domingo, 6 de noviembre de 2016

Apurando la temporada en Somaén


Al principio sólo escalaba en verano, con calor, sudando, sufriendo y arrastrándome por las mil y una tapias a las que me llevaba Abel. Luego descubrí el sol de invierno y empecé a disfrutar, por fin, de la escalada deportiveando y al sol, sin sudar. Y ahora, gracias a la cueva de Somaén, he ampliado las posibilidades de escalada también a las lluviosas y melancólicas jornadas de otoño. Como la de ayer. Desafiando a la continua lluvia que bañó toda la península, un grupo de fanáticos nos juntamos en la cueva: escaladores de Madrid, de León... De Zaragoza fuimos Andrés, un trotamundos, David y el agüelo (yo de fanático tengo poco, fui porque me escribió David y apunto estuve de hacerme cacotas la tarde del viernes al ver la meteo). David se dedicó a sus 8os, Carne de Birlocha la tiene cada día un paso más cerca, el agüelo a seguir aprendiendo cómo escalar Petabrazos, 7b (aún me quedan muchas clases), y Andrés, al que no le gusta probar mucho las vías, picó un poco de todo y se llevó al flash Clandestinidad, 7b.
No deja de ser curioso que en el peor finde del año para escalar, nos juntáramos el mayor número de cordadas en la cueva y que hubiera que esperar en vías como Clandestinidad o Rojo atardecer. Aún así nada parecido a las aglomeraciones de súper destinos como Rodellar o Margalef.
Otro estupendo día de escalada, viendo llover.

 David calentando en El Trono, 7a
 Andrés en Rojo atardecer, 7a+. Casi casi se la lleva también al flash
Dueño y amo, amo y dueño
Otoño

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