Los Rasmias y el agüelo en la Cova Gran en Santa Linya
Buenos amigos, roca excelente, sol de invierno a saco, buenos encadenes... ¿qué más se puede pedir en un puente escalador? Que estuvieran todos los compis, pero cada uno tenía su plan para este puente tan apetecible: unos al sur, a Alicante, otros a Margalef, otros en Benasque, otros...
Yo tenía unas ganas inmensas de estrenar la guía "Lleida climbs" que me regalaron para mi cumple. Ya había sufrido dos retrasos debido al mal tiempo y esta vez no quería que volviera a suceder. Por suerte los Rasmias se unieron al agüelo y juntos disfrutamos de un puente idílico.
Día 1: viernes 7 de diciembre
Los Rasmias me dejaron total libertad para elegir destino. Su única petición fue descansar de apretar un día y escalar una vía de tapia en Vilanova de Meiá. Nos pusimos de acuerdo y repartimos los días: viernes y domingo a frikitear y el sábado a disfrutar del paisaje y de la verticalidad. Descarté todas las escuelas leridanas con abundancia de sombra. Allí se quedaron para jornadas veraniegas Tartareu o Tres Ponts. Después de dudar mucho me lancé a por todas. Ya que íbamos a estrenar la guía, ¿por qué no hacerlo a lo grande? Los Rasmias me recogieron a mí y a mis petates a las 8:30 y nos dirigimos a Santa Linya, una de las mecas internacionales del frikiteo.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a esa gigantesca catedral de la deportiva que es la Cova Gran, en parte para rendir una visita de pleitesía y en parte para dar tiempo al sol a calentar las paredes. Han hecho un desvío que lleva directamente al párkin y ya no es necesario entrar al pueblo. Un breve paseo entre charcos congelados y nos colocamos debajo de esos inmensos techos que nos dejaron sobrecogidos.
Una vez terminada el apartado turístico nos dirigimos a investigar nuestro verdadero objetivo, el sector Futbolín, situado un par de kilómetros antes del pueblo. Dejamos el coche en el campo de fútbol que da nombre al sector y en un par de minutos recorrimos el empinado sendero que lleva hasta las paredes, bien visibles desde la carretera. Pasamos por delante de numeros vías con una pinta estupenda y nos fuimos hasta el extremo izquierdo de la pared para encontrar la vía más asequible, Punt de Trobada, 6a+. Una vía de comienzo fino, de presa pequeña. Nada parecido a lo que habíamos venido a buscar, así que le dejé a Jorge el honor de inaugurar el sector. La vía, a pesar de su estilo, es bonita y Jorge aún se animó , ¡cómo le gustan esas placas!, a intentar un 6b+ de al lado, La bordeta free, del mismo palo, pero en peor. Yo me reservé y en cuanto se bajó Jorge nos fuimos directos al otro extremo de la pared, al cacho, a por El regurgitador, 6b+. Pero afortunadamente estaba ocupada y atacamos Red Dusk, también 6b+, también en la lista de vías que me había hecho en casa.
Esta vez fueron los Rasmias los que me cedieron los honores, la cuerda y las cintas. La vía no desploma apenas, es más bien del estilo "vertical-con-cosa". Un estilo que me va, me va. Las marcas de magnesio me llevaban de una presa a otra mientras disfrutaba de semejante festival del cacho. Un momento de duda, de no creérmelo cuando la presa disminuyó ligeramente, superado gracias al solecito y a las buenas sensaciones de la roca y me planté en la reunión. Mi primer 6b+ a vista. Diez minutos y ya podía pasar lo que fuera el resto del puente que yo me iba a volver a casita más contento que chupitas. Vane y Jorge decidieron probarla de segun y Jorge se bajó con ganas de intentarla de primer, así que dejamos las cintas puestas mientras yo intentaba El regurgitador.
No sé si fue la influencia del lugar, pero en ese momento fui presa de un ataque agudo de frikismo. Una cordada estaba escalando la vía, así que para evitar ver cómo lo hacían les propuse a los Rasmias bajarnos al coche donde habíamos dejado la comida a esperar mientras llenábamos el buche. Vane enseguida me caló las intenciones y no dejó de reirse la muy condenada. Subimos después del refrigerio cuando la vía estaba de nuevo libre y me lancé confiado a por un nuevo a vista. De nuevo de cazo a cazo, sin pensar casi, hasta que el cacho desapareció. Un paso sin mucha dificultadad, pero en el que había que moverse un poco para buscar los mejores agarres y los pocos pies que había. Un paso que se me atragantó y que no supe leer hasta que no me colgué. Un paso que se comió toda mi recién estrenada confianza. De ahí hasta la reunión fue todo colgarse de cada parabolt para estudiar los pasos. Todo me parecía ahora difícil y duro.
Ya abajo en el suelo empecé a recordar que los primeros pegues siempre me sobreimpresionan, que las repeticiones, con los pasos estudiados, siempre me parecen más humanos, que no todos los días son Navidad y no todos los encadenes iban a ser a vista. Mi cabeza ya estaba preparándose para intentarla de nuevo en cuanto mis brazos se recuperaran. Mientras Vane hizo de segun la vía y Jorge se llevó a casita al segundo intento la vía anterior, Red Dusk.
Segundo intento también para el agüelo al regurgitador y la cosa cambió: los pasos duros ya no me parecieron tan duros, las presas ya no eran tan pequeñas, ya sabía dónde estaban los cazos... Aún así no podía faltar el momento duda, unos segundos de tensión en la última chapa, agarrado a una mierdilla, confundido porque no recordaba nada parecido, hasta que encontré el cazo olvidado, una última apretada y reunión. Jorge en vez de hacerme alguna foto me regaló este vídeo.
Justo a tiempo, con el sol dando sus últimos coletazos, perdiendo fuerza a marchas agigantadas, recogimos los petates, todos contentos, después de haber disfrutado de este pequeño sector.
Nos fuimos a montar nuestro hotelito bajo las estrellas en la ermita de Vilanova de Meiá. Un lugar espectacular, con agua, en medio de un bosque de encinas, con todo el valle a nuestros pies. Con más hambre que Carpanta devoramos todo lo que no habíamos comido mientras escalábamos más la panceta y la longaniza que Jorge se curró a la brasa. Con tolas las capas de ropa que llevábamos, con gorros, guantes y una mantita en las piernas descorchamos un par de botellitas de vino para celebrar un comienzo de puente tan estupendo.
Día 1: viernes 7 de diciembre
Los Rasmias me dejaron total libertad para elegir destino. Su única petición fue descansar de apretar un día y escalar una vía de tapia en Vilanova de Meiá. Nos pusimos de acuerdo y repartimos los días: viernes y domingo a frikitear y el sábado a disfrutar del paisaje y de la verticalidad. Descarté todas las escuelas leridanas con abundancia de sombra. Allí se quedaron para jornadas veraniegas Tartareu o Tres Ponts. Después de dudar mucho me lancé a por todas. Ya que íbamos a estrenar la guía, ¿por qué no hacerlo a lo grande? Los Rasmias me recogieron a mí y a mis petates a las 8:30 y nos dirigimos a Santa Linya, una de las mecas internacionales del frikiteo.
Lo primero que hicimos fue acercarnos a esa gigantesca catedral de la deportiva que es la Cova Gran, en parte para rendir una visita de pleitesía y en parte para dar tiempo al sol a calentar las paredes. Han hecho un desvío que lleva directamente al párkin y ya no es necesario entrar al pueblo. Un breve paseo entre charcos congelados y nos colocamos debajo de esos inmensos techos que nos dejaron sobrecogidos.
Una vez terminada el apartado turístico nos dirigimos a investigar nuestro verdadero objetivo, el sector Futbolín, situado un par de kilómetros antes del pueblo. Dejamos el coche en el campo de fútbol que da nombre al sector y en un par de minutos recorrimos el empinado sendero que lleva hasta las paredes, bien visibles desde la carretera. Pasamos por delante de numeros vías con una pinta estupenda y nos fuimos hasta el extremo izquierdo de la pared para encontrar la vía más asequible, Punt de Trobada, 6a+. Una vía de comienzo fino, de presa pequeña. Nada parecido a lo que habíamos venido a buscar, así que le dejé a Jorge el honor de inaugurar el sector. La vía, a pesar de su estilo, es bonita y Jorge aún se animó , ¡cómo le gustan esas placas!, a intentar un 6b+ de al lado, La bordeta free, del mismo palo, pero en peor. Yo me reservé y en cuanto se bajó Jorge nos fuimos directos al otro extremo de la pared, al cacho, a por El regurgitador, 6b+. Pero afortunadamente estaba ocupada y atacamos Red Dusk, también 6b+, también en la lista de vías que me había hecho en casa.
Esta vez fueron los Rasmias los que me cedieron los honores, la cuerda y las cintas. La vía no desploma apenas, es más bien del estilo "vertical-con-cosa". Un estilo que me va, me va. Las marcas de magnesio me llevaban de una presa a otra mientras disfrutaba de semejante festival del cacho. Un momento de duda, de no creérmelo cuando la presa disminuyó ligeramente, superado gracias al solecito y a las buenas sensaciones de la roca y me planté en la reunión. Mi primer 6b+ a vista. Diez minutos y ya podía pasar lo que fuera el resto del puente que yo me iba a volver a casita más contento que chupitas. Vane y Jorge decidieron probarla de segun y Jorge se bajó con ganas de intentarla de primer, así que dejamos las cintas puestas mientras yo intentaba El regurgitador.
No sé si fue la influencia del lugar, pero en ese momento fui presa de un ataque agudo de frikismo. Una cordada estaba escalando la vía, así que para evitar ver cómo lo hacían les propuse a los Rasmias bajarnos al coche donde habíamos dejado la comida a esperar mientras llenábamos el buche. Vane enseguida me caló las intenciones y no dejó de reirse la muy condenada. Subimos después del refrigerio cuando la vía estaba de nuevo libre y me lancé confiado a por un nuevo a vista. De nuevo de cazo a cazo, sin pensar casi, hasta que el cacho desapareció. Un paso sin mucha dificultadad, pero en el que había que moverse un poco para buscar los mejores agarres y los pocos pies que había. Un paso que se me atragantó y que no supe leer hasta que no me colgué. Un paso que se comió toda mi recién estrenada confianza. De ahí hasta la reunión fue todo colgarse de cada parabolt para estudiar los pasos. Todo me parecía ahora difícil y duro.
Ya abajo en el suelo empecé a recordar que los primeros pegues siempre me sobreimpresionan, que las repeticiones, con los pasos estudiados, siempre me parecen más humanos, que no todos los días son Navidad y no todos los encadenes iban a ser a vista. Mi cabeza ya estaba preparándose para intentarla de nuevo en cuanto mis brazos se recuperaran. Mientras Vane hizo de segun la vía y Jorge se llevó a casita al segundo intento la vía anterior, Red Dusk.
Segundo intento también para el agüelo al regurgitador y la cosa cambió: los pasos duros ya no me parecieron tan duros, las presas ya no eran tan pequeñas, ya sabía dónde estaban los cazos... Aún así no podía faltar el momento duda, unos segundos de tensión en la última chapa, agarrado a una mierdilla, confundido porque no recordaba nada parecido, hasta que encontré el cazo olvidado, una última apretada y reunión. Jorge en vez de hacerme alguna foto me regaló este vídeo.
Justo a tiempo, con el sol dando sus últimos coletazos, perdiendo fuerza a marchas agigantadas, recogimos los petates, todos contentos, después de haber disfrutado de este pequeño sector.
Nos fuimos a montar nuestro hotelito bajo las estrellas en la ermita de Vilanova de Meiá. Un lugar espectacular, con agua, en medio de un bosque de encinas, con todo el valle a nuestros pies. Con más hambre que Carpanta devoramos todo lo que no habíamos comido mientras escalábamos más la panceta y la longaniza que Jorge se curró a la brasa. Con tolas las capas de ropa que llevábamos, con gorros, guantes y una mantita en las piernas descorchamos un par de botellitas de vino para celebrar un comienzo de puente tan estupendo.
Los Rasmias empequeñecidos debajo de la Cova Gran
El sector Futbolín a la izquierda
Jorge en su terreno, plaquita: Punt de Trobada, 6a+
Vane en los pasos finales donde por fin llega el cacho
Jorge no se quedó contento y probó en polea más plaquita,
esta vez de 6b+...
... totalmente distinta a Red Dusk: esto sí que es disfrutar
No todo el monte es orégano, y El regurgitador se me atascó a vista,
vuelta al mundo real
Jorge encadenó también Red Dusk
Y el agüelo completó el día encadenando al 2º pegue El regurgitador
En cuanto se fue el sol, nos fuimos también nosotros,
que no habíamos venido a sufrir
Anochecer sobre Vilanova de Meiá desde la ermita
3 comentarios:
Madre que bien lo pasemos!!!
Oye!!! Que el 6b+ de placa lo tiré de primero!!! No me quites meritos. Solo estaba unn poco customizado, jjjj
Uy, perdón,perdón,ahora mismo lo cambio, glupssss
vaya memoriaaaaa!!!
Joé que enidia perrunos!!!! Y yo malico en la cama me cagüen!!!! En fin ya compertiremos más esa Lleida Climbs jjjjj Hasta la vista alpinistaaa
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