6as y comprobamos que por mucho que les hayan bajado el grado no se han convertido en más fáciles. Empezamos con A la sombra del Jalón y seguimos con Cuarto a vista. En ambos casos sucedió lo mismo, nos tuvimos que colgar en el paso de panza para estudiar bien el paso. La única sorpresa es que me resultó mucho más sencillo de lo que recordaba las primeras chapas de placa de ambas vías (el que no se consuela...). Nos cansamos de pelear con los 6as y cambiamos hacia la Peña del reloj buscando terminar con un buen sabor de boca en algún V+. Je, je, inusentes. Nos metimos en Gurukanutachi: "placa con entrada pulida y algo técnica", dice la guía. JA. ¿Algo técnica sólo? Daniel sudó tinta para superar las 3 primeras chapas y yo las tuve que acerar como un perraco. Vaya fin de jornada. Nada, nada, hay que seguir peleando las placas.

El agüelo a punto de llegar a la panza de Cuarto a vista y cagarse en los pantalones
Daniel en la misma vía
El agüelo en la parte disfrutona de Guru... leches,
en primer plano la placa infame inicial

Daniel y el agüelo

martes, 10 de mayo de 2011

3ª quedada de "gastro-climbing"


El grupo al completo en las campas de Valparaíso
(el sector más duro de Valdegovía)

La afición a este nuevo estilo de escalada se va imponiendo poco a poco y cada vez tenemos más participantes. Esta vez montamos una mini-invasión aragonesa de Álava. El objetivo era la dura escuela de escalada de Valdegovía. Llegamos el viernes a la noche a Vitoria justo a tiempo para participar en el previo al gastro-climbing. El día siguiente amaneció gris, tanto por la lluvia como por la resaquilla. Nada de esto nos pilló por sorpresa y atacamos al plan B: el rocódromo de Ariznavarra. Una envidia de instalación frente a la pobre representación de rocos públicos de Zaragoza. Ocupa toda la longitud del lateral de un campo de hockey y tiene una altura razonable (8-10 m; los bordillos de Jaulín son más pequeños, por ejemplo). La única pega es que no se puede escalar de primero, pero a los más miedosos no nos importó lo más mínimo. Yo disfruté como un enano probando, y encandenando, alguna de sus vías, a pesar del desánimo generalizado que cundía por todo el grupo: el tiempo pasaba y seguía lloviendo, ¡mira tú! La opción de neutralizar la parrillada para la cena estaba empezando a tomar cuerpo. Pero no hay nada que un buen almuerzo y un poco sol, por fin se dignó a aparecer a media tarde, no arreglen. Cuando estuvimos seguros que la mejoría era estable nos fuimos a comprar y de ahí al parque natural de Valderejo donde hay una preciosa zona preparada para las parrillas. La sidra, el vinito, las chuletas y el pacharán dieron el punto deseado al "gastro-climbing".
Ya solo faltaba conocer Valdegovía. La zona es preciosa, con una campa verde inmensa y una pared extraplomada que asusta sólo de verla. El grado se vende caro y hay muy pocas vías asequibles, es decir, por debajo del 6b, así que tocó sufrir y apretar y apretar sin conseguir nada. Toda una cura de humildad para no volver a quejarme del grado de Jaraba, por ejemplo. Al final terminé agredeciendo el mal tiempo del sábado porque nos salvó de una doble sesión de romas gotas de agua, bidedos y minúsculas regletas.

Preparados para llenar el carro de comidaaaa
En plena parrillado, el corazón del "gastro-climbing"
(pena airecito que corría)


El agüelo apretando en un V+, lo único que encadené
Diego en los metros finales de un 6c