¿Fin de la temporada de Somaén? Snif, dice Jack, y yo con él
Mes de octubre extrañamente activo dividido en dos tendencias: búsqueda de nuevas motivaciones, como en Somaén y en la Balsa de Riglos, e intentos de tachar deberes, como en Benabarre, donde aún me quedaban 3 sextos por anotarme. En la primera visita con Abel y Bull intenté El llanto de Belcebú, 6c+, mientras estos dos titanes se merendaban Gunshots in the night, 6c+/7a. Antes de que se me olvidaran los pasos volví de nuevo con Tono y esta vez sí, conseguí encadenarla además de La niña psikoneurótica, 6a+, gracias al flasheo de Tono, que a su vez se llevó Gallina blanca, 6c. Vía que también estuve a punto de encadenar, pero que se me quedó para otra ocasión. Mientras yo acabé con los brazos como Popeye, el gran Tono se dedicó a hacer series en Gallina blanca y en el Llanto de Belcebú.
Abel en el bloque duro de Gunshots in the night
Bull llegando a la cadena de la misma vía
Secuencia típica del agüelo: comienzo fácil de El llanto de Belcebú,
superando el bloque duro, ahorrando antebrazos en la parte final,
vuelo justo antes de chapar
Risas y buena roca en Benabarre
Tono en la parte final de La niña psikoneurótica...
... y de Gallina blanca
Mi siguiente parada fue a Somáen. Allí coincidimos gente nueva en el sector, Alfredo y Fran, con habituales como David, Adrián y Andrés. La lluvia no consiguió estropearnos la jornada, ni tan siquiera mojarnos y cada uno pudo dedicarse a lo suyo: David y Adrián a por un octavo chulísimo, Andrés a encadenar séptimos sin conocimiento, Alberto y Fran a las placas y yo a Petabrazos. Bueno, en realidad, al bloque inicial de la vía porque no conseguí pasar de ahí. Gracias a la ayuda de Andrés y Adrián medio apañé un sistema para resolver estas duras 3 primeras chapas. El resto de la vía la tendré que maquear en otra ocasión.
Fran calentando en la Variante Petabrazos, 7a
Andrés en plan coleccionista, encadenando y limpiando al mismo tiempo,
una ruta de la que no sabemos ni el nombre
David en el techo de Carne de birlocha, 8a
Haciendo el murciélago en mitad del techo
Alfredo a punto de llevarse Trenes y a lo loco, 6c+,
una vía plaquera que no me disgustó, pero que me pareció durísima
La última parada de este mes fue ayer en Riglos, no para intentar alguna de las numerosas vías en las escarpadas paredes de los mallos, sino para deportivear en el sector conocido como la Ralla de la balsa. Las nieblas que cubren estos días el valle del Ebro ni siquiera se asomaron y nos dejó un día de intenso calor y sol que nos quemó las espaldas a pesar de estar ya ¡¡¡¡a finales de octubre!!!
El sector consta de una sola pared dividida en una zona plaquera al final a la derecha, y un muro desplomado en el centro. Nuestros objetivos, cómo no, estaban en esta última parte. Abel quería intentar A güebra, 7a/+, y se la llevó al 2º intento, y yo la vía de al lado, Mucha faina, 7b. La primera parte es muy intensa, apretando y remando en todas las presas, sin encontrar ninguna donde soltar un poco los brazos hasta no chapar el 4º parabolt, demasiado tarde para mis pobres pulmones que no daban a basta para intentar suministrar algo de oxígeno a mis antebrazos y mi cabeza. Obviamente me quedé lejos, muy lejos de poder encadenarla, pero no tanto como para no querer seguir intentándolo. A ver si consigo compis para volver allí este invierno.
El mallo Colorado y el mallo Cored, justo debajo del cual está...
... el sector la Ralla de la balsa
Abel en el bloque de mitad de vía...
... y superando con decisión la última dificultad justo antes de la reunión
Adivina, adivinanza, quién encadenó y quién sigue intentándolo, jjjj