domingo, 30 de octubre de 2016

Resumen deportivero de octubre

¿Fin de la temporada de Somaén? Snif, dice Jack, y yo con él

Mes de octubre extrañamente activo dividido en dos tendencias: búsqueda de nuevas motivaciones, como en Somaén y en la Balsa de Riglos, e intentos de tachar deberes, como en Benabarre, donde aún me quedaban 3 sextos por anotarme. En la primera visita con Abel y Bull intenté El llanto de Belcebú, 6c+, mientras estos dos titanes se merendaban Gunshots in the night, 6c+/7a. Antes de que se me olvidaran los pasos volví de nuevo con Tono y esta vez sí, conseguí encadenarla además de La niña psikoneurótica, 6a+, gracias al flasheo de Tono, que a su vez se llevó Gallina blanca, 6c. Vía que también estuve a punto de encadenar, pero que se me quedó para otra ocasión. Mientras yo acabé con los brazos como Popeye, el gran Tono se dedicó a hacer series en Gallina blanca y en el Llanto de Belcebú.

 Abel en el bloque duro de Gunshots in the night
 Bull llegando a la cadena de la misma vía
Secuencia típica del agüelo: comienzo fácil de El llanto de Belcebú,
superando el bloque duro, ahorrando antebrazos en la parte final,
vuelo justo antes de chapar
Risas y buena roca en Benabarre
Tono en la parte final de La niña psikoneurótica...
... y de Gallina blanca


Mi siguiente parada fue a Somáen. Allí coincidimos gente nueva en el sector, Alfredo y Fran, con habituales como David, Adrián y Andrés. La lluvia no consiguió estropearnos la jornada, ni tan siquiera mojarnos y cada uno pudo dedicarse a lo suyo: David y Adrián a por un octavo chulísimo, Andrés a encadenar séptimos sin conocimiento, Alberto y Fran a las placas y yo a Petabrazos. Bueno, en realidad, al bloque inicial de la vía porque no conseguí pasar de ahí. Gracias a la ayuda de Andrés y Adrián medio apañé un sistema para resolver estas duras 3 primeras chapas. El resto de la vía la tendré que maquear en otra ocasión.

 Fran calentando en la Variante Petabrazos, 7a
Andrés en plan coleccionista, encadenando y limpiando al mismo tiempo, 
una ruta de la que no sabemos ni el nombre
David en el techo de Carne de birlocha, 8a 
Haciendo el murciélago en mitad del techo 
Alfredo a punto de llevarse Trenes y a lo loco, 6c+
una vía plaquera que no me disgustó, pero que me pareció durísima

La última parada de este mes fue ayer en Riglos, no para intentar alguna de las numerosas vías en las escarpadas paredes de los mallos, sino para deportivear en el sector conocido como la Ralla de la balsa. Las nieblas que cubren estos días el valle del Ebro ni siquiera se asomaron y nos dejó un día de intenso calor y sol que nos quemó las espaldas a pesar de estar ya ¡¡¡¡a finales de octubre!!!
El sector consta de una sola pared dividida en una zona plaquera al final a la derecha, y un muro desplomado en el centro. Nuestros objetivos, cómo no, estaban en esta última parte. Abel quería intentar A güebra, 7a/+, y se la llevó al 2º intento, y yo la vía de al lado, Mucha faina, 7b. La primera parte es muy intensa, apretando y remando en todas las presas, sin encontrar ninguna donde soltar un poco los brazos hasta no chapar el 4º parabolt, demasiado tarde para mis pobres pulmones que no daban a basta para intentar suministrar algo de oxígeno a mis antebrazos y mi cabeza. Obviamente me quedé lejos, muy lejos de poder encadenarla, pero no tanto como para no querer seguir intentándolo. A ver si consigo compis para volver allí este invierno.

El mallo Colorado y el mallo Cored, justo debajo del cual está... 
... el sector la Ralla de la balsa 
Abel en el bloque de mitad de vía... 
... y superando con decisión la última dificultad justo antes de la reunión 
Adivina, adivinanza, quién encadenó y quién sigue intentándolo, jjjj

Diedro de las sabinas

Silueta sombreada de los mallos de Agüero

Poco a poco vamos aumentando la colección de vías de Sendero límite. Aún así estamos lejos de acabarlas todas porque ellos son como la Reina Roja, da igual lo que tú corras, ellos corren lo mismo o más: por cada vía suya que escalo, ellos ya han abierto otra más. Así no hay manera.

Fecha: 8 de octubre de 2016
Cordada: Tono, Enfedaque y el agüelo
Vía: Diedro de las Sabinas, 180 m, 7 largos
Dificultad: 6b+/V+ obligado
Material: 15 cintas
Aproximación: Antes de llegar al pueblo de Agüero hay que coger un desvío a mano derecha, justo en una fuerte curva. Este camino pasa por el cementerio y termina en la parte alta del pueblo. Dejamos el coche en una explanada de tierra. Justo en frente nace una pista que después de llanear un poco, desciende bastante hasta una curva a la izquierda, seguimos por la misma pista y vamos rodeando los mallos y el puro. A los pocos minutos veremos un camino empinado que nos lleva a la pared y después de recorrer unos cientos de metros pegados a ella llegamos al pie de vía.
Descenso: Nosotros bajamos en 3 rápeles y siglos de tiempo, porque hay que guiar los dos primeros y porque las cuerdas se nos enredaron en todos y cada uno de los matojos/sabinas que hay en la pared.

El nombre de la vía es confuso: sabinas hay a patadas, correcto, pero el diedro ni lo olimos. A ver, está allí, pero está tan rotiñán que decidimos no tocarlo siquiera. Además en el 2º largo se abandona definitivamente. La vía disfruta de sombra casi todo el día al estar en la cara oeste del macizo, así que mejor abstenerse los días frescos y ventosos como el que tuvimos nosotros.
La calidad de la roca es buena, excepto en el primer largo donde hay que andar con cuidado por los compañeros que tienes abajo, y el último, el típico de llegada a cima: tumbado y roto. 
En estas webs, y en otras muchas más, puedes encontrar la descripción de los largos de la vía:
Nosotros nos dividimos los largos de la siguiente manera: los dos primeros para Tono, los dos siguientes para el agüelo y los dos últimos para Enfedaque. El último largo no merece la pena si se va a bajar rapelando, es un largo corto y muy roto.

Todas las fotos son de Enfedaque, yo me dejé la cámara en el coche.

Vistas del Puro y de la cara sur
Primeros metros de la vía, a punto de comenzar el diedro fantasma
Travesía de comienzo del L2: bye bye diedro
Placa final del 2º largo
Mantenido 3er largo
Superando con estilo, y con una buena petada de brazos, el paso duro del 4º largo
Le entré con ganas al largo, con intención de liberarlo, pero escalar a vista no es lo mío
Vistas del 5º largo desde arriba: 
al comienzo del largo hay un paso cabrón que tuve que repetir dos veces!!!
Rápeles guiados al comienzo del descenso
Sabina de la 2ª reunión, fuente de los mil y un enredos de cuerda
En Murillo de gállego, apretando de verdad

sábado, 1 de octubre de 2016

Septiembre me da suerte

El fin de las vacaciones después del parón de agosto por falta de compis con los que encordarme, no deja de sorprenderme año tras año. En el 2014 encadené mi primer 7a+, Rojo atardecer, en Somaén, después de no haber escalado en meses por culpa de un tobillo, en 2015 me hice con mi único séptimo del año, Lola, en Rodellar, y este año el regalo ha sido mi primer 7b, Clandestinidad, en Somáen.  ¡A ver si sigue la racha!
Esta era mi cuarta visita a Somaén este año. A principios de agosto ya me quedé bastante cerca de encadenar la vía, pero el parón veraniego me hizo pensar que se iba a convertir en otro proyecto más sin terminar. Las visitas a Foz y Rodellar, que terminaron muy lejos de ningún encadene, ya apuntaban en esa dirección. Sin embargo, nunca sabes cuándo te va a volver a sonreír la suerte. El sábado empezó con muy buenas sensaciones, cada pegue que le dí a la vía avancé un pasito más, y el domingo los astros se alinearon un septiembre más y conseguí chapar la cadena. 
Ahora toca seguir buscando vías que me motiven para seguir apretando y esperar que la suerte llame de nuevo.

 En Foz con David a finales de agosto
En Rodellar con Abel a principios de septiembre: 
la vía, ¿Dónde está Wally? nos puso en nuestro sitio
El descanso de los guerreros 
Cafecito mañanero y súper barra de pan para pasar el día
Murciélago brutal en mitad de este caos infinito de boquetes
Trayectoria de Clandestinidad:
¿dónde voy a encontrar otro viote así?


¡Hasta la próxima, Somaén!