Vía Fisuras, mallo Firé (Riglos)

Vistas desde la cima Mallafré del Firé: Pisón, Puro y el pueblo de Riglos

¡Qué sensaciones de nuevo en una cima de Riglos!! Estoy de repente en ellas y me pregunto cómo he hecho para poder llegar hasta allí, cómo he podido escalar por sus escarpadas paredes, cómo puede nadie escalar por ahí, por esos pegotes de barro y piedras. Me encanta escalar en Riglos, fue el primer lugar de escalada en tapia en el que estuve y ya desde el principio las sensaciones fueron espectaculares. Hay paredes con mejor roca, con mejores vistas, pero esa mezcla de chimeneas y panzas no se encuentran en ningún otro sitio. Es una escalada que, definitivamente, me va, muy física.

Esta vez la vía elegida es una antigua a la que acaban de limpiar un poco la cara: la vía Fisuras al mallo Firé. Le han cambiado los viejos buriles por parabolts, pero sin añadir ni un solo emplazamiento de seguro más. Así que la vía conserva aún su viejo y original estilo aventurero, con bastante exposición y en la que cuesta encontrar buenos emplazamientos para los friends y/o los empotradores. Especialmente en el 3er largo. La vía puede parecer semiequipada, pero este 3er largo está totalmente limpio, excepto dos clavos en los primeros dos metros. Un largo de roca mediocre donde hace falta experiencia para poder protegerlo decentemente. Menos mal que no hay nada que asuste a Pulpo y Javi. Lo mejor de la vía es su estética línea: un sistema de fisuras paralelas que nacen desde la 5ª reunión de la Galletas.
Yo formé cordada con Javi y Abel y Pulpo se juntaron en la otra. Esta vez me animé a tirar de primero algún largo, al menos hasta donde llegaban los parabolts. Luego, cuando llegó el terreno de aventura cedí definitivamente y hasta la cima el papelón a Javi. Algo es algo.

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Los 4 en la cima: Pulpo, Javi, Abel y el agüelo