Finde de conejadas sin límite en Ansó
Arista Este de Peña Ezkaurre con el valle de Zuriza al fondo,
más al fondo, medio tapado por las nubes, la Mesa de los Tres Reyes
Después de varios intentos infructuosos de convencer a Jorge para repartir el finde e ir primero a hacer la vía Valle de Tena a Peña Foratata el sábado y el domingo la Directa Ansó, tuve que claudicar, al fin y al cabo ellos llevaban el coche, jjj, y me acoplé al paquete "Ansó completo". Más tarde me enteré que Abel también apoyaba las tesis de Pincho y claro, estaba en total minoría.
Directa Ansó
6a+/V+ obligado, 170m
Totalmente desequipada, excepto las reuniones y algún clavo suelto
(y ahora también un friend en el L1)
La descripción de la aproximación y de los largos la podéis encontrar aquí
Poco antes de las 11 llegamos los 4, Abel, los rasmias y el agüelo al precioso y navarril valle de Ansó. El párkin más cercano al camino de acceso estaba petado y nos tuvimos que ir un poco más adelante y aquí empezaron ya las conejadas. Sabíamos que teníamos que buscar un hito, pero ignorábamos que hubiera dos y elegimos el equivocado, el que está más arriba. Al principio todo iba bien, hasta había un cable negro guiando nuestros pasos por el espeso bosque. En pocos minutos llegamos cómodamente, demasiado cómodamente porque en las reseñas ya habíamos leído que era imposible salir sin arañazos, al pie de la pared. El problema es que estábamos muy alejados de la vía y tuvimos que flanquear, lo más cerca de la pared que pudimos, todo el bosque de boj y ganarnos nuestra colección de arañazos en brazos y piernas.Cuando por fin llegamos al pie de vía descubrimos la romería de gente que había: 6 cordadas contando las dos nuestras. Así que todos, los que habían madrugado y estaban ya terminando la vía y los más tardones que estábamos esperando para entrar, nos lo tomamos con paciencia. Unos tuvieron que esperar para rapelar y otros para escalar. Sorprendentemente todo se resolvió sin ningún problema, nadie adelantó a nadie ni nadie cruzó sus cuerdas con las de nadie.
Croquis de la vía
La vía transcurre por un sistema de fisuras y diedros fisurados de roca casi perfecta, excepto el último largo que comienza con una placa técnica (el único paso que se me resistió) y luego una serie de bloques inclinados de pasos raros. De todos los largos de la vía, éste, el último, fue el que menos me gustó (todo el mundo sabe que no me llevo muy bien con las pplacas). Abel y yo nos repartimos los largos como buenos y antiguos amigos: para él los más duros, los impares, y para mí los más asequibles. Los largos que abrí se dejaron hacer, el L2 con un poco de estrés y menos mal que el tramo durillo es muy corto, apenas unos 5m, si no el disfrute se me hubiera acabado pronto, y el L4 disfrutón disfrutón (estuve apunto de no abrirlo porque aún no me había recuperado de los apretones finales del L3, donde la pared se pone realmente vertical). Abel y yo llevábamos repetidos todos los friends excepto el 4 y los dos C3 los usamos tanto en el L2 (soy un cagueta), como en el L3 junto al C4 (para relax de los rasmias porque se los dejamos puestos).
Abel y el agüelo esperando para poder entrar en la vía (Rasmias pictures)
Los rasmias escondidos en el bosque
Abel al pie de vía
L1, primeras fisuras facilonas
Abel nada más pasar el clavo y a la altura del friend empotrado
El agüelo en los 1os metros del L2 mientras Jorge está apunto de llegar a la R1
El agüelo recuperando sensaciones en el L2, una vez pasado lo duro
(yo monté reunión no en el clavo, sino unos metros antes, anudando unos cintajos en unos bojs)
Comienzo del L3, una fisurita vertical roma,
el tomate de verdad estaba más arriba
Abel se resistió a agarrase a la sabina y apretó y se retorció para superar este paso
El agüelo pasando un "poquito" de estrés en el final del L3.
¡menos mal que la pared de la izquierda agarraba como una lija!
Pincho prefirió empotrar en la misma zona
Abel a mitad del L4
La romería madrugadora montando el último rápel en la R2
La cordada de los agüelos en la R4
Abel apretando en la pplaca de inicio del L5
La alegre pandilla en la última reunión
Rapelamos sin ningún problema, para algo éramos los últimos. Como ya habíamos leído de diversos problemas de enganches de la cuerda en lajas y encinas, montamos 4 rápeles: de la R5 a la R4, de la R4 a la R3, de la R3 a la R2 y de la R2 al suelo. Encontramos, más o menos, lo que debía ser el camino de verdad y aumentamos nuestra cole de arañazos. A la noche nos dimos un festín con las migas que nos preparó Jorge. Ana llegó pasadas las 12 de la noche y terminó las sobras. No teníamos mucha hambre porque ya nos habíamos tomado unos bocadillos y unas cerves en el pueblo.
Cenando de lujo gracias a los rasmias
Al día siguiente queríamos hacer la Estel y nos dirigimos hacia Zuriza y de ahí al collado de Argibiela, donde dejamos el coche. El camino, el mismo de la normal a la Peña Ezkaurre, empieza unos metros más abajo y está marcado con pintura roja y blanca. Al cabo de unos minutos llegamos a un claro del bosque en un collado desde el que se divisa todo el macizo calcáreo de Peña Ezkaurre. Seguimos por el amplio sendero unos minutos más hasta que en mitad de una pronunciada cuesta nace el sendero, bien marcado con un hito grande, que nos lleva a las vías. EL croquis indicaba que había que cruzar 3 pedreras y en la 3ª subir. Empezamos a contar pedreras: una... dos (esta era muy pequeña y nos entran dudas)... tres... Vemos un sendero muy marcado y tiramos para arriba (2ª conejada). Subimos y subimos por esa pedrera infame y no veíamos el momento de salirnos de ella hacia a la izquierda como indicaba el croquis (claro, como que no estábamos subiendo por la pedrera adecuada, sino por una antes, la de bajada de las vías). Al final vemos un terreno más apto para desviarnos y enseguida vemos un hito y un parabolt. Desconcierto total. Miramos hacia arriba y eso no se parecía nada ni a la Estel ni a la Esminu (llevábamos croquis de las dos vías). Investigamos, vimos más hitos que llevaban a ningún sitio, preguntamos a gritos a una cordada que iba por encima de nosotros... No sacamos nada en claro. Así que dicidimos tirar hacia arriba, fuera lo que fuera la vía donde nos encontrábamos.
La vía resultó ser la Arista este de Peña Ezkaurre, según nos confirmó a mitad de arista Ibai, que iba con un compi subiendo sin cuerda. Como no llevábamos reseña alguna le preguntamos también por el grado y nos indicó que la dificultad era de IV y que al final había un rápel de 60m. Ellos siguieron a su ritmo y rápidamente los perdimos de vista y nosotros continuamos más tranquilos por un lado sabiendo que no nos estábamos metiendo en ningún berenjenal, pero totalmente frustrados por otro ante la confirmación definitiva que estábamos fuera de cualquiera de las dos vías que queríamos escalar.
Una vez asumido esto, nos relajamos y disfrutamos de una jornada sin estrés y de unas vistas espectaculares de estos valles occidentales del Pirineo aragonés. La vía discurre por placas más o menos tumbadas, de roca súper adherente y con los pasos más duros protegidos por parabolts o similares.
Pasamos delante del final de las vías de Esminu y Estel y seguimos escalando hasta llegar a unas agujas que se flanquean andando. Atravesamos una loma inclinada y llegamos al rápel después de una corta trepada. El rápel tiene su miga porque si se baja recto terminas en el cortado, hay que desviarse hacia la izquierda después de descender unos 10m para llegar al collado.
En este punto empezaron las discusiones en el seno del grupo: las chicas abogaban por terminar ya la actividad e iniciar el descenso por la fuerte pendiente mitad herbosa mitad pedrera, y los chicos opinamos que era mejor llegar a la cumbre, que parecía asomarse a menos de 200 metros, y bajar cómodamente por la normal. Las convencimos e iniciamos la fácil trepada (sólo hay que superar un par de pasos de II/III). Para nuestra sorpresa ese pico al que subimos no era la cima (luego averiguamos que esa punta era el Gran Pitón) y que la verdadera cima quedaba aún bastante lejos. Sin reseña alguna el destrepe de ese pico nos pareció expuesto y decidimos montar un rápel y seguir el plan de las chicas. En poco más de una hora terminamos el infernal descenso y llegamos de nuevo a las comodidades de una senda en condiciones. Aún llegamos a tiempo para que la amable gente de la borda Chiquin nos sirviera un pedazo de comida a unas horas tan intempestivas como las 6 y media de la tarde.
Croquis de la Ariste E de Peña Ezkaurre,
el camino marcado indica descender el Gran Pitón
El recorrido que terminamos haciendo...
(ambas imágenes sacadas de aquí)
... y lo que teníamos que haber hecho para terminar la arista hasta la cima
(fotografía sacada de aquí)
Iniciando la subida por el marcado sendero de la supuesta 3ª pedrera
La pedrera no tiene pinta de acabarse nunca
El grupo entero intentando averiguar dónde estábamos
Iniciando el 1er largo de la Arista E sin saberlo, tumbadera total
No todo es tan tumbado
Ana en la divertida bavaresa del último largo, Jorge esperando su oportunidad
Vanesa en el mismo paso
Los parabolts de los aperturistas que protege la bavaresa
Abel en la travesía de la loma inclinada
En verde el rápel de bajada hasta empalmar de nuevo con el camino de subida, en rojo
El vertiginoso rápel
Camino a la supuesta cima
La única dificultad de la trepada, un paso corto de III
El agüelo en la trepada final al Gran Pitón,
abajo el recorrido de la Arista E
Abel el valiente, el primero en testar nuestro rápel improvisado,
la última en bajar fue Vanesa y se llevó el cordino bueno y
el mosquetón que habíamos puesto para reforar
Bajando con precaución los tramos más verticales
¡Uf uf, por fin en el camino!
La infernal e interminable pedrera
Comiendo hasta reventar
4 comentarios:
Se ha hecho esperar, pero la sabana no ha defraudado ;)
Genial el fin de semana.
Ey ey q casi todo son fotos!!!! Jjjj
Ostras! La Arista Este! Esa es de las mias!! Lástima de no haber podido participar! Pero eso de hacerla a medias... tanto jabalí de ciudad... que se pierde en el campo...
Si a alguno aún le han quedado ganas, yo me apunto a realizarla hasta la cumbre!!
Ya estás poniendo fecha para ir a repetirla, David!!!!
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