sábado, 30 de julio de 2011

Pagasarri (673 m)

Autofoto en la cima, al fondo el Ganekogorta
(no hice más autofotos durante la subida
porque no podía ni levantar el móvil)


El Pagasarri es el monte bilbaíno por excelencia. No es muy alto, en el País Vasco ninguno lo es, ni siquiera es el más alto de los numeros montes que rodean a la ciudad, pero es sin duda el más conocido y popular. Todos los fines de semana, especialmente los domingos, centenares de personas se acercan para subir hasta el bar refugio situado en un collado a 10 minutos escasos de la cima. Llueva o haga sol, en verano o en invierno.
Yo mismo lo he subido andando decenas de veces y por varias rutas. Me encanta la sensación de salir de casa y poder subirlo sin necesidad de ningún otro medio de locomoción más que mis piernas. Ahora llevaba varios años con la loca idea de intentar subirlo corriendo. Cada vez que iba a visitar a mis padres y veía desde la ventana de mi cuarto su cima no dejaba de soñar con ese reto. Pero nunca he tenido la suficiente forma física como para intentarlo. Sin embargo, este año me ha picado la mosca del correr, cosas raras que me ocurren con la edad, y después de un par de entrenamientos con desniveles de 200 a 400 m en los que no me he visto mal he visto por fin la oportunidad soñada.
Así que antes de que perdiera la poca forma conseguida o me arrepientiera me lancé antesdeayer jueves a por mi reto sin medir mucho las consecuencias (como por ejemplo las piernas de madera que se me quedaron al bajar). Salí pasadas las 7 de la tarde, con el objetivo de llegar lo más lejos posible, de casa de mis papis (barajé al principio la sensata idea de acercarme con el coche hasta el comienzo de la subida y quitarme los 5-6 km iniciales, pero enseguida me entró de nuevo la locura y pensé que si conseguía llegar arriba así me iba a arrepentir hasta el fin de mis días: un reto es un reto, ¿no? Pues ale!). Atravasé todo Bilbao con calma, calentando; pasada la plaza Moyua empezaron ya las cuestas, suaves al principio y bastante severas ya tras pasar Zabalburu y así se mantuvieron por todo San Adrián hasta llegar a Iberdrola y comenzar el camino de Larraskitu. Evité todos los atajos y preferí recorrer más distancia pero evitar la máximo las pendientes pronunciadas. Cuando llegué al bar de la peña del Athletic iba ya cansado y pensé en llegar al menos hasta las barreras, donde ya no se puede pasar con el coche. Pero llegué allí y pensé entonces en llegar hasta la fuente de la Cuesta del silencio, llegué, penando, pero llegué y pensé ya en seguir hasta donde llegara, deseando solo que la pendiente aflojara un poco y me permitiera recuperar un poco el aliento. En el cruce situado a escasos 200 m después de la fuente, giré a la derecha y la pista me dio el respiro deseado, el justo, porque enseguida se volvió a empinar y entonces ya solo me mantuvo en marcha la cabezonería: "¡si he llegado hasta aquí no voy a desperdiciar todo ese esfuerzo y pararme ahora!!", me intentaba animar. Procuré concentrarme en mi esfuerzo y no mirar hacia adelante porque si no entonces me hundía moralmente. Los últimos metros se me hicieron interminables, pero por fin llegué a una zona llana que anunciaba la inminente llegada al collado del bar refugio. El subidón hizo de alegría hizo casi que desapareciera el cansancio. Cuando llegué al collado pensé, ¡qué demonios una vez aquí llego ya hasta la cima!!! Vuelta a sufrir, pero en 5 minutos estaba en la cima, sin llegar a creérmelo del todo. Hice fotos, hice varias llamadas, descansé, saboreé el momento y para abajo, que todavía quedaba lo peor: llegar a casa. En seguida las fuertes pendientes de la bajada agarrotaron del todo mis cansadas piernas y solo la inercia me mantenía en movimiento. Pensé en pararme y bajar andando, pero el sudor, estaba totalmente empapado, me enfriaba en cuanto me paraba, así que decidí continuar corriendo y al menos mantenerme relativamente caliente.
A pesar de que la vuelta fue casi toda cuesta abajo, el cansancio no me permitió hacerla en mucho menos tiempo que en la subida. Dolían las piernas, las caderas y las plantas de los pies.
Pero de pronto todo terminó, llegué de vuelta a casa, pude sentarme, beber, ducharme y ya una vez más o menos fresco y recuperado, volver a mirar al Paga desde mi ventana y pensar: ¡¿no te jode que voy y lo consigo?!



Esta es la ruta de subida, muy similar a la de subida

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Actividad: Subida al Pagasarri
Desnivel: 673 m
Punto de partida: Deusto
Tiempo subida: 1h 24 min
Ruta de subida: Salida desde Duesto, Zabalburu, San Adrián y Camino de Larraskitu
Tiempo bajada: 1h 06 min
Ruta de bajada: Camino de Larraskitu, El Fango, Errekalde, Deusto
Tiempo total (incluido descanso en la cima): 2h 40 min
Distancia recorrida (i/v): 22,5 km
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Al fondo entre la niebla, la cima del Pagasarri
Último párkin donde se puede dejar el coche,
hay una zona de merenderos también,
y donde empiezan las cuestas de verdad
Al fondo la ermita de San Roque
Vistas de la cima hacia Basauri
(Bilbao quedaría hacia la izquierda, fuera de la foto)

Vistas desde la cima, con el buzón y el bar refugio
Bilbao y el Abra al atardecer, al fondo el mar
El Palacio de Congresos de Euskalduna y la torre Iberdrola,
muy cerquita ya de casa

2 comentarios:

Abel dijo...

El agüelo correcaminos!!....en mundo esta locooo!!

Iñaki dijo...

Ya te digo, la de cosas q están cambiando, Abel. Espera a q te repongas!!!