martes, 21 de marzo de 2017

La vuelta de los Rasmias

Los Rasmias venían diciendo desde hace unas semanas que querían volver a escalar y enseguida les dije que donde y como quisieran. Y me tomaron la palabra. Literalmente. A Morata. Y dentro de Morata al Macizo del Alí. ¿No quieres taza? ¡Taza y media!
Allí nos juntamos no sólo la familia Rasmia al completo, sino también Javi y Elsa y Tono y Silvia. Llegué con la mentalidad bien preparada para el bofetón de realidad plaquera, pero lo que me sorprendió fue el dolor de pies que empecé a sufrir a la segunda vía. Obviamente no podían ser los gatos porque ya llevan conmigo unos cuantos meses. Los que hacía muchos meses que no estaba con ellos eran las miniregletas, las gotas de agua, los garbancitos y demás mierdecillas de agarre para los pies tan típicos de Morata
Ni las estupendas migas marca de la casa rasmia ni las bravas posteriores consiguieron amainar ese dolor. Sólo la vuelta a casa y el saberse a salvo de semejante tortura consiguió relajar mis pobre y doloridos dedos de los pies.

Javi escalando Magnesio rosa, una buena nueva vía
El abuelo intentando encadenar los dos largos de Coquita
¡Menudo atrangante!
Elsa disfrutando de la maravillosa escalada del Alí
Tono y una placa de verdad
El alimento de los campeones: migas
Y luego el realimento de los campeones: papas bravas
¡A ver si nos vemos en más de estas!

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