El tobillo no está aún recuperado para correr, pero no se queja a la hora de escalar y tampoco el tendón del dedo anular de la mano derecha, así que... aprovecho la llamada de David "el largo" y nos vamos a Somáen. ¿En el día? A pesar de lo lejos que parece, eso está en Soria, "sólo" son 150 km y todos por autovía, vamos, una hora y media justita. El destino por un lado no es el más adecuado dado mi bajo estado de forma, pero por otro lado es un sitio nuevo que tenía ganas de conocer y además me libra de la batalla mental de volver a pelear vías que encadené meses o años atrás.
El sitio no defrauda, una cuevaza enorme, pegada al río Jalón, que se ve desde el párking donde se deja el coche y a la que se tarda cerocoma en llegar. Un lujo. Solos, doble lujo. Y a la sombra, más lujo aún. En este verano loco nos tuvimos que poner hasta el quechualoft mientras estábamos quietos o asegurando. ¿La escalada? Dura, dura: paredes desplomadas y vías de agujeros con escasos pies con grados que van desde el 7º al 8º (algún sexto suelto hay si se busca, jjj).
La jornada fue estupenda de principio a fin: David se llevó a casa la vía que llevaba días buscando, yo pude volver a apretar y además terminamos compartiendo el día con Tato y su mujer. Los encadenes para otro día, u otro mes, u otro año. Lo importante ahora es seguir sin molestias.
David encadenando Hombre balanza, 7b+
El agüelo de nuevo apretando en desplomes
Tato calentando
Croquis de Somaén actualizados
2 comentarios:
Qué tal zagal!!! Saliendo del pozo...no? Ánimo y a pretar fuerte!!
Lo más divertido es que nunca me imaginé metido en ningún pozo por no poder hacer deporte, y sin embargo aquí estoy, jjjj. Debe ser la avaricia,cuando se tiene algo, por poco que sea, nadie quiere perderlo!
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