martes, 24 de abril de 2012

Conociendo lo bueno y lo malo de Rodellar

La pandi cenando en el bungalow del camping El Puente:
Amara, Bull, Mario, Ana, Abel, Pulpo y Laura

Por fin. Después de 9 meses por fin he podido volver al paraíso local de deportiva: Rodellar. Y nada de un plan cualquiera, sino uno a tope de gama: dos días en el Puente de San Jorge, sin furgos y sin dormir en el suelo (esta vez tuvieron la deferencia de dejarme el sófa-cama). Bull nos organizó el plan para el Puente de San Jorge y alquilamos un bungalow en el camping El Puente (una recomendación estupenda porque el trato fue mucho más amable que en el otro camping) y Abel se hizo cargo de la cena y nos preparó unos estupendos tallarines al curry. Sólo nos falló el pronóstico del tiempo (huevo frito, sol y nubes, y a ratos huevo quemado, sol y nubes negras), que sólo se cumplió el domingo, el lunes no vimos apenas el sol.
Un par de días en Rodellar dan para mucho, para lo bueno y para lo malo, en un baile de sensaciones sin fin (dar por perdida la caña, volver al sector La fuente, perder un pantalón, encadenar un par de vías, un 6a+ en El Delfín y un 6b, Sonrisa vertical, en El camino, encontrar el pantalón, quedarme sin probar Roxy la palmera, pensar que Nadal había vuelto a perder una final frente a Djokovic, disfrutar de segundo y colgando como un chorizo de un estupendo 7a, Bis a Bis,  casi encadenar un 6c, ver cómo Abel disfrutaba con cada cazo que se encontraba en las vías, no sentir miedo al caerme, sino rabia, comprobar que el peso no es un impedimento para escalar viendo como una suiza potente movía con soltura sus muchos kilos por un 7b, oír a Mariví contarme que estaba equivocado y que Nadal había ganado la final de Monte-Carlo, recibir un guasap de Beto preguntando si era mía una caña que tenía en su maletero y disfrutar de una buena cuadrilla de compis). Así, todo pasado por la minipimer.
Y para parar toda esta locura un final de cuento, un conciertazo de Loreena Mckennit el lunes a la noche en Zaragoza. Poder disfrutar de la magia de la música de una artista que no enseña tetas, que no tiene 20 años y doscientos gogós, ni forma parte del jurado de ningún reality, es todo un lujo en los tiempos que corren. Y la magia fue poco a poco surtiendo efecto y de mi cabeza terminaron por desaparecer las imágenes del último agarre de Los loros que fallé, se fue diluyendo la frustración de caerme casi casi con la cadena en la cara y dejé darle mil vueltas a la manera de superar ese paso y simplemente me dediqué a escuchar la música.

Mario, Laura y Abel escalando en el Delfín, ¡quién nos lo iba a decir!
 Laura en la Vía sin nombre 01
 Bis a bis, 7a
 El Pulpo en la sección final, todo cacho
 ¡Qué duro es esto de la escalada, macho!
 Abel disfrutando en Sonrisa vertical
El momento sin del agüelo: encadene del crux de Los loros
el non no tardaría en llegar


domingo, 15 de abril de 2012

Sittin' on the dock of the bay...

Después del madrugón del viernes para ir a la excursión de Atapuerca con mis alumnos, el sábado no estaba para nada ni para nadie. Y menos aún con semejante pronóstico del tiempo: lluvias, lluvias y más lluvias por todas partes. Pero... ya había quedado con Juan en que le acompañaría a la salida de la EEMA a Vadiello y una vez que se da la palabra... Aún tenía la esperanza de que Juan abortara la salida vista la meteo, pero no tuve suerte y a las 8:30 me recoge medio muerto en mi casa. 
La lluvia nos acompaña todo el viaje hasta Huesca, donde habíamos quedado con los padres y con los pupilos, la lluvia se adivina a lo lejos en toda la Sierra de Guara, así que pasamos al plan B: ir al roco de Huesca. Como ocurre con muchos planes B éste tampoco funcionó: el roco de Huesca no abre hasta las 5 de la tarde los sábados. Así que toca el plan C: ir al roco de Zuera
Es un roco pequeñito, con pocas vías, te las puedes acabar en una mañana, pero con cierta altura, unos 12 m, lo que permite que tus brazos se pongan como piedras en ciertas vías. Hay de todo: vías verticales fáciles con mucha presa, vías de presa pequeña y escasas, una chimenea, vías extraplomadas, vías con techo y hasta una potente bavaresa que sube por una de las columnas del roco. El tiempo pasa deprisa de charla, escalando y compartiendo entreno con alguno de los escaladores locales y con Abel, Diego y Ana enfermera (otros optimistas empedernidos que se han animado a ir hasta Ólvena sólo para comprobar que allí también llovía). El aperitivo que han traído alguno de los padres nos ayuda a reponer fuerzas hasta la verdadera hora de comer. Abel, Diego y Ana nos abandonan y Juan y yo decidimos montarnos un picnic a orillas del Gállego disfrutando del sol que salía a ratos y disfrutando de no tener nada que hacer.

... wasting time

martes, 10 de abril de 2012

Cabizbajo también se encadena: Morata y Vadiello


El maravilloso plan de estrenar mi reluciente guía Lleida climbs en este único descanso que las deseadas lluvias nos han regalado estas vacaciones de Semana Santa fue diluyéndose y rebajándose a medida que se acercaba el puente. Los pronósticos indicaban que los dos mejores días iban a ser, como así fueron, domingo y lunes, pero ¿quién tenía libre esos dos días? La idea de salir dos días seguidos a deportivear a Os de Balaguer bajó un peldaño: conocer la escuela navarra de San Fausto el domingo y el lunes ya se vería. El plan fue degradándose más: de San Fausto pasamos a Morata. No es que Morata no me guste, todo lo contrario, pero no quedan vías "disfrutonas" (de cacho) y asequibles para mí. Y lo que fue peor, de todos los sectores de Morata el elegido fue... La gran placa, que como su propio nombre indica es de... pplaca. Resignado, busqué algo de motivación: "venga agüelo, hay que aprender de todo", "al menos no me quedo en casa", me decía a mí mismo. Y partiendo de tan negras perspectivas se abrió el día y encadené Anabel y Raquel (aunque esta última me fue anulada por el Consejo de Tacañones porque dijeron que me había ido demasiado a la derecha y me había escaqueado el paso duro, snif). Después de comer, el grueso del pelotón (Bull, Amara, Jenny un par de amigos suyos que se estrenaban en la escalada, Rubén y Diana) abandonó la concentración y sólo quedamos Abel, Ana y el agüelo y me llevaron a mi sitio preferido: El macizo de Alí. Ana quería probar plaquita de verdad y Abel nos llevó a la Pata de elefante: ¿no querías placa? Pues placa y media. La placa más placa que he visto nunca. Infumable. Vale, un poco de menos placa, pidió Ana, y Abel nos llevó entonces al Hombre rata. Una pesadilla de vía para mí. En esta ocasión la visita fue más placentera y volví todo orgulloso a casa después de haber conseguido escalar algún pasito de la vía. ¡Qué proeza!
Abel, cansado de la soba del día anterior en Riglos, se ofreció de fotógrafo y nos regaló una serie de estupendas fotos tomadas desde las reuniones.
El día lo terminamos, ¡cómo no!, en el albergue del pueblo celebrando el primer 6b de Ana.

 Amara probando Anabael
 El agüelo descubriendo que esas infames regletillas de la panza de Anabel no eran tan malas
 Ana aprentando en Raquel
 De cháchara al sol
La paradica para comer: Bull, Ana, Abel, Jenny, Diana, Rubén, Amara y la bota
El trío calavera después de bajar del Hombre rata, al final del día

Al día siguiente nos juntamos un pequeño grupete para disfrutar del lujo de pasar un lunes al sol en Vadiello, lejos de placas y regletas. Los ánimos se me bajaron enseguida. Fuimos al sector La cavernilla para calentar. Los Jorges eligieron un V y yo un 6a, extraplomado con mucha presa, corto, de dos chapas. Parecía una vía para disfrutar. Nada que hacer. Me colgué en las dos. ¡Toma bajón! Cabizbajo subimos a La caverna para visitar Muchachada nui, más por "obligación" ya que estábamos ahí, que por convicción, ninguna. Y cumpliendo a rajatabla la ley de Murphy todo fue a peor: la primera presa del paso clave estaba empapada por las filtraciones de las últimas lluvias, pabajo. Y con el calor que empieza a hacer y el sol que le da de lleno, creo que habrá que dejar la vía para la siguiente temporada.
No nos dimos por vencidos, dejamos La caverna y nos fuimos a La pared del muerto. Allí casi no cabíamos, el párkin estaba petado de coches vascos y franceses. Esta vez fueron las recomendaciones de Ana y Abel las que me sacaron del bajón. Acertaron de pleno con las vías. Primero Ana nos aconsejó Cemento sin tinte, un 6b disfrutón, situado a pie de carretera. Una fisura ligeramente extraplomada llena de cazos. Así sí. Luego fuimos a la recomendación de Abel, Corta, pero gorda, en la sección superior. 6b hasta la primera reunión (15 m), 6c si se continúa la extensión (33 m). Nosotros tuvimos bastante con la primera parte.
Así, cansados y contentos nos fuimos a por las cerves y las coca-colas.
Parece que no siempre hace falta estar motivado para escalar, hay veces que la propia escalada te motiva a ti (Sinnon dixit).

El agüelo en la divertida vía Cemento sin tinte, con toda La pared del muerto al fondo
 Escalona al comienzo de la misma vía
 Corta, pero gorda
Júnior pelín contento después de encadenar Corta, pero gorda
El grupete de afortunados: Ana, Escalona, Júnior y el agüelo

miércoles, 4 de abril de 2012

Finde en Montrebei 2: Santiago Domingo

Vistas de la Pared de Cataluña desde la R7

Después del aperitivo de la cresta Urquiza-Olmo el domingo fuimos a por el plato fuerte de nuestro intenso fin de semana en Montrebei: la vía Santiago Domingo. La vía más asequible de la Pared de Aragón y posiblemente de Montrebei. Dicen. César y Jorge decidieron darse un merecido descanso y Beto y yo nos acostamos el sábado a la noche entre un mar de dudas, que se despejaron cuando oímos llegar la furgoneta de Javi. Entonces ya pudimos dormir tranquilos. O no. Con él en la cordada era seguro el éxito, pero por otro lado eso significaba que ya no teníamos excusa para no escalar (¡con el cansancio que ya llevábamos encima!)

 La Pared de Aragón desde la cresta Urquiza-Olmo
(en rojo el recorrido de la vía) (Beto's)
Croquis de la vía sacada del blog de Luichy

Fecha: domingo 1 de abril de 2012
Dificultad: V+/Ae, 400m
Material: juego (o más) de friends y fisuros
Tiempo de aproximación: 1h
Tiempo de escalada: 6h
Tiempo de bajada: 1:15h
Acceso: Se deja el coche en el segundo párkin pasado el pueblo de Estall. Este pueblo abandonado se encuentra en mitad de la restaurada pista que va desde Viacamp a Montfalcó.
Aproximación: Cogemos la pista que nace en el mismo párkin, cruzamos la cadena y seguimos la pista durante unos centenares de metros, la abandonamos al llegar un campo con un gran mojón, lo cruzamos y nos dirigimos al barranco siguiendo varios hitos, lo seguimos hacia abajo en busca del mejor sitio para salir de él sin encontrar ya más hitos en todo el recorrido. Atravesamos un bosque de pinos y monte bajo cruzando infinidad de pequeñas barranqueras. Por fin alcanzamos el pie de la pared y allí nos esperaba un cómodo sendero que descendimos hasta la indicación del comienzo de la vía.
Descripción: El nombre de la vía corresponde al último habitante del pueblo de Estall. A Javi le pareció que le faltaba continuidad a la vía y a nosotros nos parecieron estupendos esos largos de transición para poder descansar coco y resuello. En todos los blogs habíamos leído que los mejores largos eran el L4, L6 y L9 y así fue. Y como somos buenos amigos nos los repartimos equitativamente: para el agüelo el L4, para Javi, el mejor, el L6 y para Beto el L9, el que nos sacó de la vía. A pesar de que sigo dudando de que pueda tirar de primero los largos más duros (L1 y L6), he de reconocer que es la vía de tapia donde menos he tenido que acerar, en el paso de Ae y un acerete para quitar miedo en el L5). Todas las reuniones más o menos cómodas, especialmente la R7, con sitio suficiente para hacer un gastro. En todas hay como mínimo un parabolt, excepto la R4 que se monta en una sabina (no tiene ningún cordino).
L1: V, 40m. Placa fina, con los pocos seguros bien lejos y con escasos sitios para emplazar más. Teniendo en cuenta todos estos datos le dejamos a Javi el honor de iniciar la escalada. Él subió como si tal cosa y nosotros fuimos detrás alucinando de cómo había pasado por ahí dejando los seguros tan abajo.
L2: IV+, 30m. Largo de transición, en travesía a la izquierda, como todas las travesías de la vía. Primero por una fácil repisa y luego un par de pasos sobre roca delicada hasta la reunión debajo de un arbolito. Un clavo al comienzo.
L3: V, 60m. Salida en roca delicada hasta el árbol, luego un poco en travesía, pero no tanto como parece indicar el croquis, hasta los dos parabolts del paso de Ae para salvar una panza y el resto fácil hasta la reunión debajo del diedro. 
L4: V, 30m. Bonito diedro, vertical. Se protege bien y antes de salvar el techo hay dos clavos, luego nada hasta la reunión en la enorme sabina.
L5: IV, 50 m. Lo dividimos en dos para poder hacernos fotos. La primera parte es una repisa horizontal que se hace caminando. Hay reunión en medio. La segunda parte es mucho más aérea, el segundo clavo nos indica el punto donde dejarla repisilla y subir en diagonal hacia la base del diedro.
L6: V+, 40m. Más vertical que el diedro anterior y más físico, no tiene más que un descanso en todo el largo. Llegué en apnea a la reunión.
L7: V, 55m. Empieza ligeramente a la izquierda de la reunión y enseguida sube recto por una fina placa protegida por un plomo y un parabolt y continua por un diedro más fácil hasta una cómoda repisa.
L8: III, 55m. Travesía sin ninguna dificultad, pero con mucho ambiente, por el patio y por el firme.
L9: IV, 55m. Divertida chimenea que atraviesa toda la pared, como un enorme y claustrofóbico pasillo: comienza con un paso estrecho donde hay que rascarse la espalda, se sigue medio andando hasta un collado desde el que se seguimos rectos hacia arriba con atléticos pasos en X. Unos cazos enormes nos indican donde abandonar la pared externa y seguir por terreno fácil hasta la luz al final del túnel, teniendo cuidado de no darnos coscorrones en la cabeza. La última reunión hay que montarla con friends y la cuerda roza bastante.
Vuelta: Un paseo, primero una pequeña subida hasta la cima y luego se sigue la senda de PR (marcas amarillas y blancas y postes de madera) paralela al cortado hasta un poste de señales, donde iniciamos ya la bajada hasta la pista sin destrepes ni culinbajas, un lujo, vamos. La senda nos deja en el primer párkin pasado Estall (dirección a Montfalcó) y allí nos esperaban los esforzados César, Jorge y Carla, a la sombra, con sillas y con cervezas frías. ¡así sí!!

 Javi en los primeros metros
 Placa fina lo llaman (Beto's)
 Único paso de dificultad del L2, estos escasos metros hasta la reunión (Beto's)
 Javi derrochando confianza en la poco fiable roca del inicio del L3 (Beto's)
 Libre, ¿qué libre? (Beto's)
 El agüelo sudando mieditis a raudales en el bonito diedro del L4 (Beto's)
Javi en el tramo final del L4, la reunión se monta en la sabina  (Beto's)
La aérea segunda parte de la travesía del L5
 Javi y Beto a punto de llegar a la R5
 Javi en el estético diedro del L6

 Beto a mitad del L7, nada más superar la placa y el seguro anecdótico de la vía: un plomo
 Javi en el diedro final del L7 debajo de un impresionante techo (Beto's)
 El agüelo intentando levitar en la travesía del L8 (Beto's)
Llegando a la plaza de toros que es la R7, 
enfrente la enorme grieta del último largo (Beto's)
El agüelo y Javi descansando la vista en la enorme R7 mientras aseguro a Beto (Beto's)
 Javi en los primeros y estrechos metros del último largo
 Javi a punto de salir a la luz, 
encima de un enorme "televisor" que amenazaba con tirarme encima
Adivinanza: ¿quién se le nota que acaba de terminar su primera vía en Montrebei?
El magnífico camino de bajada
 (el 2º en mi escasa lista de mejores bajadas en escalada)
¡Así, sí!
El agüelo y Javi con nuestros rescatadores: Jorge, Carla y César (Beto's)

martes, 3 de abril de 2012

Finde en Montrebei 1: Arista Urquiza-Olmo

En primer plano la cresta Urquiza-Olmo, al fondo la Pared de Aragón, a la izquierda, 
el río Noguera Ribagorzana, y la Pared de Cataluña, a la derecha.

Después de unos intensos meses abducido por el sinnon (alteraciones emocionales deportiveras), por fin, chantajeado por Beto, todo hay que decirlo, vuelvo a una actividad digna del nombre del blog. Y la vuelta a la verticalidad no fue en un sitio cualquiera, sino en uno de los reinos de las acojonotapias: Montrebei.
Nunca antes había estado en este paraíso vertical: ya se sabe que Montrebei es para súperhombres, no para ratones. Pero en realidad en estos dos días que he estado por allí, me he dado cuenta que no es ni de unos ni de otros, sino de ¡¡jabalís!! ¿Nadie les ha enseñado a hacer una sendica como dios manda? ¡Qué aproximaciones! El sábado estuvimos en la cresta Urquiza-Olmo y el domingo en la vía Santiago Domingo de la Pared de Aragón, y la aproximación a ambas fue tal para cual: la primera llena de subiybajas, agujeros rastreros, destrepes por cadenas o a pelo y la segunda llena de matorrales pinchudos e interminables barranqueras que bajar para luego subir. Eso sí, la bajada de la Pared de Aragón es de 5 estrellas, una PR como una autopista, bien marcada, sin destrepes guarros,  sin pedreras, sin culinbajas. Todo un lujo dentro del catálogo de bajadas salvajes en las tapias.
No vimos apenas a nadie, se nota que estamos al final de temporada. Los calores, ya se sabe.

Tramo final de la cresta Urquiza-Olmo

Le teníamos muchas ganas a esta vía porque habíamos oído hablar muy bien de ella, porque el mal tiempo nos había impedido hacerla dos veces esta temporada y porque nuestros amigos Jorge y Vanesa la habían conseguido hacer hacía poco y la envidia es mú mala.

Actividad: cresta Urquizo-Olmo (V+/6a), 600 m
Participantes: César "Africano", Jorge, Beto y el agüelo
Fecha: Sábado 31 de marzo de 2012
Material: cintas exprés y algún friend si se va justo de grado o de coco, doble cuerda (se puede ir también con cuerda simple, porque el rápel largo tiene una reunión para fraccionarlo, pero es muy incómoda)
Agua: no hay fuentes, llevar toda la que se necesite.
Acceso: coger en Viacamp la pista que nos lleva al albergue-refugio de Montfalcó. Pista larga, 13 km, pero en muy buen estado.
Aproximación: ¿cómo describir en dos líneas una hora y media de tortura, perdón, de entretenida ¿senda?? Desde el albergue-refugio se coge la senda, esta sí, que nos deja en 15 minutos en la ermita de Santa Quiteria (una preciosidad románica colgada en el vacío), unos pocos metros más adelante, un punto azul dentro de un círculo blanco nos indica el comienzo de la montaña rusa que discurre siempre por el lado norte de la arista (la sombra es lo único bueno que tiene esta aproximación), siguiendo las vistosas marcas (hay que estar atentos porque hay varios puntos donde podemos perderlas) descendemos hasta casi el nivel del embalse, donde giramos hacia el sur y en unos pocos minutos nos colocamos al comienzo de la vía, debajo de una pared naranja.


 Reseñas obtenidas del blog de Luichy

Descripción de la vía: cresta disfrutona, bien equipada (puestos a quejarnos quizá se podría poner algún seguro más, por ejemplo al comienzo del largo 9, o bajar un poco el primer seguro, como en el largo 6, o cambiar esos eslabones sin soldar de las cadenas de los rápeles; ya digo, pijotadas de gente mú quejica),  de buena roca (salvo contadísimas excepciones), a ratos aérea, con unas vistas impresionantes de las Paredes de Aragón y Cataluña y con unos cuantos largos muy bonitos de escalar.
Tiempo aproximación: 1:30 h
Tiempo cresta: 6 h
Tiempo vuelta: 40-50 min.
Vía de dificultad asequible si quitamos el primer largo, que desentona claramente del resto de la vía. Si vamos justos de grado podemos humanizar aún más el recorrido saltándonos los 4 primeros largos entrando a la vía en un collado al que se accede desde el propio ¿camino? de bajada.
Punto de acceso alternativo a la vía, la R4, 
vista desde la aproximación, izda, y desde el propio recorrido, dcha.

L1: V+/6A, 50m. Comienzo vertical por un marcado diedro que hay que abandonar hacia la izquierda a mitad de pared, siguiendo los parabolts. Una vez encaramados a la arista, seguirla una decena más de metros hasta un parabolt con argolla, R1. Largo mantenido, de buena presa, donde hay que mover constantemente el cuerpo para equilibrarse. Bien asegurado. Roza bastante la cuerda en los metros finales.
L2: IV, 35m. Descendemos sin necesidad de rapelar los 2-3m hasta el collado y atacamos el resalte por la izquierda, se sigue por terreno llano y fácil hasta otro resalte final.
L3: IV, 60m. Estos dos largos se pueden empalmar en ensamble ya que no presentan ninguna dificultad.
L4: IV, 40m. Largo muy aéreo y bonito, termina con un destrepe, más fácil de lo que aparenta, hasta un amplio collado.
L5: IV+, 40m. Después del árbol seguir rectos por la arista. Montar reunión, primer rápel.
L6: V+, 25m. Salida que impresiona al principio, el primer seguro está bastante alto, pero que se deja hacer sin gran dificultad, buenos agarres. Montar reunión, 2º rápel.
L7: IV+, 55m. Espectacular comienzo por la afilada arista, placa súper adherente con buenas regletas. Termina en un cómodo colladito.
L8: IV, 35m. Salida por un diedro fácil a la izquierda, seguir por el filo, subir la siguiente agujilla y flanquear hasta la reunión. 3er rápel para salvar una profunda brecha. Hay una reunión intermedia para fraccionarlo en caso de no llevar dos cuerdas. Hay que pendulear hasta colocarnos en las rocas de nuestra derecha (según bajamos).
L9 y L10: IV+, 40 y 40m. Los empalmamos y salimos en ensamble (se puede plegar a partir de aquí una de las dos cuerdas e ir con una sola en doble y tirar todo en ensamble; se ahorra tiempo en las maniobras de los rápeles). La salida es algo expuesta: con un poco de fe te pegas a la pared de enfrente desde una roca, subes esquivando el arbolito por la izquierda, el primer seguro está varios metros por arriba. Bonito trozo de la arista, fácil. No chapé la R9 y seguí hacia arriba, la cuerda rozaba bastante, pero nos ahorramos un largo. 4º rápel, corto, 15m, que nos deja en el collado.
L11 y 12: III+, 50m. Se cruza el collado y nos encaramamos a una repisa que gira hacia la izquierda y sube por un diedro inclinado muy pinchudo. 5º rápel, microrápel de 3-4m, sin soltarnos de las cuerdas trepamos los 2m siguientes y nos saltamos el largo 13. 6º rápel, 15m.
L14: III+-IV, 50m. Subimos por una cuesta llena de vegetación que desde lejos parecía muy vertical, pero que en realidad es muy tumbada. Última reunión con un bote estanco en el que tenemos el cuaderno de piadas.
Desde aquí sólo nos queda trepetear por terreno irregular buscando siempre indicios de sendero, hasta salir a parar al ¿camino? de bajada. En el albergue-refugio nos tomamos unas merecidas cervezas.
 Pequeñas porciones que no pueden reflejar la realidad del camino de acceso
El agüelo lidiando con el diedro del L1 (Beto's)
 Vista del 3er largo hacia abajo
 Desde la R3 hacia arriba, se ve la gran brecha que hay que salvar a mitad de vía
 El agüelo saliendo de la R3 (Jorge's)
 Aéreo tramo del L4

 L5 de la cordada que nos precedía, vista desde la R1
 Nosotros en el mismo largo  (Jorge's)
 César rapelando  (Jorge's)
 Beto apunto de rapelar delante del afilado comienzo del L7
 Beto escalando el precioso L7  (Jorge's)
 Beto en el L8, a punto de llegar al gran rápel
El agüelo en el L9 visto desde la R8, 
en medio una profunda brecha que se podría salvar saltando, no? (Jorge's)
Impresionante vista de la última aguja,
sin embargo se accede fácilmente a su cima por la izquierda;
al fondo, en sombra, el último largo
Último rápel