lunes, 18 de enero de 2016

Castillonroy

 Sector Los amics de Castillonroy

Nuevo finde de descubrimientos: primero Olba, luego Ramales (es verdad que en esta ya había estado, pero eso fue hace mucho mucho tiempo), después Santa Ana y ayer Castillonroy. Todas coquetas, tranquilas, de buena roca y... plaqueras. La especialidad de Tono. Seguro que aún le quedan varias para enseñarme.
 El grupo al completo: Abel, Fran, Marta, Juan, Tono, Ignacio y el agüelo

Esta vez nos juntamos un grupo numeroso como hacía tiempo que no lo hacíamos, así que el buen ambiente estaba asegurado. El sol acompañó a ratos porque unas puñeteras nubes altas no pararon de fastidiarnos. Aún así pudimos escalar en camiseta bastante tiempo.
El problema estaba en mi motivación. En ese aspecto fue un día raro, raro. El estilo de escalada no me pilló de sorpresa porque San Google ya me había puesto en aviso el día anterior. Empecé la primera vía con el firme propósito de intentar sacar el máximo partido a la jornada, pero me tuve que colgar en los dos pasos delicados de placa. La repito sin muchas ganas más que nada por asegurarme algún encadene-golosina en previsión de lo que me quedaba por delante. Sin embargo, la segunda vía resultó ser, como Abel había pronosticado, mucho más disfrutona y me volví a animar. Tono y Juan empezaron a hablar de un séptimo que había en el sector y nos fuimos allí casi todos a ver qué pinta tenía eso. Horrible: una fisura que atravesaba una placa totalmente vertical llena de liquen negro y azul. Enseguida se me quitaron las ganas de intentarla. Juan la abre sin problemas y deja la cuerda puesta. Los voluntarios a repetirla se encontraban atareados y la cuerda seguía ahí esperando, así que de perdido al río. ¿No había venido a plaquear? Juan me flasea los pasos y sorprendentemente me salen. Me toca colgarme una vez, pero no tuve que acerar en ningún momento. Es una vía de bloque: hay 3-4 pasos duros, pero no es de continuidad. Así que decido darle una oportunidad e intentarla de primero. Cosas de la vida el segundo pegue fue el que mejor me salió, fui confiado, fluido, sin forzar los pasos y aún así me caí. El tercer y definitivo pegue fue el peor, gastando esfuerzos innecesarios en cada paso, a punto de caerme en dos ocasiones, atrancado... y aún así la encadené. Ironías.
El sol ya no daba para más y tampoco quise tentar más a las placas. Otro día más, aunque no creo que mejor.

Ignacio calentando motores antes de encadenarse dos veces Marijuli, 7a, 
una de segun y otra de primer 
Abel saliendo del paso de placa-placa de nuestra primera vía, Lorena, 6b 
Tono tan a gustito al sol, a la rica placa, sin gente... 
Fran al comienzo de su particular rally de vías: vía que abría Juan, vía que él desmontaba
(y Juan se ventiló todo el sector, vaya par de titanes) 
Abel en la estupenda vía Miguel, 6b, estética y disfrutona
El agüelo en la misma vía
Marta disfrutando de lo suyo, las placas 
Juan fusilándose una vía tras otra, chino chano
El agüelo con su trofeo al fondo: Marijuli, 
el 7º menos desplomado que he conseguido encadenar

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